Cap. 01- Descendant of Morgana le Fay

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Era una noche de un martes como cualquier otro, Kara había llegado de su trabajo y habiendo dejado su bolsa en su habitación, se apresuró a darse un baño caliente, ponerse ropa cómoda y preparar su cena.

Estaba mirando la televisión mientras comía cuando de repente una fuerte brisa entró por la ventana y con ella un cuervo negro, el cual se adentró en su hogar bajo su sorpresiva mirada.

El animal emitió tres graznidos antes de que un humo negro lo cubriera, entonces escuchó el gemido de una mujer y luego de unos segundos observó cómo la misma salía del humo. Su cabello era tan negro como lo habían sido las plumas del cuervo; el cual, al desvanecerse el humo, se dio cuenta que desapareció; su piel pálida se veía suave y tersa y estaba cubierta por una túnica negra que se veía bastante vieja, pero lo que más llamó su atención fueron sus ojos verdes, los cuales estaban fijos en las botellas de vino que Kara había colocado en un estante.

—No hay lugar como el hogar. —habló la mujer con un acento que Kara reconoció como irlandés.

Ella parecía no darse cuenta de su presencia y ante la asombrada mirada de Kara ella hizo un movimiento con sus manos con lo que una de las botellas de vino se salió de su sitio, al igual que una copa de vidrio, ambas flotaron en el aire hasta encontrarse frente a la mujer, que se sentó en una silla frente a la mesa, dándole la espalda a Kara.

Un humo negro cubrió su cuerpo, el cual se desvaneció casi al instante y entonces la túnica oscura que vestía fue cambiada por un vestido negro ajustado a su figura. La botella se abrió sola y comenzó a servir vino en la copa. Sólo cuando la copa estuvo hasta la mitad fue que la mujer la tomó en sus manos, dándole un sorbo y escupiéndolo al instante.

—¿Qué clase de basura es esta? ¿De qué año es? —ella le echó un vistazo a la etiqueta —¡¿Qué?! ¿Por qué compraría un vino tan asquerosamente barato? ¡Esto es increíble! —Kara entreabrió sus labios, observando cómo ella murmuraba algo en un idioma que no pudo comprender y entonces una especie de hoyo apareció de la nada. Su botella de vino pareció ser aventada dentro del mismo y entonces desapareció —¡Me voy por unos cuantos meses y cuando vuelvo sólo encuentro un vino con sabor desagradable y Reign ha desaparecido! —con otro gesto de su mano hizo aparecer un par de maletas y Kara sólo se irguió en su lugar —¡Cuando te encuentre, gato inútil, voy utilizarte para uno de mis elixires y entonces-!

Un ruido metálico hizo que Kara mirara a sus pies, dándose cuenta que había dejado caer su tenedor. Para cuando alzó la mirada se encontró con aquellos ojos verdes fijos en ella. Ninguna dijo absolutamente nada, sin embargo, la tensión en el ambiente podía cortarse con un cuchillo. Kara lamió sus labios, y abrió sus labios para hablar, pero para su sorpresa la mujer desapareció en un humo negro y apareció frente a ella, bastante cerca, a decir verdad. Su rostro estaba justo frente al de Kara, sus respiraciones chocaban y ella la miraba con sus ojos estrechos. La mujer olfateó un poco y entonces tomó el tenedor del suelo para luego erguirse en su sitio, mirando en la dirección de Kara con sospecha. Para asombro de la rubia, una sonrisa altanera apareció en sus labios luego de unos segundos, una que hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de Kara.

—Quizás puedes esconderte de mis ojos, pero tu aroma a perfume barato te delata... —la pelinegra comenzó a caminar con lentitud lejos de ella, dándole la espalda a Kara —Sea lo que seas... deberías de saber a quién estás tratando de espiar, no soy una bruja común —la mujer se detuvo, tomando una larga respiración antes de girar sobre sus talones, diciendo una especie de conjuro en un idioma que Kara no pudo comprender y al instante una llama de color lila la golpeó, sin embargo, no tuvo efecto alguno sobre ella. Tanto Kara como la mujer permanecieron estupefactas ante lo ocurrido, no obstante, segundos después ella soltó una risa —Vaya, vaya... creo que he subestimado la fuerza de tu escudo, cazador... pero de nuevo te recuerdo que no soy una bruja común... ¡soy una Luthor!

Blue MondayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora