Cap. 22- Fiancée

13.5K 1.1K 1K
                                        

Quizás Lena se hubiera dedicado las siguientes noches a deshojar el girasol de Kara si no hubiera estado en su cabeza el hecho de que tendría una cena con los padres adoptivos de la humana en cuestión de días. Dormir a un lado de Kara no era exactamente una tortura, la verdadera tortura era acostarse a un lado de ella sin poner un solo dedo en la suave piel de su vientre plano que la incitaba a tener pensamientos perversos. Era una tortura oler su cabello, sentir el aroma de su champú y el de su perfume mezclados y no poder averiguar si el sabor de su piel era tan exquisito como el olor que desprendía. Era una tortura tener que permanecer en aquella cama a su lado sin poner un dedo sobre ella. No pudo dormir en toda la noche, pues el sólo hecho de pensar que los padres de Kara vendrían de visita la tenía nerviosa. No podía ser muy malo ¿cierto? No, ella estaría bien... no es como si sus padres fueran los El, ella había sido adoptada por dos amables y normales humanos que no atentarían contra su vida en medio de la cena familiar ¿cierto?

—¿Y a qué dedicas, Lena?

Esa pregunta se la habían hecho dos veces con anterioridad, ya sabía lo que debía responder. Sin embargo, le dio una mirada a Kara, que estaba en la cocina junto con su hermana mayor mientras ella estaba en una especie de interrogatorio junto con Sam en la sala de estar, fue una pequeña vista y supo por la mirada que le estaba dando la rubia que no debía bromear con el hecho de que alababa a un ente oscuro.

—Yo... ah...

—Su ex estudiaba administración empresarial, —la interrumpió Jeremiah, tomándose la barbilla a modo pensativo —, él dirige una empresa ahora, si no me equivoco, estoy seguro de que es un buen hombre y fue un excelente yerno.

—Pianista... —la mirada de desaprobación que le dio el hombre hizo que tragara con algo de fuerza —, soy pianista.

—¡La mejor pianista de Irlanda! —escucharon decir a Kara desde la cocina —, ella podría enamorarte con las hermosas melodías que es capaz de tocar.

—Sí, cariño... —Eliza sonrió un poco —, me alegra que tengas a tu lado a alguien capaz de apreciar el arte tanto como tú...

—Pero no puedes vivir de amor o arte. —finalizó el padre de ambas mujeres en la cocina y Lena sintió como si la estuviera apuñalando con la mirada. Él negó un poco con su cabeza a modo de desaprobación —. ¿Y dices que eres su novia?

—La verdad, yo-

—Samantha nos dijo que es una emprendedora, —él volvió a interrumpirla y Lena se sintió tentada a callarlo con un hechizo de silencio, pero estaba segura de que Kara la regañaría por ello, además de que sería muy extraño que de un momento a otro él simplemente no pudiera hablar, además de que existía la posibilidad de que Reign cancelara su hechizo y entonces todo sería para nada —, una mujer con un sueldo fijo que trabaja diez horas diarias para ganarse la vida en una de las mejores empresas de la ciudad, justo como Alex trabaja día tras día para hacer de esta una ciudad más segura... y tú... —él la miró de arriba abajo y Lena se sintió ofendida, no sólo por lo que estaba insinuando sino por la mentira que había dicho Sam ¿emprendedora? ¡Hace unos meses no era más que su mascota! —, tú eres ¿una pianista?

—Bueno... en cada uno de mis conciertos logro recaudar muchos miles de papeles de...

—¡Dólares! —Kara la interrumpió y Lena asintió con su cabeza —, ella es una artista muy conocida en Irlanda, papá.

—Artista, claro... y si es tan conocida ¿por qué vive en tú departamento?

—En realida-

—¡Porque se lo pedí! —el hombre se giró para mirar a su hija con una ceja alzada y Kara asintió con su cabeza —. Ella vivía en... una suite algo alejada del centro de la ciudad, vivía más hacia el este, y... bueno, nos costaba mucho vernos así que... acordamos vivir en mi departamento ya que... bueno... ¿nos amamos?

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora