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Sofía

"Todos mis amigos la han visto desnuda, o eso es lo que dicen"

Por mi culpa Paulo se había enviciado con aquel juego, terminamos durmiendo después de la una de la madrugada y me costó un poco despertarlo al día siguiente para que se fuera a entrenar.

Como el día anterior, me tocaba cuidar de Vittorio durante la mañana y parte de la tarde. El pequeño se portaba bastante bien y no me hacía berrinches, gracias a Dios. No era muy complicado cuidar de él, se quedaba tranquilo en su coche mirando lo que yo pusiera en la televisión y se reía solo, era un amor.

Con Paulo tuvimos una charla sobre los bebés en nuestras vidas, había sido bastante raro hablar de aquello pero al mismo tiempo me dejo tranquila el escuchar su opinión. Ninguno de los dos estaba listo para cuidar de un bebé, yo no me sentía preparada para cargar con la responsabilidad de una vida en mi vientre y él no iba a tener mucho tiempo para compartir conmigo durante la temporada. Razón por la cuál yo volvería a Argentina después del primer partido de la Juve en que él se haría presente.

Unos minutos después de haber pasado el mediodía, el ojiverde llegó al departamento y Vittorio lo miró sonriendo. Tiró el bolso a un lado de la puerta, pasó por mi lado sin mirarme y desapareció de la cocina en un segundo. Creí que simplemente estaba molesto por algo que le había pasado durante el entrenamiento, por lo que no me ofendieron sus actos y se la dejé pasar.

Cuando la comida estuvo lista, lo llamé más de dos veces para comer pero él no aparecía y tuve que ir hasta el cuarto para avisarle una vez más. Estaba tirado sobre la cama con ropa nueva, mirando su celular e ignorando totalmente mi presencia.

- ¿Qué te pasa, bebé? -pregunté sentandome a su lado en la cama, con Vittorio en brazos. No respondió.- ¿Vas a comer?
- No, me voy a comer algo abajo. -respondió cortante, levantadose de la cama.
- ¿Qué? ¿Por qué? -pregunté nuevamente sin entender.
- ¿En serio me lo preguntas, Sofía? -respondió con una pregunta, mirándome fijamente y riendo con ironía.

Al darse cuenta de que realmente no entendía su indiferencia conmigo, buscó algo en su celular y segundos después me acercó el mismo. Todo parecía tener sentido en ese momento. Miré la pantalla y después a él, sintiendo como mis ojos comenzaban a aguarse.

- Te juro que no sé quién saco eso. -dije a nada del llanto.
- No me importa quién te la saco, todos mis amigos te vieron en pelotas. -dijo mientras guardaba sus cosas en los bolsillos del pantalón.
- Amor..
- ¿Vos te pensas que a mi me gusta esto? ¿Que a mi me gusta que todo el mundo hable de vos como si fueras una puta de la esquina? -respondió casi gritando.

Vittorio se asustó en mis brazos, por lo que lo abracé fuerte y me levanté de la cama para intentar calmarlo, pero yo no podía ni con mi propio dolor.

En todos lados aparecían fotos mías desnuda, si bien no se veía de más, eran fotos que me habían sacado en algún momento íntimo. Mi tatuaje me delataba, y aunque pudiera zafar si no fuera eso, no mentiría.

Paulo salió del cuarto hecho una furia y yo lo seguí, dejé al bebé en su coche mientras él miraba la televisión. Antes de que Paulo pudiese irse del departamento, lo agarré del brazo y él me sacó las manos de encima con brusquedad. Nunca lo había visto tan enojado, su mirada transmitía tanto odio que me rompía el corazón.

- No te quiero ver. -murmuró antes de salir y cerrar la puerta de un portazo que hizo temblar los vidrios.

Vittorio comenzó a llorar en su coche de nuevo, por lo que me acerqué hasta él sintiendo un dolor en el pecho y lo cargué para sentarlo conmigo en el sillón.

Fue ahí cuando caí en cuenta de todo lo que estaba pasando y no podía comprender cómo era que había tanta gente mala. ¿De qué mierda les servía mostrar esas cosas? Ya no se podía confiar en nadie. Haciendo memoria supe quién podría haber filtrado las fotos pero no sabía que hacer, no sabía como seguiría todo después de esto. Paulo no me había dejado ni siquiera explicarle como eran las cosas, no sabía que era lo que pasaba por su mente.

Recibí una llamada de Dolores, no tardó ni dos segundos en preguntarme si había visto las fotos y en cómo estaba.

Destrozada.

Después de haber estado unos largos minutos llorando mientras escuchaba la voz de mi amiga, decidí alejarme de Paulo. Si las cosas salían mal siendo una pareja, era porque el amor no nos quería juntos.

Córdoba sin ti {Paulo Dybala} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora