Lena había hablado con Sam, y aparentemente, por palabras de la morena, ella se encargaría de la situación. Kara sintió que el peso sobre sus hombros se había aligerado cuando aquella daga desapareció de su vista y fue por ello que cuando el sábado llegó y Eliza había decidido salir a pasear por la ciudad con sus hijas; incluyendo a las novias de las mismas en el paquete; Kara ya no se sentía tan abrumada con el tema. Sam parecía actuar normal en aquella salida, incluso cuando lo primero que la mujer rubia de apariencia mayor quiso hacer fue comprarle aquel costoso teléfono de último modelo a Lena, que no paraba de mirarlo como si fuera un unicornio volador que escupía arcoíris dobles. Lena, por su parte, no pareció poder contener su asombro con cada cosa que su madre la hacía probar y comprar, desde el teléfono hasta el simple burrito que terminaron cenando antes de que su madre volviera al hotel en el que se hospedaba con su padre.
Para la sorpresa de Kara, su madre pareció sentir una enorme simpatía por Lena, inclusive por Sam. Recordó la vez que les presentó Mike a sus padres y, aunque Jeremiah le dijo que era el hombre indicado para ella debido a su estatus social y planes para el futuro, Eliza no pareció estar de acuerdo ya que él no parecía el joven 'adecuado' para una persona tan sensible y tierna como lo era su hija menor. Igualmente sucedió con Maggie, que, aunque obtuvo la simpatía de ambos, se encargó de enviar todo a la basura por no querer dar su brazo a torcer con la idea de Alex de ser madres.
—Tu madre es... agradable. —fue lo que dijo Lena al respecto de Eliza apenas pisaron el departamento —. No me agradan los humanos, de hecho, no me agrada tu señor padre, pero... ella es... bueno, —Lena se quitó su abrigo, colocándolo en el perchero tras la puerta de la habitación —, te pareces mucho a ella.
—¿Te gusta mi mamá?
—Sólo digo que es agradable. Ya sabes... no le daría una muerte brutal ni porque necesitara beber su sangre para un ritual de belleza... y créeme, Kara Danvers —pasó sus brazos por el cuello de la rubia, mirándola con una sonrisa perspicaz en los labios —, que no digo eso de cualquier humano impuro.
Cerró la distancia entre ambas con un beso apasionado, separándose de ella sólo cuando se vio en la necesidad de tomar aire, adicional a querer cambiarse de ropa para ir a dormir de una buena vez.
—¿Debería sentirme halagada de que no vayas a beber la sangre de mi madre?
—Muy halagada, en realidad.
Kara soltó una risa e imitó a la pelinegra, comenzando a desvestirse para ponerse su pijama.
—Entonces... ¿qué hay de tu novio? —Lena arqueó una ceja, no comprendiendo la pregunta de la rubia, que le regaló una sonrisa burlona —, ya sabes, el mago asesino.
—Yo puedo responder a eso. —Kara se abrazó a Lena al escuchar la voz proveniente a sus espaldas, soltando un grito de susto al no esperar tal aparición —. No deja de causarme gracia tus reacciones Kara, tierno colibrí, Danvers.
—¡Sam! Por favor para de hacer eso...
—Lo intentaré... —dijo en un tono burlón que le decía a la rubia que en realidad no lo haría —, por el momento, debo decirte que te necesitaré por las próximas tres semanas... hasta el último día del presente mes... ¿estás disponible?
—Eh... tengo un trabajo así que... no lo creo —la morena giró sus ojos y ella parecía no entender por qué la necesitaba exactamente —... ¿para qué me necesitas?
Sam se cruzó de piernas en su lugar en la cama y miró al techo con algo de pesar.
—Voy a convertirte en una cazadora.
—¡¿Qué?! —para su sorpresa, el grito fue de Lena, quien comenzó a negar con sus manos y cabeza —. No, no, no... no hay manera de que vayas a hacer eso... ella es una humana, una dulce y tierna hum-
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Blue Monday
FanfictionKara Danvers es una joven común que desde que recuerda ha tenido mala suerte. Su vida da un giro completo cuando se muda a National City, alquilando un departamento que, según el casero del edificio, se encontraba deshabitado hace meses. Es entonces...