Sofía
"Yo no sé que me han hecho tus ojos, que al mirarlos me matan de amor"
Y sí, le había puesto los puntos. Probablemente no había sido del todo sincera, no quería que se alejara y nos distanciaramos, pero era lo que ambos debíamos hacer para poder estar bien. Después de esa noche no volví a verlo, traté de no ir a lo de Dolores para así evitar cruzarmelo y pasar un mal rato. Lo que no iba a poder evitar era cruzarme con los recuerdos.
Inocentemente prendí mi computadora y abrí las fotos que tenía ahí, grave error. Más de trescientas fotos con Paulo aparecieron en pantalla, a medida que iban cargando podía sentir un dolor en el pecho pero mi masoquismo me ganó. Abrí una, él tenía una melena casi rubia y me abrazaba por los hombros mientras le sonreiamos a la cámara. Reí al recordar ese día, fue unos días después de haber comenzado nuestra "relación" y eramos unos bebés.
Una foto del perfil de Paulo me dejó sin saber que sentir, el sol le daba de lleno en la cara y su ojo se veía hermoso, parecía casi irreal la profundidad de los mismos. Esa no fue la foto más dolorosa, lo peor fue el video que encontré después. Ambos estabamos en mi cuarto (a escondidas, como siempre) y él me dejaba un beso en los labios mientras yo miraba concentrada la televisión.
"Dame bola" decía Paulo para después apoyarse en mi hombro y darle una mordida al mismo. Reí viendo eso, él adoraba molestarme así. Segundos más tarde yo le respondía "¡Dejame ver que pasa con la Bestia!" Increíble que hasta el día de hoy esa película animada seguía siendo mi favorita.
Me dolió ver como Paulo me dejaba un beso en los labios y rozaba su nariz con la mía, no nos recordaba tan enamorados. Mis ojos se aguaron al instante y me asusté cuando escuché que la puerta de mi cuarto era abierta, por lo que pestañeé varias veces y vi a Dolores entrar.Al instante cerré la foto y la carpeta de las mismas, moviendo mis dedos desesperadamente sobre el touche de aquella laptop.
— ¿Estabas viendo porno? —preguntó riendo.
— ¿Qué? ¡No! —respondí con los ojos bien grandes.
— Como cerraste todo rápido. —dijo sentándose a mi lado en la cama.
— Si, es que estaba viendo las fotos de mis quince. —mentí apagando la computadora.Por suerte ella me creyó y no dijo nada, o eso es lo que yo pensaba.
— Bueno, venía para invitarte a casa a ver unas películas. —dijo levantando las cejas y haciéndome reír.
— No sé, estoy un poco cansada..
— Ya empieza la vieja chota esta, dale. —dijo juntando sus manos y haciendo un puchero.
— Uh, bueno. —respondí haciéndola reír.Me convenció, así que salí de mi cuarto con ella y bajé hasta la cocina para avisarle a mi mamá que volvería a la madrugada o directamente no volvería porque era probable que me quedara a dormir en lo de Dolores. Después de eso, fui hasta la casa de mi amiga y al entrar vi que estaban las luces apagadas.
— Dolores. —dijeron en la oscuridad, haciendome dar un salto en mi lugar por el miedo.
La mencionada prendió las luces y vi que era él. Tenía puesto un pantalón de tela gris bastante simple y una remera blanca, que me hizo suponer que era su pijama. Su pelo estaba mojado y tenía el misno perfectamente peinado para un lado, no quise mirarlo mucho pero era inevitable.
— ¿Qué pasa? —preguntó mi amiga.
— ¿Lautaro no está? —preguntó Paulo, mirandome un segundo para después mirar a otro lado.
— No, se fue a lo de un amigo. —respondió Dolores, lo que hizo reír al ojiverde.
— Bueno, me voy a dormir.
— No, veni. Vamos a ver unas películas. —lo invitó.Maldita Dolores. Él no se hizo de rogar y asintió mientras comenzaba a caminar hasta el living, para después sentarse en el sillón del mismo. Con la sobrina del anteriormente mencionado nos quedamos en la cocina preparando unas palomitas y charlando hasta que la olla se llenó, por lo que yo me encargué de llevar la bebida al living y dejarla en la mesita ratonera. Viendo que Dolores ya venía con las palomitas, me senté como antes y traté de mantenerme un poco distanciada de Paulo.
Elegimos ver una película de acción ya que nosotras no nos animabamos a ver una de terror, Paulo fue quién reprodució la misma y apagó las luces de la casa. Ahí, a oscuras y comiendo palomitas como si pasará hambre, sentí su mirada sobre mi varias veces. Cabe decir que todas esas veces lo ignoré totalmente y había momentos en los que le daba espalda, hablando con Dolores a propósito.
Después de haber estado viendo la película por aproximadamente media hora, mis párpados comenzaron a pesar y mis ojos se cerraban inconscientemente. No sé como pasó pero de un momento a otro terminé apoyandome en el hombro de Dolores, o eso creía. Abrí los ojos asustada cuando sentí los dedos de Paulo acariciarme la cara y correr el pelo que me caía sobre la misma. Me di la vuelta y solté un suspiro de alivio cuando vi que mi amiga dormía plácidamente sobre el sillón, siendo totalmente ajena a lo que estaba pasando.
— ¿Qué haces, Paulo? —pregunté en un susurro, provocando que él me mirará.
— No me pude resisitir, extraño eso. —respondió angustiado.
— Yo también, pero las cosas no están bien entre nosotros y..No pude terminar de hablar ya que sus labios besaron los míos con dulzura, callandome y sorprendiendome. Tardé unos segundos en darme cuenta de lo que pasaba, le seguí el beso pero me separé sintiendome mal.
— Está Dolores. —volví a susurrar, pero ya más tranquila.
— ¿Y? Veni. —dijo parandose y tironeando mi brazo.Me agarró de la mano y nos fuimos del living, riendo al ver como la morocha dormía en el sillón con la boca abierta. Paulo me llevo por los pasillos oscuros de la casa hasta llegar al cuarto de Dolores y ahí cerró la puerta, ni siquiera prendió la luz antes de volver a besarme. Sus labios se movían sobre los míos con lentitud mientras que una de sus manos estaba en mi cintura y la otra en mi mejilla, dándole suaves caricias con su pulgar. Al separarnos pude ver sus ojos que brillaban gracias a la tenue luz que entraba por la ventana y sonreí al sentir como rozaba su nariz con la mía. Tal como lo hacíamos en el video de hace unos años atrás.
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Córdoba sin ti {Paulo Dybala}
Romance❝Y no es lo mismo Córdoba sin ti, veo en sus calles la tristeza que hay en mi. Y no encontrarte me parece una traición a mi ternura y a mi pobre corazón. ❞