CAPÍTULO 24: Claustrofóbia

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Brandon

Segundo día oficial de expedición. 6:40 am, y nos activamos con la pesca. Genial.

En lo que es una orilla repleta de colosales piedras, los chicos y yo reposamos esperando por la presa digna. El frío crea grandes cortinas de niebla a lo lejos y sobre el agua, pero bien abrigados hasta las mejillas, esperamos en calma. Mark; Jimmy, y Guillermo me acompañan,  a izquierda y derecha, cada uno sobre su piedra. Una imagen de viejos monjes calvos meditando se me viene a la mente. Se me sale una pequeña risa ronca y niego.

—¿De qué te ríes?—me pregunta Jimmy curioso.

—De nada importante—le respondo.

Imagino que esta es la parte en que debería ser uno con la naturaleza. Decir que siento el movimiento del agua en el sedal. Los peces curiosos a su alrededor. Pero nada, la verdad es que solo tengo hambre, solo siento eso. En fin.

Respiro profundo. La bufanda alrededor de mi cuello y el gorro de montaña me protegen del frío. Realmente fue una locura venir en esta temporada.

La tormenta de anoche dejo empapado todo, pero por suerte había dejado algo de madera protegida en plástico. Y aún tenemos algunas reservas de comida. Realmente llovió con fuerza, pero siento que todo paso muy rápido. Supongo que eso se debió a que no le estaba prestando a atención al ruido, mientras...

No. Prohibido pensar en eso Brandon. No tiene importancia.

Cierro loa ojos y respiro. Ya está, de nuevo en el presente.

Ahora bien, como decía. Supongo que podremos pasar unos tres días aquí. Hoy y mañana, si acaso. Veamos como se torna todo cuando salga el sol y el calor nos relaje un poco. En estos días en amanecer se prolonga o la noche cae con rapidez. Es invierno es así.

Ya pronto será noche buena y navidad. Como siempre, espero con ansias esos días. Será divertido. La primera navidad de Michael en...

«Otra vez. No pienses en él. No ahora. »

«Maldita sea. ¿Qué me pasa? ¿Por qué pienso eso?»

«Es solo Mich. »

Aún así, cuando me desperté y él aún dormía, huy ( y esa es la palabra) de la tienda de acampar como si estuviese un león allí dentro.
No pasó. No hay rollos. Todo esta bien Brandon, calmate campeón. Solo fue una tontería. Culpa del frío, nada más.

Todo estará normal....

—Buenos días chicos —dice una voz y el corazón se me detiene. Aprieto la mandíbula pero rápidamente trato de alejar lo tenso de mi cuerpo.

Los chicos lo saludan, pero yo aún sigo viendo el sedal que se pierde en las aguas.

—Brandon...—añade curioso.

—Eh, buenos días Mich—me volteo con una sonrisa simple —¿Todo bien?

Él levanta una ceja. Siempre me e preguntado como hace eso. Mover las cejas con tanta facilidad. Aveces incluso puede hacerlas ondear, y también mueve las orejas. ¿Olvide decir que el tipo es capas de tocarse el codo con la lengua. Alexon definitivamente no es normal.

—Pues si. Solo no puedo creer que vinieras a pescar sin mi. No tienes honor, imbécil.

Oh, vaya.

—Esto... te vi durmiendo y no quise molestarte. Yo...

—Estabas avergonzado por lo que ocurrió anoche. Y claro, es más fácil salir corriendo.

Ok. Si, bueno, esa era la razón. ¿Por qué tiene qué ser tan directo?

Por Siempre, Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora