Babel Esparza es una joven curiosa e impetuosa chica de 19 años que cursa apenas su primer año de nivel superior, vive en Inglaterra con su hermana mayor
Hasta que un día le ocurre lo más inesperado, que la obliga a correr a un refugio el cual enc...
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—Esta lloviendo— Musitó.
Se encontraba en el saloncito, viendo a través de las cortinas blancas, deslizando suavemente sus dedos entre la tela para apartarla del vidrio. Fijó la mirada en las gotas impregnadas en el cristal, contempló como se escurrían a lo largo de la misma.
—Sí— Afirmó Harmony, quién se recargaba en un sillón leyendo una obra de teatro.
Babel dio un vistazo rápido a su dirección y siguió explorando las calles de londres. Todo le parecía tan antiguo, tan coloquial y artesanal. No podía evitar encontrarle la belleza en el panorama.
—Es sólo lluvia —Se encogió de hombros, despegando la vista del libro.
—Lo sé— Se apartó de la ventana para ir juntos a su "prima" — Me gusta verla caer, su aroma, y la melancolía que me provoca, es tranquilizador.
Los ojos de Harmony se enfocaron perplejos, provocando una mirada un tanto graciosa.
—Es sólo lluvia Babel— Dijo incrédula — Lo único que persivo es el olor a tierra mojada y lodo. ¿Acaso a tratado de salir a una caminata con éste tiempo tan horrible? Es una pesadilla.
— Me gustan las caminatas, y no creo que haya algo mejor que la combinación de ambas.
—¿Te has vuelto loca? ¿Y si te enfermas? No sé como funcione en tu siglo, pero aqui no nos arriesgamos a esos tipos de peligros.
Y se preguntó que tan avanzado en el campo de la medicina estában. Quizás la herbolaria serían sus remedios, ¿que tanto podrían funcionar? Si la penicilina aún no salía a circulación, ¿como detener una infección?.
Su mente divagó por los recuerdos de lectura de un libro, uno de los tantos que Evelin le exigió leer. Rememoró una de sus páginas, que hablaba del príncipe Francisco de Francia, un chico de apenas 16 años, coronado rey a temprana edad, el primogénito, casado con Maria de Escocia... fallecido por una otitis, dejando desamparada a su reciente esposa, a merced de Catalina de Medici y la Reyna Isabel l de Inglaterra... que terrible, morir por una infección en el oído. ¿Que tan probable era ahora, en el siglo XXl, que ocurriera una muerte por algo tan insignificante? Y se planteó, que ya no estaba en el siglo XXl, si antes las probabilidades eran mínimas...hoy ya no importaba, pues ya se establecían nuevas, o «antiguas» estadísticas...¿Y si se pinchaba con un tornillo y le daba tétanos?— ¡Oh! santo cielo,— Asesinada por un tornillo viejo y oxidado — Intentó recordar la última vez que se vacuno, ¿acaso tenía el refuerzo? ¡¿En que lugar de mala muerte había llegado a parar?! ...—¿Co...como es la recuperación de un resfriado?
