Cap. 14- Unicorn

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Esa noche Kara llegó a casa con un obsequio para Lena, sin embargo, se encontró con el departamento vacío. Cuando caminó dentro del mismo sólo pudo hallar una nota pegada al microondas, en la cual Lena le notificaba que estaría ocupada hasta muy tarde, pero que su cena estaba allí, además de desearle buenas noches. La rubia rascó un poco su cabeza, dejando la caja con donuts sobre una de las repisas de la cocina. Soltó un suspiro, tomando un post-it de su bolsa; los cuales solía usar mucho en su trabajo para no olvidar las cosas; colocándolo sobre la caja de donuts y escribiendo sobre la misma una pequeña nota para Lena. Sonrió un poco, calentando su cena y caminando hasta la habitación, dejando su bolsa en la cocina. Encontró otra nota de la pelinegra en el closet, en la que le indicaba que no entrara al portal. Cuando abrió las puertas del mismo logró divisar un portal, el ruido de murmullos de diversas personas llegó a sus oídos y por un segundo se vio tentada a pasar por el con aquel anillo que Sam le había dado, así nadie podría verla. Negó con su cabeza e hizo caso de la nota que Lena le había dejado, sin embargo, con su teléfono tomó una foto de la nota en el closet y luego se tomó una a sí misma con aquel portal de fondo, subiéndolas a su red social. El ruido del microondas le indicó que su cena estaba lista así que se dirigió a la cocina de nueva cuenta para así poder cenar. Estaba comiendo en silencio mientras divisaba los comentarios y likes de sus fotos cuando un comentario en particular llamó su atención. Era de una de sus compañeras de trabajo, Siobhan. Kara alzó una ceja ante su comentario, leyéndolo en voz alta cuando tragó su cena.

—'¿Cómo dices que se llama tu "bruja", Kara?', nadie nunca se había molestado en preguntar eso... mmm —se alzó de hombros, contestando a la pregunta con un simple "Lena". Continuó cenando hasta que, de nuevo, su compañera insistió en el nombre de la bruja y entonces Kara se rascó un poco la cabeza —¿Por qué está tan interesada en saberlo? Ni siquiera me habla en el trabajo para más que presumir sus logros.

Giró sus ojos, ignorando el comentario. Bloqueó su teléfono y terminó su cena, lavando su plato, secándolo y guardándolo en su sitio. En el poco tiempo que había vivido con Lena se dio cuenta de que la bruja era bastante ordenada y pulcra, pues siempre dejaba las cosas en su lugar y el departamento nunca tenía ni una pizca de polvo, muy al contrario que ella, ya que el tiempo que vivió sola en aquel departamento olvidaba lavar algunos platos y para cuando llegaba el fin de semana tenía una montaña de platos por lavar y sólo vivió un mes allí. Afortunadamente Lena había aparecido un día martes en su hogar, de otra forma estaba segura de que si encontraba la montaña de platos sucios en el lavabo la hubiera aniquilado sin prestar atención alguna a Reign. Kara se encaminó al baño cantando una animada canción, dejando la bañera llenarse con agua caliente, estirándose un poco. Estaba demasiado cansada como para esperar unos minutos antes de bañarse y dormir, así que sólo se adentró a la bañera apenas estuvo lo suficientemente llena para ella y se adentró en la misma luego de desvestirse. Por unos segundos descansó en la bañera, recargando su cabeza en uno de los bordes. Soltó un suspiro de cansancio y se dio cuenta de lo silencioso y vacío que se encontraba el departamento sin la pelinegra a su alrededor preguntándole cosas o haciendo flotar objetos. Para haber vivido sólo una semana con ella, Kara sentía que se había acostumbrado a su presencia allí, por mucho miedo que le causó en un principio, la pelinegra le causaba bastante gracia y era agradable tenerla cerca... al menos cuando no estaba molesta y encendiendo sus manos cual candelabro parlante. Soltó una risa ante su pensamiento.

Aquella noche la rubia se tiró en el medio de la cama, moviendo sus brazos y piernas extendidos, sería la primera noche que dormía sola así que pensó que no habría problema en dormir en medio de la cama como solía hacer antes de la aparición de la bruja. Miró su teléfono notando que ya eran las nueve de la noche, así que soltó un suspiro, acomodándose en varias posiciones, sin embargo, no lograba dormir, por algún motivo sentía como que algo le faltaba. Tomó la almohada de la bruja, encontrando su aroma a lirios impregnado en ella, sonrió y se dejó caer en los brazos de Morfeo con aquella almohada entre los suyos. Horas después un estruendo la despertó, se sentó en la cama con rapidez, sin embargo, debido a la ausencia de luz no pudo ver absolutamente nada. Encendió la lámpara que se encontraba a la derecha de la cama y entonces vio varios rastros de sangre por las paredes provenientes del closet. Escuchó unos quejidos y la fuerte respiración de algo a los pies de la cama y sintió algo de miedo, pensando que quizás algo se había metido por el portal que Lena había dejado abierto en el closet. Se quitó aquella pulsera que Lena le había dado como amuleto y esperó unos minutos a que el efecto de la misma desapareciera para así acercarse a los pies de la cama. Levantó su puño dispuesta a golpear a lo que sea que se hallaba en el suelo, entonces sus ojos azules se abrieron con sorpresa.

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora