Regresamos dos horas después.Sara me esperó en el comedor y yo entré a mi cuarto para ver como seguías.
Te encontré dormida, abrazada a mi almohada, con las mejillas mojadas y una pequeña botella de tequila que habías casi vaciado, a tu lado.
Te observé con un cariño cargado de dolor.
¿En qué momento te convertiste en la única cosa esencial de mi vida?
Te hubiera dejado descansar con mucho gusto, pero ustedes tenían que volver a vuestra casa.
No deseaba que ese hombre armara otro escándalo a tu regreso.
Además no era conveniente que tu hija te viera así.Me acerqué a ti.
Con delicadeza removí tu cabello y acaricié tu rostro, hinchado por el llanto.
Deposité pequeños besos sobre tu frente y sobre tus párpados cerrados.La ternura que despertabas en mí era sin límites.
"Amor, despierta. Altagracia..."-susurré en tu oído.
Poco a poco despertaste, mirándome con desconcierto, hasta que te acordaste donde estabas y lo que había pasado con pocas horas atrás.
"Por favor, olvida todo lo que te dije Saúl. Y no me hagas más interrogatorios, no tengo fuerzas para contestar ninguna pregunta. Sé que estás enojado y decepcionado, pero por favor no me grites, no peleemos, te lo suplico. Sabes, te entiendo si me dices que te doy asco y que deseas terminar con lo nuestro..."
Te interrumpí.
"Hey amor, ¡tranquila! Mírame."-dije tomando tu rostro entre mis manos y conectando tu mirada con la mía."Yo no pienso pelear contigo, ni juzgarte, ni interrogarte. Estoy sumamente furioso, pero con él, con ese infeliz poco hombre que tanto daño te hizo y te lo sigue haciendo. No contigo, Altagracia. Tú no tienes la culpa de todo esto. Y jamás podría sentir asco por ti, no se te ocurra volver a pensar esto. Eres la mujer que amo, la mujer más maravillosa que he conocido en toda mi vida. Yo decidí apoyarte y estar a tu lado en las buenas, en las malas y en las peores. No pienso dejarte ni ahora ni nunca."
Tus lágrimas habían empezado a bajar por tus blancas mejillas y las mías no tardaron en llegar.
Te aferraste a mi cuello y me abrazaste más fuerte que nunca.
Te correspondí.Eras tan frágil y tan fuerte a la vez, Altagracia.
Unimos nuestras frentes, y como por magia, en pocos segundos nuestras bocas también resultaron unidas, encajando perfectamente en una guerra de ternura, amor, y pasión.
Buscaste el calor de mi lengua y de mis brazos, mientras yo me deleitaba con el sabor tan único e inconfundible de tus labios.
Nos separamos después de un tiempo, recordando que Sara estaba en el salón esperándote.
"Altagracia, te lo repito otra vez: ¡escápense conmigo! Toma tus cosas y las de la niña, los documentos y todo lo que te sirva y vámonos los tres. Ya no estoy dispuesto a verte sufrir de esta manera y mucho menos a compartirte con otros hombres. No más. Pero sí estoy dispuesto a irme lejos y empezar una nueva vida con ustedes. A formar una familia. Seré un gran hombre para ti y el padre que Sara necesita. Te prometo que nada les hará falta. ¿Qué dices? ¿Te atreves? Saltémonos el abismo"-mi voz tenía un tono de súplica y esperanza.
"¿Tanto me amas que hasta estás dispuesto a aceptar mi hija como si fuera la tuya?"
Acariciaste mi rostro y me miraste fijamente con esos fabulosos ojos verdes que me dejaban sin aliento.
"No, Altagracia. Esto es poco comparado a todo lo que estoy dispuesto a hacer pot ti. Te amo más que a mi propria vida, ¿no lo entendiste aún?"
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Falta poco para el final 🙈
Espero que me sigan acompañando y que les siga gustando la historia, porque la estoy escribiendo con mucho cariño 💗
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Sin decirte adiós
RomanceUna historia con capítulos breves, narrada enteramente por el protagonista. Saúl, un joven periodista, se enamora de una misteriosa mujer con la cual vive los momentos más hermosos pero también los más dolorosos de su vida...El destino jugará en su...