┉┅┄•◦ೋ•◦❥•◦ೋ••◦ೋ•◦❥•◦ೋ•┈┄
┉┅┄•◦ೋ•◦❥•◦ೋ••◦ೋ•◦❥•◦ೋ•┈┄Se levantó a toda prisa, apagó la vela y la llevó consigo debajo del escritorio, el líquido caliente cayó en el dorso de su mano. Babel reprimió un sonido al escuchar la puerta abrirse. Recogió sus pies abrazándolos fuertemente.
Los pasos se percibieron en la habitación una vez oculta.
— Ésto no es un error. Lo juro, se que tengo razón — Dijo una voz masculina. Podía sentir la alteración en sus palabras — Sólo dame unos días, y te prometo...
— Detente...— Fue interrumpido por un segundo hombre. — Es peligroso afirmar que está aquí. — Sonó un resoplido, no supo exactamente de cuál de los dos hombres provenía o si había una tercera persona.— Si lo que dices fuera cierto — Hizo una pausa. — Si lo que dices fuera cierto, sabes lo que implicaría. No puedes arriesgar a cada persona en Londres.
— No fallara. —Los pasos se movieron. Escuchó el sonido del vidrio chocar con otro y un liquido derramarse.
— Vas a empezar a beber de nuevo. ¿Es como quieres hacer las cosas? — Expreso enojado.
El otro hombre se refresco la garganta.
— ¿Quieres relajarte?. Por el amor de dios, solo es una copa.
— Sí, y pronto será una botella entera.— Percibió otro quejido, ésta vez estaba segura de que provenía de la persona que bebía — Si vamos a hacer ésto, te necesito en tus cinco sentidos, no puede haber errores...no más.
— No te preocupes por eso, tengo a mi sombra.
— Recuerda que no te pertenece...— Dijo de mala gana, mientras sentía como se recargaba en el escritorio ya que éste se movió ligeramente tras su espalda.
A Babel le pareció una extraña metáfora.
— Lo recuerdo bien. Pero en vista de que eres tan débil para usarlo...
— Esa cosa te consumirá...ya lo esta haciendo.— Carraspeó — He presenciado lo que hace, enloquece a las persona hasta un punto irracional...y yo no quiero eso. Díos sabe que valoro mi cordura.
Alguien soltó una carcajada perturbadora y macabra. No era humana, se percibió como un eco, algo lejano y sobrenatural que erizo su piel hasta sentir sus vellos enchinarse.
Y después un bufido más humano.
— Odio cuando hace eso. — Suspiró — Philips por favor se mas cociente... — «¿Philips?, ¿el vizconde? Pero ¿de que están hablan»
De pronto los deseos de mirar por encima del borde del escritorio aparecieron.
—Todo está bajo control.
ESTÁS LEYENDO
En la edad del tiempo ©
RomanceBabel Esparza es una joven curiosa e impetuosa chica de 19 años que cursa apenas su primer año de nivel superior, vive en Inglaterra con su hermana mayor Hasta que un día le ocurre lo más inesperado, que la obliga a correr a un refugio el cual enc...