Capitulo 14: Raro

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Dust pronto había llegado a su hogar, siendo seguido por un Reaper ocultó por las sombras quien esperaría a que el asesino, aquel a quien seguía, entrara. Antes de pasar por la puerta de su hogar, Dust miró a los alrededores, haciendo que el dios se tensara y tuviera que ocultarse más entre los arboles. Cuando se pudo confirmar que todo estuvo seguro, Dust no perdió un segundo más en pasar y cerrar la puerta detrás suyo, soltando un gran suspiro pesado en el proceso.

- ¡Paps! Estoy en casa. -Informó y aunque nadie lo escuchara, le habían respondido con un "¡Esta bien, bro!". Aquello causó una sonrisa en el asesino, quien se quitó su sudadera rota, dejando que el polvo simplemente cayera al suelo y empezó a caminar hacia su cuarto- Hey, bro. Hoy viene Reap a comer, ¿Qué tal si me ayudas a prepararle algo de comer?

"¡Me encataría, Sans!"

Con eso último dicho (obviamente desde la mente del asesino), Dust fue escaleras arriba hasta llegar a su cuarto y dejar su sudadera rota tirada en el suelo.

- Pensar que era mi favorita.

Dijo al aire, buscando algo de ropa que ponerse antes de darse una ducha. A todo esto, él creía escuchar como su hermano empezaba a cocinar desde el primer piso, cosa que le causó otra sonrisa. Ya con la ropa nueva en manos junto con una toalla que tomó también de su armario, se encaminó fuera de su cuarto para ir hacia el baño. Si, se daría una ducha. A todo esto, Reaper estaba afuera, ya lejos de su escondite y miraba todo por la ventana delantera de la casa del asesino. Incluso le había visto hablar solo, algo que le causó cierta gracia. Ya era costumbre verle hablar solo. Suspiró y sacó la barra de chocolate que le compró a Dust de sus bolsillos. Quería dársela ya.

<Lo vi entrar al baño con ropa y una toalla. ¿Debería golpear y entrar o esperar un poco más?>, la realidad es que podía ser muy impaciente y afuera ya hacía frío. Y si, podía sentir el frío. Estar tanto tiempo en el mundo de los mortales empezaba a afectarle.

Pero entonces escuchó el sonido de la puerta de entrada abrirse, algo que le llegó a sorprender y hasta confundir. Se acercó a dicha puerta para ver quién o qué le abrió pero no había nada, lo cual era más extraño aún. Por un momento pensó que Dust llegó a verle en la ventana mientras estaba distraído pensando pero podía oír desde la entrada el sonido del agua en la ducha. El dios pensó si seria correcto entrar o no pero tampoco deseaba estar afuera más tiempo, así que solo lo hizo. Entró para luego cerrar la puerta detrás suyo.

- Permiso... -Dijo a la nada, por si las dudas. Además de que era costumbre de tener modales.

Nadie. No había nadie. Tal vez solo imaginaba cosas y el viento había abierto la puerta, quien sabe pero lo primero que hizo fue dejar su hoz cerca de un perchero y sentarse en el cómodo y limpio sofá de Dust. Pensar que tiempo atrás, antes de que empezara a visitar al polvoriento, su casa siempre estaba sucia pero un día, después de que Reaper le hiciera el escandalo del mundo por haber pisado un condón usado en el pasillo del segundo piso cuando se dirigía al baño, Dust tuvo que ser más ordenado respecto su hogar.

Principalmente porque Reaper prácticamente ya vivía en Dusttale.

"¡No es mi culpa que el estúpido de Rapsberry deje sus cosas en el suelo!"

"¡Limpia esto ya!"

Soltó una leve risa al recordar la gran y larga discusión que tuvieron ese día solo por un simple condón usado. Incluso, ahora mismo, el dios estaba haciendo una cara de asquito al recordar aquello. Tuvo pesadillas con ese condón por toda una semana. Pero volviendo al hecho de que ahora él vivía allí, su cuarto era el de Dust. Si, el asesino le había dado su cuarto para que duerma allí mientras que él dormía todas las noches en el sofá. Tal vez Reaper no dormía más de tres horas pero estaba agradecido con el trato amable que recibía en ese universo, aunque solo fuera de una persona.

No era fácil vivir con Dust. Gran parte de su tiempo trabajaba pero la otra parte en la que convivía con él, era difícil. Tuvo que pasar un tiempo para que pudieran acostumbrarse a la presencia de ambos en un mismo lugar. Principalmente porque el asesino no era alguien de mucha paciencia. Incluso tenían un cartel pegado en una pared con reglas de convivencia. Entre ellas había una que decía "Nada de condones usados en el suelo".

Para suerte de Reaper, todo había salido bien. Ambos vivían en buena convivencia, sus superiores no sabían de que ahora vivía en la casa de un mortal y realmente los chismes no le interesaban. Él estaba cómodo y feliz con su nuevo amigo, además de que hace tiempo no sabía nada de Geno y lo prefería así. Muy pocas veces le recordaba pero cuando lo hacía, solo se ponía triste y más triste. Y quien le consolaba dándole café por montones era Dust.

Finalmente escuchó el sonido de una puerta abrirse y por inercia miró arriba, pensando que Dust había salido de ducharse. Estuvo en lo correcto pero no debió subir la mirada, porque lo que vio le puso como una mora azul a todo color. Dust, semi desnudo, con una toalla cubriendo su parte baja, mientras el resto de su cuerpo estaba visible a todo el mundo. Eso los incluye a ustedes, p-k-dores.

- ¿Hm? -Fue justo en ese momento que Dust giró su cráneo y notó la presencia de Reaper, quien se puso más azul al ser observado por su amigo. Un amigo que tenía un cuerpo bastante varonil, con sus costillas llenas de cicatrices, brazos que se veían sumamente fuertes, tan....sexy....

<¡Ah! ¡No debo pensar ese tipo de cosas!>, tan perdido en sus pensamientos estaba que cuando quiso darse cuenta, Dust estaba enfrente suyo, mirando con cierto enojo que puso tenso al dios. ¿Cuándo había bajado?

- ¡Emo de mierda, te estoy hablando! -Reaper parpadeó varias veces y cuando logró escuchar a Dust, soltó una risita nerviosa mientras intentaba no verle.

- ¡H-Hey! -¿No podía decir algo más?- D-Disculpa haber entrado tan de repente.. estaba abierto y, uh... ¿Podrías ponerte algo de ropa?

- ¿Abierto? Creí que había cerrado. Tch. -El asesino soltó un suspiro, rascando levemente su nuca. Lastima que al hacer eso, su torso se pudo ver mejor al estirarse. Reaper sentía tanta vergüenza de ver aquello, tenía una mejor vista de las costillas de Dust y hasta de su columna- Como sea, iré a vestirme, mora.

Cuando Dust se fue, Reaper se quedó en blanco por unos momentos, pensando en la figura del asesino y también en cómo le había llamado. Sacó su celular y se miró con su cámara delantera, dándose cuenta que estaba tan azul como una mora. Que vergüenza. Corrió a la cocina y empezó a mojar su rostro para calmarse un poco, intentando bajar el calor de su rostro. No podía creer que estuviera poniéndose así solo por ver a Dust semi-desnudo.

<Estos sentimientos... son tan raros... ¡Waaa! ¡Me siento un tonto!>, fue el pensamiento de Reaper una vez calmado mientras se secaba con un trapo que estaba por allí en la cocina. Suspiró y se apoyó en la mesada de la cocina. ¿Qué le pasaba?

- Hey, emo. -Dio un pequeño brinco por la sorpresa que Dust le dio al aparecer de la nada en la cocina. Miró a éste, sintiendo que sus pómulos volvían a ponerse azules. El asesino estaba con su típica ropa puesta, eso incluida su sudadera que estaba un poco más limpia- No dejas que Paps cocine.

Y fue entonces que se dio cuenta de que había una olla con spaguetti dentro cocinándose.

El comienzo de algo nuevo [ReaperDust] ✔ #WorldSanscest2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora