28

237 46 10
                                        


"Me encantaría que la conocieras. Aunque es algo que nunca va a pasar, no se puede."

"¿Por qué no?"

"¿Qué quieres que le diga, eh? 'Sara ven, te llevo a casa de mi amante, quiero que lo conozcas'. No Saúl. Si ella se entera de que estoy engañando a su padre contigo jamás me lo perdonaría; hasta creo que no dudaría en contárselo todo a él. Esto no puede pasar, Mauro mandaría alguien a matarnos a los dos o lo haría con sus propias manos."

Callé.
Pensé que tu hija nunca te delataría, que te amaba tanto como para guardarte cualquier secreto.
Pero por tus palabras entendí que no era así, ella lo quería más a él y eso era algo muy injusto.

"¿Ella sabe que él te pega, que por su culpa estás ahora en este hospital?"

"Ella sabe que me caí de las escaleras y por esto estoy aquí. Sabe que a veces se pone violento conmigo..."-suspiraste.
"Jamás me defendió, siempre cree en las excusas de su padre."-esta vez por tu mejilla se resbaló una lágrima y me apresuré a secarla.

Me senté en la cama contigo y te tomé entre mis brazos.

Tú te merecías lo mejor de este mundo pero la vida te ofreció golpe tras golpe.
Me dolías tanto, Altagracia.

"No quiero que sufras más mi amor. Ni por tu marido, ni por tu hija, por nadie. Quiero que te cuides, que desde ahora en adelante te ocupes solamente de ti y de tu bienestar. Quiero que por una vez seas egoísta y te enfoques en ti. Y en nosotros dos, si lo deseas."

Me miraste con ternura con esos hermosos ojos que me tenían cada día más enamorado.

"No te merezco Saúl."

"Mereces todo mi amor y mucho más."

Me besaste.

"Sabes, antes de que tú llegaras yo era muy triste, me odiaba a mi misma y la vida que me tocó. No tenía esperanzas, ni razones para seguir.
Pero de pronto llegaste tú a cambiarlo todo. A enseñarme lo bonito que es enamorarse de verdad, a darme cada día un nuevo motivo para sonreír, a mostrarme que el amor sana, no hace daño.
Eres todo lo que alguna vez he soñado Saúl, y hasta más."

Siempre me decías que yo encontraba las palabras adecuadas en cualquier momento, que lograba emocionarte y llegarte al corazón con ellas.
Pero tú tenías la misma capacidad.

¡Eras tan importante para mí!
Lo sigues siendo.
Siempre le agradezco a la vida por haberte puesto en mi camino.
Y, a pesar de todo, me siento afortunado, porque lo vivido juntos no nos lo quita nadie.

Sin decirte adiós Donde viven las historias. Descúbrelo ahora