Capitulo 8: El comienzo de algo...desastroso

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Después de aquella interesante persecución, donde el dios y el asesino habían reforzado aún más la confianza mutua, el dios decidió irse, dejando al esquizofrénico en su hogar para que descansara pero en todo ese tiempo que le dejó solo, no pudo evitar pensar en cómo estaría, si le dolía algo o si tal vez había enfermado. Después de lo que le hizo con su "touch death", se sentía muy preocupado. Así que, como todo buen acosador que era, ese día le había estado observando desde portales mientras hacía su trabajo de cosechar las diferentes almas del multiverso.

Se preguntarán, ¿Y Geno? Fácil. El determinado estaba bien. Reaper pudo confirmar que estaba en el anti-void de Error gracias a la información de cierto artista de bufanda marrón, quien también era un acosador. Específicamente acosaba a Error!Sans, según él, para evitar que destruya algún Au. Ni Reaper se creía eso. A pesar de que Ink no tenía alma y fuera asexual, con tanto fandom en el multiverso hasta Reaper lo shipeaba con Error.

- Es una lastima, kiddo. Se te acabó el tiempo.

Fue la primera y última oración que dijo frente a un niño que estaba en una camilla, quien le miraba con cansancio. Aquel niño ya no resistiría un solo día más de vida, era entonces que Reaper aparecía. No solía cosechar las almas de niños pero ese día su hermano Papyrus estaba ocupado con la diosa Undyne, así que sin problemas aceptó hacerle el favor de cosechar algunas almas para su hermano. Solo lo hacía porque era Papyrus.

De un tajo le arrancó el alma al niño y dejó que ésta se elevara para irse al cielo. Ya luego, se fue alejando del hospital donde estaba justo en esos momentos y cuando ya estuvo afuera, desplegó sus alas, abrió un portal y lo cruzó. Hoy iría a ver a Dust pero antes pasaría al anti-void de Error para poder ver a su amado.

Ya había pasado todo un día y por lo sucedido ayer, Reaper quería darle algo a Murder, como un regalo, para compensar lo del "accidente". Por lo que pasaría por algún universo y le compraría algo. Como helado o tal vez un cuchillo nuevo. Sabía que Dust solía usar cuchillos también. No, esperen. Ese era Killer.

Entonces, ¿Qué le daría al asesino?

- No puedo darle algo material, no le conozco lo suficiente. Tal vez algo dulce le guste y de paso podré ir a comprar café~

Como siempre, el dios solo pensaba en él y sus caprichos. No perdió más tiempo y fue al Starbucks más cercano del pueblo en el que estaba. Una vez estuvo allí, compró su delicioso café y a Dust le compró un muffin gigante de chocolate. Esperaba que le gustara.

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- Oh, eres tú. -Mencionó cierto asesino encapuchado que acababa de abrir la puerta delantera de su hogar. Estaba igual que siempre, incluso tenía su típica cara de malhumor.

- Yep, soy yo. ¿No me dejarás pasar? Hace frío aquí afuera~

- Eres un esqueleto, no sientes frío.

- Déjame pasar~

Un leve tic nervioso se formó en la cuenca izquierda de Dust al ver tanta insistencia en Reaper. Sabía que si no le dejaba pasar, éste nunca se iría. Por lo tanto y con total desgano, le permitió el paso a su casa. Aunque estaría vigilándole, claro esta. El dios, con una enorme sonrisa, pasó y rápidamente se puso cómodo, lanzándose al sofá verde mate de la sala del asesino, quien se altero a causa de ello.

El comienzo de algo nuevo [ReaperDust] ✔ #WorldSanscest2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora