Cap. 40- Obsession

14.4K 1K 367
                                        

ADVERTENCIA: El siguiente capitulo puede herir su homosexualidad, idiotas, ¡digo! El siguiente capítulo engloba contenido GiP, por supuesto que hay cosas lésbicas aquí porque HOLA es un fic lésbico, pero... en algún momento cuando lean "miembro" no quiero que se sorprendan ¿ok? ¡Ok!

PD: Así las quería agarrar, NECIAS IMPURAS, pasándose por los ovarios la advertencia.

Lena no era exactamente una vecina agradable, aunque claro, no era del tipo que ponía música a todo volumen en altavoces a las dos de la mañana. Era más del tipo que saludaba apenas a las demás madres, ya sea porque se las encontró en el mercado o porque se cruzaron en el momento en que salió a botar la basura con sus pequeños jaloneando su camisa. El motivo era sencillo, Lena odiaba a los humanos, socializar con ellos le parecía una pérdida de tiempo y aunque había dejado de planificar aquelarres todos los fines de semana para quedarse en casa y jugar con sus hijos o ver televisión con ellos, algo que no había dejado la bruja era su ego, el cual siempre había estado por los cielos y más allá.

Su desagrado hacia sus vecinos comenzó apenas se mudaron allí, cuando Evans, que vivía a la derecha de su casa, dejó a sus hijos en un campamento de verano y entonces todas las noches que Kara llegaba a casa del trabajo desde aquel día la bruja la jaloneaba hasta la cocina, la obligaba a sentarse en las encimeras y allí, como si fuera la única cena que deseaba, Lena no sólo le arrancaba gemidos, sino que la hacía llegar al orgasmo las veces necesarias para demostrarle a Evans que ella era la ama y señora de los orgasmos femeninos. Algunas veces Kara lograba escuchar a sus vecinos en pleno acto, ni siquiera era la gran cosa, sólo escuchaba pequeños gemidos, casi como murmullos, entonces intentaba ocultarse antes de que Lena apareciera frente a ella en una nube de humo para ganar aquella competencia imaginaria que tenía la pelinegra con su vecino. Y así fue también con William, el de la casa de la izquierda, quien parecía más ofendido por el hecho de que Lena era relativamente mejor por los gritos de Kara.

Lena sabía lo mucho que Kara detestaba hacer aquello en cualquier lugar que no fuera la habitación que compartían hace 5 años, también sabía lo mucho que le avergonzaba la idea de ser escuchada por sus hijos o siquiera los vecinos y era exactamente por eso que quería hacerlo allí, en ese sofá, quería hacerla gritar en sala de estar sólo para que media calle se enterara de que "las lesbianas del vecindario" estaban teniendo sexo, así como ella solía enterarse de que los vecinos tenían intimidad, pero de forma rápida colocaba un hechizo alrededor de la casa para evitar que sus inocentes hijos escucharan a la señora Smith "siendo golpeada" como le había dicho preocupada una vez hace semanas Liz.

—Eres mi tierno girasol ¿no es así? —paseó sus manos con delicadeza por el torso de Kara, sentándose sobre su regazo en el sofá y observando su cuerpo con una pequeña sonrisa —. Sólo mía.

—Sólo tuya. —Kara tomó una de sus manos, guiándola hasta su rostro para darle un pequeño beso en el dorso de la misma, permaneciendo en silencio unos segundos, mientras le daba una larga lamida a la mano de Lena, metiendo su dedo índice en su boca y jugando con él en el interior de la misma con su lengua. Pasaron varios segundos en los que sólo escuchó la excitada respiración de su esposa pues mantuvo sus ojos cerrados luego de besar su mano, entonces liberó su dedo y abrió sus ojos, fijándolos en los verdes de la pelinegra sobre ella que parecía hipnotizada por su belleza. Kara sonrió con malicia al verla atónita encima de ella y decidió iniciar aquel juego que sabía que a su esposa le encantaba —. Mi ama y señora.

Al momento de escuchar aquello Lena abrió sus ojos con algo de sorpresa. Segundos después sus labios volvieron a curvarse en una sonrisa y pasando su mano por el cuello de Kara hasta su pecho dejó un rastro de humedad en ella que miró con malicia.

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora