•CAPÍTULO 11: El primo

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Brandon

Michael y yo estuvimos toda la mañana ordenando algunas cosas en su libreta de planificación. Hace unos días mi amigo sugirió una idea interesante que podría resultarnos a ambos a futuro, pero bueno, supongo que primero debemos ajustar algunos detalles.

Termino de preparar el almuerzo y le doy una mirada a Mich que escribe en su vieja tabled. Está en la mesa, bueno, la única mesa que tiene su residencia.

Es curioso, se mantiene tan concentrado mientras a través de sus gafas de montura delgada corrige una sinopsis de una de sus historias. Visto así, luce como alguien inteligente. Le quedan bien. Y claro, de por si el chico es bastante listo.

Lo llamo para comer y juntos nos sentamos ha almorzar. Que raro que hoy no se apareció Tayler... de seguro su novio lo secuestró. Es una pena...

Sí sí, que dolor.

Han pasado algunas cosas desde que mi amigo se mudó aquí a Madrid, una de ellas fue que conoció a los miembros de la sucursal de la editorial para la que trabaja, y estos programaron un par de eventos importantes; firmas de libros, una entrevista, y esas cosas que claramente le emocionaban y también lo ponían nervioso. Me alegraba verlo tan animado por algo que sabía, significaba mucho para él.

Le había ofrecido a Michael vivir en mi casa pero él se negó, y discutimos por eso por varios días. Pero en fin, supongo que entendía sus razones... clara y obvia vergüenza.
Definitivamente, era el mismo Michael de siempre.

Así que le conseguí este departamento que solía usar cuando estudiaba cocina y él, satisfecho por el espacio, lo rentó, y ahora me lo paso aquí casi todo el día... ¿Qué? Estoy desempleado y aburrido. El gimnasio es a primera hora o en las tardes ¡Y vamos juntos!.

Luego de que Michelle y yo terminaramos (sí sí, tampoco resulto mi relación con ella), mi tiempo se a liberado en gran cantidad. Literalmente, no sé qué hacer con mi vida. Pero en fin, puedo pasar tiempo con mi amigo y mostrarle así la ciudad, y eso es algo. Aunque ahora cada vez que salimos tengo que sacarlo a rastras del parque natural El Retiro, que queda a solo unas cuadras de aquí. Supongo que no puedo culparlo, ese lugar es espacioso y sereno. Es perfecto para que un artista se deleite con el aire fresco y la naturaleza, mezclada con la cautivante historia y la elegante cultura de este país. Recuerdo que desde niño, ese también era uno de mis lugares favoritos.

Dos horas después, estamos en su habitación, que está junto a la mía, conectadas estas por un pasillo y entre ambas, se cierne el baño más grande.

Antes había vivido solo, y mi amigo Mark habitaba el departamento 30, casi al lado. Este es el 33. Resulta casi melancólico estar de nuevo en este lugar después de tanto tiempo, aunque no recuerdo más que charlas y pocas reuniones con mi compañeros.

Al menos tuvimos suerte que estuviese desocupado.

Por ahora estamos tirados en la cama viendo en Netflix: Avatar, el último maestro aire, primera temporada.

Cuando veo a Michael, claro y firme en lo que quiere y la forma en que suele explicar sus metas y sueños. Es asombroso, porque incluso para mí, es difícil imaginar todo lo que será de mi vida, es decir, pienso que las cosas ocurrirán a su momento, por ahora, viviré el presente. Pero él no, sabe exactamente lo que espera lograr y cada día lo veo esforzarse por alcanzarlo, y me quiere junto a él. Nunca nadie me había incluido en su futuro.

Por Siempre, Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora