14.4 ~ La carta deshonrosa

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🍃La carta deshonrosa🍃

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Los dedos tocaron con suavidad las teclas sin querer emitir melodía alguna, era más un toque soso carente de destreza aprovechando solo el sonido del instrumento horriblemente tocado.

Había entrado por la puerta de atrás al momento precisó que la verdad le golpeó la cara. Se había sentado en el piano siendo el único asiento disponible, y toco suavemete una tecla solo para que el sonido cortará lentamente el silencio desvaneciéndose tan rápido como una brisa.

- Señorita Brawning- Oyó esa conocida voz y su corazón se paralizó consecuencia de múltiples sentimientos.
Ella no volteó dejó sus dedos en las teclas con la mirada fija en sus manos. Por el rabillo del ojo notó como el sacó de seda entraba en su perímetro, y los zapatos lustrados hacían su sonido en el suelo hasta que llegó a la tapa que cubria las cuerdas. - ¿Que hace aquí?. - Babel optó ignorar su presencia hastá que su temperamento le obligará a dejarla en paz. -¿No responderá?- Insistió.

Arrastró el banco con la parte trasera de sus rodillas al levantarse buscando la salida del area y lejos de Alexander de quién aun no entendía por completo sus intenciones ni el objetivo de su existencia. Babel intuía desde un principio que algo extraño perseguía las inexplicables heridas y las misteriosas platicas a solas con sus colegas, todo había cobrado un poco de sentido sin embargo al mismo tiempo nada lo tenía.

Sintió el tacto de su piel enrollarse en su muñeca, deteniéndose al momento. Ese agarré desapareció rápidamente, un gesto que duró apenas un segundo, pero fué suficiente para que la joven detuviera su rumbo y mirase al duque y su penetrante mirada inmutada con un ligero ceño fruncido. El se veía incluso confundido, preguntandose el motivo por el cual inconsintemente había reaccionado y detenido a la mujer en la habitación.
La atención de Babel fue capturada.

- Yo...me dijo que podía usar el piano cuando quisiese... perdóneme si...

- Y lo reafirmo - Se aclaró la garganta enderezando su espalda- su familia la busca.

Era otra persona, otro Alexander, con un aire más acogedor menos gélido, ¿había colgado acaso su fachada de duque?
Ella dejó que la tristeza abrazará su rostro y que el agua empañará levemente sus ojos.
- ¿Vino aquí por eso?

¿Quien era? ¿Por que le era tan difícil hablar con él? ¿Que sería capaz de hacer si llegará a saber su origen?

El desvío la mirada por encima de la altura de Babel, era bastante más alto que ella así que no representó un problema esquivar el contacto visual que buscaba Babel.
- ¿Sigue molesta?

- No diría eso.- Dijo con voz grutal. Ni siquiera sabía que responder. Su mente solo estaba en aquellas páginas, en el gran complejo ocultó a plena vista confirmados por objetos dignos de un museo histórico repartidos por una línea temporal.

- Debo disculparme, usted no se merecía nada de lo que dije...o lo que no hice. - Babel regreso al presente, en donde Alexander la sorprendía con sus últimas palabras. Él aún seguía hablando así que correspondía prestar atención. - no me tome demasiada importancia. Aveces el título me supera y suelo ser...

- Señor - Lo detuvo. Está vez se expresaría con más detenimiento, su verdadero sentir, sin arrebatos ni desplantes. - por extraño que pudiese parecer, me importa; porque... a las personas les importa lo que piense usted.

- Mi intención jamás fue disgustarle

- No, no lo hizo. La mayor parte del tiempo las personas creé saber como debo ser y que tan avergonzada debo estar por simplemente ser lo que soy... exactamente como los demás dicen que soy...y me convierto en una persona muy diminuta que desaparece día tras día, cada vez que nuestras palabras se cruzan. - Se abrazo a sí misma - Es extraño, lo sé, usted y yo apenas nos soportamos, pero...es lo que es. - Dijo encogiéndose de hombros.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2021 ⏰

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