11.1 ~ Apegó.

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Quería darle la certeza de que podía confiar en su palabra. No se considero un hombre que rompiera una promesa tan fácilmente, así de esa forma lo pensaría desde luego.
Sin embargo el casarse no era uno de sus planes ni en éste siglo o el siguiente.
Sin mencionar que proponerle aquella idea al gremio pondría desafiar su valía, probar que tan indispensable era.

Liberó la delicada mano de la Vizcondesa.

— ¿Ha venido hasta aquí para sugerir esto?

Matteo dió un paso para captar la atención.
—No...— Dijo con voz ronca. —La Vizcondesa necesita de su hospitalidad por un tiempo.

— ¿De mi hospitalidad?

— Necesito alojamiento aquí. Solo sera un tiempo. — Explicó Catherine.

— ¿Acaso ocurre algo con Philips?

—Philips est...

—Teniente — Le rogó la mujer — Yo hablaré con Alexander de eso cuándo sea el momento.

—Como deseé.

—¿Hablar de que?

— Nada que no pueda esperar — Aseguró Catherine. — Y sin esperar u a respuesta la mujer mayor se apartó lentamente — Hablaremos en otro momento, cuando sea oportuno.

Alexander entre cerró los ojos esperando alguna interpretación de parte de Matteo, quién observaba en silencio.

— Bien — Dijo inseguro aun con la duda en sus ojos — Sabe que siempre es bienvenida.

— Me alegra saberlo — Dió una sonrisa cerrada — Ordenaré a los pajes bajar mis maletas para proceder a instalarme.

— Si, es usted libre de escoger la habitación que más le complasca.

— Tenemos que rastrear a esos franceses, no debemos dejar que esten por el pueblo habiendo visto su rostro — Dijo el teniente Johnson con preocupación una vez que la vizcondesa ya no se encontraba presente.

— Tienes razón, pero deme un respiro, necesito al menos dejar pasar unos días.

— Yo me encargaré de buscar su rastro.

— Se lo agradezco Matteo.

— Estoy a su servicio.

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En la edad del tiempo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora