11.2 ~ Anhelo

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Alexander salió de la residencia con Matteo pisando sus talones.
Pidió al capataz prepara dos caballos a los cuales montaron para dirigirse al interior del bosque rumbo a denforth un pueblo cerca de la provincia donde los gitanos acostumbraban pasar una noche tranquila, su trabajo no era bien recibido por los provincianos más recatados.

Un lugar aislado perfecto para ocultarse.
Robinson había realizado una investigación previa, varios pueblerinos indicaron la llegada resiente de unos soldados extranjeros.

Así que es a donde se dirigían esa noche emprendiendo la caza a los franseces, dieron la orden para echar andar sus caballos.

Cabalgaron casi hastá el amanecer cuando entraron al pueblo.
Rentaron un cuarto en el primer hostal que encontraron. Una señora muy anciana los atendió con especial amabilidad al ver el sello de la realeza en su chaquetón cediendo a las exigencias de ambos caballeros.

Recibieron dos cuartos contiguos en el segundo piso con vista a la calle en los ángulos de intercesión con otra calle.
El cuarto no era en lo absoluto algún lujo si no todo lo contrario.
Las ventanas tenían parches en donde no había vidrio para que el aire no se filtrará por los huecos, la cama era algo aun peor pues los resortes se podían ver aun incluso atraves del edredón, el piso tenía una capa chiclosa que resonaba en la suela del zapato a cada paso.
Lo único por lo que estaba agradecido Alexander fue que el aroma penetrante del ovi no fuera un inconveniente para su olfato.

Era un hombre práctico, flexible ante las circunstancias, pero ese sitio superaba las condiciones satinarias aceptables por mucho.
Un cuchitril con todo el sentido de la palabra.

Sin embargo se adaptaría por que tenía que hacerlo, no había opción.

Matteo se detuvo a su lado sacando un pañuelo que llevo a su nariz para aspirar el aroma impregnado de perfume.
Algo infinitamente mejor que el nítido olor a tierra que despedía el polvo en los muebles.

Matteo se inclinó en el interior del inmueble y con el rostro fruncido de asco dijo:

- Preferiría dormir en el basurero.

Alexander curvo una sonrisa socarrona.

- Creo que vi uno en la parte de atrás - Dijo al ingresar en su totalidad al cuarto. Dejó la única maleta de mano que llevaba encima de la cama.

En la edad del tiempo © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora