1.2 El nuevo inicio

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Abrió los ojos lentamente, podía ver la curvatura de sus pestañas entre los ojos ligeramente abiertos, preparando la vista para que la luz del día no le encandilará. Este fue menos segador de lo que esperaba.

La cabeza se mantenía apoyada en el cristal del autobús, esto hizo que la vista se concentrará en el paisaje que transcurría en el momento. Los vidrios estaban empañados por la lluvia, gotas de agua impedían la visualización de un panorama completo pero amortiguaba la luz para que pudiera recuperarse de la siesta que había tomado con anterioridad.

Alejó su cabeza de la ventana tocando el lado occipital con su mano, mientras que el lado izquierdo del cráneo le punzaba un poco por los rebotes constantes que había sufrido por los desenfrenados errores viales del autobús mientras dormía.

Ya un poco más despierta decidió observar su entorno. El vehículo no se encontraba muy sobrepasado de pasajeros, en realidad había muchos asientos disponibles a su alrededor podía contar almenas 6 opciones en dado caso de algún imprevisto que pudiera tener con su lugar actual.

Continúo su recorrido hasta parar con su compañera de pasaje. La chica castaña a su lado. Los cabellos ondulados caían sobrepasando sus hombros ocultando el perfil de su rostro, parecían un puñado de hilos finos y brillantes callendo como cascada, así de natural y perfecto era su cabello. A pesar de como Babel veía a su amiga jamás le tuvo recelo ni mucho menos envidia, sabía que apesar de todos los halagos que Mary pudiera recibir creía que debía, aún así, ser desgastante siempre ser la atención de todo mundo, tratar a la gente con pinzas a todo momento, tener que cuidarte de las personas hipócritas y oportunistas que pudieran aprovecharse de uno, sumando las expectativas que a diarios se siente obligada a cumplir, con su reputación, su padre, sus amigos. Pensaba que Mary y ella eran tan amigas por el sentido de empatía que tenían el una a la otra, Babel jamás la juzgaba, y ciertamente nunca se aprovecharía de una reputación que nada le atraía, Mary podía ser ella misma sin necesidad de cuidarse a cada minuto las espaldas.

Los ojos aceitunas se enfocaron en Babel después de un momento. Al girar la cabeza Babel pudo ver qué llevaba audífonos, al parecer mataba el tiempo con una película en línea y unos cacahuates japoneses.

—Hey has dormido como oso —Comenta mientras se lleva una botana a la boca.

— ¿He dormido mucho tiempo?

— ¿Que si has dormido? — Ríe con sarcasmo — Has invernado querida. Ya casi hemos llegado — hace una señal con la barbilla apuntando hacia la ventana.

En la edad del tiempo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora