—¡Tía Sam! —sentir aquel pequeño y frágil cuerpo lanzarse a sus brazos le daba vértigo. Los niños crispaban sus nervios y era por ello que la mayor parte del tiempo los últimos cinco años que había visto a Lena había sido en reuniones estrictamente familiares, como el cumpleaños de alguna de las hermanas Danvers o en navidad, y lo hacía por unas horas antes de marcharse con Alex y con un dolor en su cabeza irritable. Sam hizo flotar a Liam lejos de ella, sonriéndole un poco con amabilidad y antes de que si quiera pudiera alcanzarla, hizo flotar a Liz también, manteniéndolos a ambos lejos de ella con aquella sonrisa a un en sus labios —¡Tramposa, te había atrapado!
—Oh no, lo que atrapaste fue una nube de humo, Liam... más suerte para la próxima.
—Mamá va a atraparte... ¡ganará este duelo a muerte con cuchillas!
—¡Sí, mamá ganará!
La risa sarcástica de Lena en la sala de estar llegó a los oídos de los tres y sus hijos voltearon a verla con admiración. Sam se preguntó quién era ella para borrar aquella admiración de sus ojos así que Lena la tomara del brazo, haciendo énfasis en el agarre y los ojos de sus hijos sólo brillaron más.
—Hecho, niños... ahora a dormir.
—¡Mamá es asombrosa!
—¡Digna descendiente de Morgana!
Ambos niños se lanzaron sobre Lena, que se tambaleó un poco en su sitio y sonrió.
—Apenas puedes sostenerte cuando estos dos te abrazan y ¿quieres otro? —ante las palabras de su maestra Lena se alzó un poco de hombros y comenzó a subir las escaleras de forma lenta con sus hijos abrazados a sus piernas, riendo por lo gracioso de la acción —... Lena ¿podemos hablar?
—Espera... es que... yo... debo... contarles... una historia —decía con cada escalón que subía, y no fue hasta que estuvo en la segunda planta de la casa que terminó de hablar —, o no dormirán ¿cierto, impuros?
—¡Sí, una historia!
—¡Una nueva! —Liz jaló un poco su agarre en los jeans de su madre, causando que los mismos se bajaran un poco, logrando mostrar la lencería que tenía bajo sus jeans —¡Lo siento!
La risa de los niños no tardó en llegar y el rostro sonrojado de Lena causó que Sam se uniera a ellos. La bruja subió sus jeans e hizo desaparecer a los niños en una nube de humo, mirando a Sam con algo de cansancio.
—Quizás tú puedas contarles una historia.
—¿Qué? ¿Yo?
—¡Sí! Debo arreglar todo para mi cena romántica con mi esposa antes de que llegue a casa y encuentre todo fuera de lugar. —bajó las escaleras, dándole una palmada en el hombro a Sam antes de sonreírle —. Te la debo.
—Pero es que yo...
Miró a Lena marcharse en dirección a la cocina y suspiró, escuchando las risas de los niños en el piso de arriba. Tragó con algo de fuerza, subiendo las escaleras y asomándose por la puerta de la habitación que sabía que les pertenecía a ambos niños, encontrándolos saltando en sus respectivas camas, divertidos. Tomó una larga respiración antes de entrar a la misma y sentarse en una pequeña silla, una que, si no se equivocaba, le pertenecía a Liz y su pequeña mesa para jugar a la hora del té. Hizo flotar uno de los tantos libros infantiles de la estantería en su dirección, no obstante, Liam lo tomó.
—¡No, no, tía Sam!
—¡Queremos una historia nueva!
—¡Sí, una nueva!
—¿Nueva? —preguntó a ambos y ellos sólo asintieron con su cabeza sonrientes —¿Acaso quieren perder otro diente?
—Liam ya no tiene dos ¡míralo!

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Blue Monday
FanfictionKara Danvers es una joven común que desde que recuerda ha tenido mala suerte. Su vida da un giro completo cuando se muda a National City, alquilando un departamento que, según el casero del edificio, se encontraba deshabitado hace meses. Es entonces...