Cap. 02- Curse

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Cuando abrió sus ojos, Kara pudo divisar a la mujer de piel pálida y cabello oscuro que había aparecido la pasada semana en su hogar. Ella tenía su brazo izquierdo sobre la cintura de Kara y su rostro poseía un gesto de paz y tranquilidad que a la rubia se le dificultaba creer que aquella fue la bruja que, con un movimiento de aquella blanquecina mano la cual reposaba cerca de su vientre justo ahora, estuvo a punto de estrangularla unas noches atrás. No quería despertar a la mujer, pues algo le decía que si lo hacía entonces ella terminaría por volver a estrangularla, o peor, tendría el futuro que la bruja le había prometido a Streaky... o, mejor dicho, a Reign. Durante toda la semana, se había resumido a levantarse, vestirse, preparar el desayuno para ambas y marcharse a su trabajo, en el cual durante su tiempo libre se dedicaba a buscar otro departamento a un precio tan económico como ese, sin encontrar resultado alguno. Nunca había despertado a la bruja durante las mañanas y cuando volvía en la noche ella parecía no estar, sólo encontraba la cena en el microondas, pero cuando se iba a dormir en algún momento ella llegaba y se dormía a su lado en la cama.

Con extrema cautela, Kara intentó apartar el brazo que reposaba en su cintura. Al tocarlo, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pues la piel de aquella frívola mujer era bastante cálida y suave, parecía hecha de porcelana. Cuando lo sostuvo e intentó apartarlo tembló al notar como con su mano la mujer se aferraba a su pijama además de que ella se acercó más al cuerpo de Kara, hundiendo su rostro en su pecho y aspirando su aroma. Lena susurró algo inentendible para Kara, algo parecido a las palabras que tanto susurraba la otra noche y cuando intentó moverse no pudo hacerlo. Abrió sus ojos con sorpresa, era como si su cuerpo estuviera congelado por completo, ni siquiera podía abrir sus labios para hablarle a la mujer o quejarse. Lena sólo se aferró más a ella, acomodándose a su sitio y sonriendo un poco.

Si lo pensaba bien, aquella mujer no era como la imagen de una bruja que siempre estuvo en su mente. Para ella una bruja era más bien una mujer como las de aquella película que veía con Alex en Halloween, Hocus Pocus, con verrugas y dientes grandes, uñas largas, cejas gruesas, narices que resalten. Lena era todo lo contrario a eso, ella era hermosa, tan hermosa como que si la mujer te invitaba a entrar en su caldero con una sonrisa en sus labios lo harías sin dudar un segundo. Observó con detenimiento a la bruja por varios minutos, sin poder hacer absolutamente nada más, hasta que un maullido cercano captó su atención. Dirigiendo sus ojos en aquella dirección se percató de que Reign estaba sobre Lena, lamiendo una de sus patas. Cuando se detuvo de lamerla miró a Kara fijamente y un maullido bastó para que Kara pudiera moverse.

—¿Qué? —Lena se removió en su sitio, por lo cual Reign pareció alertarse y saltó a su lado en la cama, gruñendo ante el movimiento de su dueña quién se giró, dándole la espalda a Kara mientras murmuraba algo inentendible para la rubia. Ella por fin pudo sentarse en su lugar, observando a la gata que había comenzado a lamer su pata de nueva cuenta sin prestar atención alguna a Kara —Realmente eres una gata mágica ¿no es así?

Le dio unas pequeñas caricias a la gata antes y ella sólo ronroneó, sin parar de lamer su pata. Kara se apresuró a iniciar su día, pero lo único que tenía en la cabeza era a Lena ¿realmente iban a compartir el departamento? ¿No sería mejor que ella se marchara? ¿Qué tal que Lena era como aquella bruja de Hanzel y Gretel? ¿Qué tal que quería comerla? ¡O peor, utilizarla para un elixir como había prometido que haría con Streaky!

Cuando la rubia salió del baño miró con temor la habitación, encontrándose con que la gata de pelaje oscuro estaba estirándose en el suelo, preparándose para salir o para el desayuno, y la bruja... la bruja continuaba durmiendo. Su respiración era pausada, cualquiera que la mirara pensaría que era una mujer normal dormitando, sin embargo, las preguntas que la invadieron en la ducha no abandonaban su cabeza. Dio unos pasos dentro de la habitación con cautela, ganándose una mirada de extrañeza por parte del minino, que la observaba con su cabeza algo ladeada. Ella abrió el closet con lentitud, tratando de que no hiciera aquel típico chirrido de siempre, lográndolo por los pelos, Kara procedió a buscar su ropa entre las nuevas prendas que se hallaban dentro. Estaba colocándose su ropa interior cuando el estruendo de varios objetos cayendo y un maullido la hicieron girarse. Para su sorpresa, Lena se levantó de un salto y sus manos brillaban con flamas verdes que la asustaron de sobre manera.

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