Cap. 20- Contain

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Sam dio un paso en las escaleras de emergencia de aquel edificio, mirando a su alrededor con interés. Siempre aparecía en el piso debajo del de Alex y entones subía por aquellas escaleras de emergencia y entraba por la ventana. Por supuesto que lo hacía en su forma de gato, de otra forma no podría impresionar a la humana que vivía en aquel departamento. Tomó una larga respiración, sabiendo que Alex no soportaba a las personas impuntuales, pero también sabía que amaba las dalias. Abriendo un pequeño portal ella metió su mano por el mismo y tomó cinco de aquellas flores pues tan sólo iba retrasada cinco minutos. Rápidamente tomó su forma de gato y con las flores en su hocico subió las escaleras hasta entrar por la ventana correspondiente.

Alex se encontraba cenando, con un plato de vacío frente al suyo en la mesa. La mujer tenía su vista fija en la televisión por lo que no se percató del gato que había entrado por su ventana y depositó las flores que tanto le gustaban frente a ella en la mesa. Un maullido captó su atención y sólo entonces se fijó en los ojos dorados que se hallaban fijos en ella. Para la sorpresa del minino, ella negó con su cabeza, masticando la comida en su boca y limpiando sus labios con su servilleta.

—Dejarás pelos por toda la mesa, Samantha. —la hibrida supo que estaba en serios problemas cuando escuchó su nombre completo salir de los labios de la mujer de cabello rojo. Sin embargo, aprovechó que la tomó en sus brazos para lamer una de sus manos, ganándose una mirada de interés por parte de la mujer. Inclinó su cabeza en dirección a las flores y Alex abrió sus ojos con sorpresa al encontrarse con aquellas flores allí. Otro maullido y ella no pudo evitar sonreír —. ¿Para mí? —Sam asintió con su cabeza, con su mirada fija en la de Alex que se sonrojó un poco por el gesto. Ella mordió su labio inferior, sosteniendo a la gata en una posición más cómoda para ella con una de sus manos y tomando una de las flores, oliéndolas —. ¡Aww, eres tan dulce! No puedo enojarme contigo.

Dejando la flor a un lado, cargó a la gata con ambas manos y entonces depositó un pequeño beso en su nariz. La verdad es que Sam no necesitaba aquel gesto para convertirse en una humana, sólo le gustaba la forma tan tierna en que Alex la trataba estando en aquella forma, la cual parecía cambiar un poco al ser una morena un poco más alta que ella, con rasgos latinos y sonrisa malvada.

—Estoy feliz de que te gustaran las flores. —habló una vez estuvo parada frente a ella, tomando las cinco flores y colocándolas en el jarrón vacío que hacía el intento de decorar el comedor de Alex —. Apenas las vi pensé en ti... así que tomé unas cuantas y vine lo más rápido que pude. Es una por cada minuto que estoy retrasada.

—¿Ah sí? —Alex miró su reloj y se percató de que tenía razón —. Bien... gracias, son hermosa.

—No tanto como tú. —su comentario tuvo un efecto inmediato en Alex, que se sonrojó por completo y desvió su mirada de ella a algún lugar de la sala. Sam sonrió al ver el resultado de su comentario y desvió su mirada a la cena que había preparado la mujer —. Macarrones con queso instantáneos... —una sonrisa algo forzada apareció en sus labios. Odiaba los macarrones con queso, casi tanto como odiaba la mantequilla de cacahuate. Sin embargo, sabía de algo que Alex amaba, de hecho, lo sabía todo... su cena favorita, por ejemplo — ¿No prefieres cenar... hamburguesas?

—¿Hamburguesas? —Sam asintió con su cabeza —. Bueno, personalmente amo las hamburguesas, pero... —Alex se alzó de hombros y procedió a sentarse en su sitio —, ya sabes, estoy algo corta de dinero con eso de que quiero una nueva motocicleta así que... esto fue lo más económico... a menos que quieras comer el maruchan de hace tres días que está en el refrigerador.

—¡No, no! No hay problema yo... ¡puedo hacerlas! —Alex la miró con una ceja alzada ante lo que dijo y ella se alzó de hombros —¡Es lo mínimo que podría hacer por llegar tarde!

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora