Cap. 31- Feeling

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Se sentía raro. Apenas se levantó, Lena fue atendida por Kara en todo aspecto, la rubia no se alejó de ella ni un segundo y por un instante pensó que quizás luego de que se desmayó en aquel hospital psiquiátrico, Beth le llenó la cabeza con blasfemias. No obstante, el hecho de que Kara sólo parecía estar preocupada por su bienestar y no por otra cosa, le indicó que no sabía o sospechaba nada erróneo. Porque era un error. Lo que Beth le dijo era simplemente eso, un error. Su retraso seguramente sólo tenía que ver con el hecho de que pasó muchos años sin asistir a un aquelarre. Seguramente, su ama y señora estaba pasándole factura por no cumplir con sus pagos a tiempo completo... empezarían a salirle canas pronto, además de arrugas.

Se miró al espejo del baño, el único lugar al que Kara no la seguía sólo porque sería demasiado raro. Su rostro no tenía ni una sola arruga, su cabello seguía tan negro y brillante como siempre. Su periodo, por otro lado, seguía sin llegar... y en una semana se cumplirían tres meses de eso. Su vientre seguía plano, o al menos eso parecía a simple vista, pero sólo si se miraba muy de cerca en el espejo y hacía un poco de presión con su mano en su vientre podía notar aquella leve y casi imperceptible protuberancia en el mismo.

—No... es un error, es un estúpido... —se tambaleó un poco. Tuvo un mareo como los últimos días que se levantó en aquella habitación cerrad. Tomó una profunda respiración, dejando salir el aire de sus pulmones en un suspiro —. Esto es un error, nada más...

Dos toques a la puerta causaron que dirigiera su vista a Kara y unas inmensas ganas de devolver lo que fuera que se encontrara en su estómago la invadieron. Se lo atribuyó al pánico que le causaba recordar sus días allí, pensando en la sangre de los padres de su amada cubriendo sus manos, pensando en confesar la verdad acerca de lo que hizo.

—¿Lena? —la voz de Kara llegó a sus oídos y ella tuvo que sentarse sobre el retrete para no caer al suelo debido al mareo que acababa de sufrir —¿Estás bien? Has estado mucho tiempo allí adentro.

—Estoy aseándome, Kara... es normal que tarde.

—Llevas una hora allí.

—No me aseé por veintitrés días, hermoso girasol... ¿qué esperas? —Kara permaneció en silencio al otro lado de la puerta. Escuchó un suspiro por parte de la rubia y luego unas pisadas alejándose, entonces supo que estaba sola. Volvió a mirarse al espejo y de nuevo podía verse en aquella blanca habitación, podía verse llena de sangre como lo estuvo aquella noche de octubre hace veinticinco años... podía sentir el miedo —. Todo está bien... sólo... habla con ella y... —se miró a los ojos y por un momento el miedo la dominó —, o mejor no... podemos... ¡podemos evitarla! Sí, podemos ir con Gayle y... quedarnos con ella y Leslie por unos días hasta que... —pestañeó varias veces, negando con su cabeza —¡No! Tú eres Lena Luthor, no huyes... tú matas vírgenes y... ¡bailas desnuda en el bosque con lucifer mientras bebes la sangre de tus inocentes victimas! Sí... eso hago, ¡sí!

Cuando salió del baño se encontró con la misma habitación de siempre, sólo que había algo en ella que le molestaba por algún motivo. Miró el closet, el espejo de cuerpo completo, la cama. Pestañeó varias veces... esa no era su cama. Le dio varios toques al colchón percatándose de que era más blando que el anterior y entonces sonrió. Se subió a él y comenzó a moverse en el mismo, dando pequeños saltos en su sitio, algo emocionada.

—Hice el desayuno para ti y- ¡Lena! —la rubia se giró, dándole la espalda a la bruja, cuya toalla había dejado en el olvido para dar saltos en la cama —¿Q-Qué estás haciendo?

—¿Compraste una nueva cama?

—Sí... es que... yo... la anterior olía bastante a ti y yo... no podía dormir, así que... sólo... sí, compré una nueva.

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora