•CAPÍTULO 1: El retrato

4.1K 200 27
                                    

[PRIMERA PARTE]
Mi Mejor Amigo

Alexon

Han pasado ya dos meses desde que, oficialmente, toda posibilidad de mantener alguna conexión con el mundo a través de lo digital, desapareció.

Estoy frito.

Al igual que mi teléfono, irreparable, mismo que ahora parece más un puzzle desarmado. Un cubo de Rubik seria un buen ejemplo, porque solo un genio podría encontrarle solución a semejante desastre.

Necesito al Doctor Strange urgentemente.

Solo tengo mi agrietada tabled (fiel compañera y confidente) sin internet para seguir escribiendo en mis ratos libres (Que son muchos, por cierto). Pero oye, mientras pueda mantener mis obras en fluida y constante edición, todo bien. Solo tengo conseguir alguna señal WiFi y listo.

Y no es conformismo, solo estoy tratando de ser optimista. Y eso, es contradecir mi naturaleza pesimista.

Termino de acomodar mi mochila con algunas cosas de estudio que no me tomo la molestia de revisar. Debe estar todo, supongo. En la universidad me entero. Además, agrego un poco de ropa por si decido quedarme por la noche en casa de mis amigos. Mi papá los conoce, por lo que podría mudarme con ellos y no le importaría.

¿A quién quiero engañar?

A los dos días ya habría una patrulla con agentes armados listos para sacarme de allí.
Mi hermano menor; Luis David, alías "El que jamás creció" estaría encantado de que mi cuarto quedara solo, con todas mis cosas a su disposición.

Y hablando de mi familia, cuando salgo de mi habitación, mi padre; un señor moreno de mi altura con un grueso bigote como aleta de pez sobre su labio superior, ya a preparado el desayuno y ahora toma café de una taza grande humeante mientras nuestro simpático perro castaño: Tobi, alías, "El que siempre tiene hambre" se pasea con su cola de oso vibrando de emoción, y su gigantesca anatomía trotando de un lado al otro rozando las piernas de papá Esteban, y mi eternamente joven hermano de 17 años, ya parece listo para salir, vistiendo su habitual ropa ajustada un poco más estrecha cada día desde que comenzó a practicar Potencia en un gimnasio cuya ubicación desconozco. Él heredó la piel morena de nuestro papá, que es mi tocayo, porque como suele suceder, el primer hijo debe llevar el nombre de su progenitor, y mis padres se pusieron todo creativos, y así nació el "Alexon Esteban Ruiz". Si yo hubiera podido opinar allí, hubiera gritado por el ombligo de mi madre algo como: ¡Me quiero llamar Fernando Moctezuma, o Cleytón Forlz! ¡Gracias: La Gerencia!.

Pero nada de eso pasó. Soy Alexon Esteban y "Esteban" me quedé, junto a las otras 160.743 mil personas en todo el mundo. Nunca me pareció un nombre muy artístico, pero ya que, es mi nombre y me gusta. Al menos Alexon no suena tan simple.

—Esteban, ven a desayunar rápido o se te va a enfriar —Me llama mi padre usando nuestro nombre compartido. Le doy una mirada al microondas sobre la nevera pero no digo nada, sonrío y le doy las gracias a mi padre.

—Que lo caliente entonces el bebé. —Acota mi amado y querido hermano (véase el sarcasmo) con su usual actitud de entrometido.

Le doy un mirada furibunda y suspiro dejándolo pasar. Minutos después de desayunar y comprobar que todas mis si queridas y amadas plantas de Portulaca Grandiflora, estuvieran bien regadas, me dispuse a cerrar las puertas traseras y revisar la cocina, los seguros, los baños y mi habitación.

Por Siempre, Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora