Cap. 33- Murder

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—Me siento un poco... rara.

—¿Rara? —Astra le sirvió un poco de té, acercándole una taza por encima de la mesa. Kara la miró con su ceño fruncido, tomándola y soltando un suspiro sin comprender qué le sucedía —¿En qué sentido?

—Vengo de golpear a mi jefe. —la mujer castaña no pareció sorprendida, pues cuando se cruzaron en la calle luego de acabar su turno en la cafetería notó a Kara bastante enojada, además de que los nudillos de su mano izquierda se encontraban un tanto magullados —Sólo dijo otro comentario estúpido acerca de que los hombres merecen el mérito de tantas cosas en el mundo, que las mujeres somos nada... sólo lo golpeé.

—Bueno, —Astra tomó una larga respiración, sentándose a un lado de Kara en la mesa y mirándola con un dejo de satisfacción en su rostro —, él se lo merecía.

—¡Me despidieron! ¿Qué voy a decirle a Lena? ¡¿Qué voy a decirle a mamá?! —al escuchar aquella palabra, Astra se removió un poco incómoda, sin embargo, pudo notar algo extraño en la actitud de Kara, parecía exaltada, enojada... parecía bajo el efecto de algo —. Yo sólo... ¡él estaba siendo bastante idiota! ¿Y es a mí a quién despiden? Luego de escucharlo hablar incontables veces de cómo mi trabajo vale menos porque no tengo un pene ¡tuve uno en algún momento!

—¿Qué?

—¡Lena me dio uno temporal! —la castaña sólo asintió con su cabeza, pareciéndole más claro lo que dijo —. Y tenía razón, debí ir con él y decirle "mi pene es más grande que el tuyo" ... porque era reamente grande.

—Bien, sí... realmente no es algo que deseo escuchar, pero... te noto bastante alterada ¿estás bien?

—¡Por supuesto que no! —golpeó la mesa con algo de fuerza, asustando un poco a la castaña, que por un momento la miró a los ojos en busca de algo que le indicara lo que le sucedía a Kara —¡El año acaba mañana, y voy a iniciar un nuevo año sin empleo porque a Snapper le viene en gana! Hijo de puta.

—¡Wow! Calma... —nunca antes había escuchado a Kara hablar así, pero se percató de aquel brillo rojo en sus ojos cuando dijo esas palabras, lo que afirmaba sus sospechas. Beth había usado la kryptonita roja que le robó en la rubia y era por ello que todo parecía molestarle —, estás un poco alterada.

—¡Estoy completamente alterada! —soltó un grito de frustración y entonces su teléfono comenzó a sonar —Oh... es Lena. —Astra quiso fijarse en lo que decía el mensaje, no obstante, no fue necesario —Quiere verme en... ¿el mirador? ¡Agh! No quiero salir... sólo quiero ir a casa —la rubia escribió en su teléfono celular una respuesta y segundos después otro mensaje llegó —Tiene algo importante que decirme... ¡Oh! —de repente, todo su enojo pareció desaparecer cuando recordó algo —¡Es cierto! Ella ha estado algo enferma... quizás es sobre su salud.

Astra permaneció en su sitio, viendo cómo Kara tomaba aquel té con rapidez, ignorando lo caliente que se encontraba. La miró en silencio, decidiendo qué hacer. Había viajado por años, intentando ubicarla cuando se enteró de que había una pequeña posibilidad de que estuviera viva. Pero no fue hasta hace pocos meses por medio de las redes sociales que pudo saber dónde se encontraba. Aquel método de búsqueda se lo había enseñado Beth, quien se había enterado, por medio de un contacto, que Kara Danvers vivía con la descendiente de Morgana, Lena Luthor. Y no sólo eso, Beth le había dicho que deseaba quitar a Lena de su camino, que sólo con su muerte podría obtener aquello que más deseaba... el corazón de su esposo.

Aunque lo que ambas deseaban era la muerte de Lena, Astra la necesitaba para algo más oscuro que una simple venganza de amor, así que hizo un trato con Beth, se suponía que ella le iba a entregar el corazón de Lena una vez la hubiera sacrificado, pero antes tenía que revelarle la verdad a su sobrina, que ella era la última de los El y que Lena había asesinado a su verdadera familia.

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