Blue Monday

Cap. 09- Nightmare

Abrió sus ojos, encontrándose en su departamento, el cual se encontraba totalmente desolado. No había rastro de Lena por ningún sitio y por algún motivo su televisión sólo mostraba ruido, no había nada reflejándose en ella. Kara se levantó de su sitio en el sofá, notando cómo no podía observar nada por las ventanas, afuera todo estaba oscuro, las luces de la calle ya estaban encendidas, pero por algún motivo todo parecía ser más oscuro de lo normal. Escuchó una especie de susurro cerca de su oído y para el momento en que se giró en su sitio se encontró con la mujer de piel pálida, observándola con una sonrisa en sus labios. Para su sorpresa, Lena le tendió la mano y ella, sin dudarlo un instante, la tomó. La pelinegra la hizo dar una vuelta en su sitio. Antes de llevar una de sus manos a su cintura y comenzar a danzar con ella sin ninguna melodía que pudiera acompañarlas.

—Te pareces tanto a tu madre.

Kara soltó una pequeña risa, negando con su cabeza.

—¿Siquiera conoces a mi madre?

Lena se alzó de hombros, haciéndola girar en su sitio de nueva cuenta.

—Por supuesto que sí, soy su más grande fan, ¿acaso no lo sabías?

—Y exactamente ¿por qué serías la fan de una bioingeniera?

Para su sorpresa, la bruja acercó su rostro al suyo, hasta el punto en que sus respiraciones chocaron.

—No estoy hablando de Eliza, hablo de tu madre —Kara frunció el ceño, sin comprender lo que había dicho. No obstante, antes de que pudiera refutar, Lena unió sus labios a los de ella, en un beso que la hizo sentir mariposas en su estómago. Para el momento en que se separó de ella, Lena sonrió y haciendo una pequeña reverencia depositó un beso en el dorso de su mano —Debo atender unos asuntos.

—E-Espera... ¿te irás sin más?

—Lamentablemente, esto es algo que no puedo dejar pasar.

—Pero... Lena, lo que acabas de dec-

—Nos veremos más pronto de lo que crees, Kara...

Lo último que dijo no pudo entenderlo y antes de que pudiera detenerla, ella se desvaneció en un humo negro, uno que no parecía ser como los anteriores, pues usualmente el humo se dispersaba hasta desaparecer, sin embargo, aquel se dispersó, comenzando a cubrir todo a su alrededor hasta que todo a su alrededor se encontró oscuro, no podía encontrar ni siquiera un destello brillante aun cuando estaba segura de que daba vueltas en su sitio. Aquello se sentía irreal, no importaba cuantas veces pestañeara o intentara mirar sus manos, no podía observar absolutamente nada y en un momento se sintió desesperada por ello. Pero entonces una melodía que sentía conocida comenzó a escucharse, era una canción de cuna. Cuando parpadeó pudo observar el rostro de una mujer que no conocía, una que la sostenía en sus brazos, ella no podía moverse por algún motivo.

—¿No es hermosa?

Pudo escuchar la voz de la mujer y por algún motivo sonaba como la de su madre, Eliza, pero aquella mujer no era ella, estaba segura de que nunca la había visto.

—Tan hermosa como tú.

Entonces, de la nada, cuando volvió a parpadear apareció frente a ella un hombre, su cabello era rubio y sus ojos tan azules como los suyos. Él dijo algo que ella no pudo escuchar, pues sólo vio sus labios moviéndose y su voz distorsionada fue opacada por la melodía que continuaba tarareando la mujer. Una melodía que siempre había estado en su mente, una que ella tarareaba cuando era niña y sentía miedo por alguna historia de terror que le contaba Alex o por alguna pesadilla.