Babel Esparza es una joven curiosa e impetuosa chica de 19 años que cursa apenas su primer año de nivel superior, vive en Inglaterra con su hermana mayor
Hasta que un día le ocurre lo más inesperado, que la obliga a correr a un refugio el cual enc...
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—Apoyé la mano y gire — Instruyó, aplaudiendo para marcar el paso — Señorita Browning va muy deprisa — Margo podía ser una exigente instructora.
Las indicaciones se repetían una y otra vez, cada equivocación implicaba comenzar nuevamente. Joselín se encargaba del piano y por ende solo practicaría las melodías puestas en el repertorio para la velada lo que facilitaba un poco el aprendizaje al delimitarlo aun cierto conjunto de coreografías.
Margo corregía la postura y marcaba los tiempos mientras Harmony cumplía la función de chaperón al adjudicarse el papel del caballero, que en un supuesto sacaría a Babel a bailar.
— Dios Babel ¿podría alguien bailar peor que tú? — Bromeo Harmony soltando su mano. La sesión de danza de salón se había extendido a mas de dos horas y media y Babel aun no concebía completar una sola coreografía. Apenas atardecia cuándo Margo sugirió un descanso.
— ¡Es por que todas se parecen!. Mano, giro, espacio, mano...— Dijo haciendo ademanes con las manos simulando los movimientos aprendidos.
— La danza escocesa es más divertida. — Rió Harmony al momento de tomar asiento en un taburete cerca del piano.
—Y vulgar.—Refutó Margo. — Muy campirano y poco patriótico.
— Vamos Margo, pero si te encantaba cada vez que íbamos con la tía Delaila.
—La tía Delaila es una corriente - Indico Joselín desde el banquillo del piano.— El escote de su vestido llega hasta las rodillas. Sumamente repugnante.
Margo hizo caso omiso al comentario de su hermana. —Prefiero los bailes conservadores. Necesitas aprender solo lo necesario, y los adecuados son precisamente éstos.
—Entiendo — Respondió Babel.
— ¿Y que bailan en tu época? — Preguntó Harmony con auténtica curiosidad.
—Bueno—Pensó en responder seriamente. Pero, su contestación salió por si sola — algo así como perreo intenso.— Babel soltó una carcajada cuando las hermanas se miraron una a otra completamente confundidas.
—Perreo...¿que? —Sílabo la menor.
—Muéstranos —Propuso Margo.
Babel se sonrió. —Es solo una broma.
—Vamos no seas tímida —Secundó Joselín. — Más ridícula de lo que ya eres no te puedes ver.—Desplegó un gesto malintencionado, acompañado de una sonrisa bribona que desquició a Babel
