Aún recuerdo que lo que más te gustaba era descansar sobre mi pecho desnudo después de haber hecho el amor.
Y a mí me encantaba saber que mis brazos eran tu refugio.Era muy bonito sentir el calor de tu cuerpo y observarte dormida en la madrugada, con esa sonrisa angelical dibujada en tu rostro.
Sabes, hay amores tan fuertes que no conocen obstáculos, mentiras, ni miedos.
Amores que simplemente se dan, aún con todo el mundo en contra.
Amores así, como el nuestro.Regresaste dos días después.
Estabas un poco timorosa cuando te abrí la puerta; no sabía por que.
"¿Puedo pasar?"-preguntaste.
"Claro, esta es tu casa y lo sabes."
Te saludé con un beso en la mejilla y te pusiste roja.
"No vine sola. Quiero presentarte a alguien."
Volteaste y tomaste de la mano a una niña.
Era tu hija.Quedé muy sorprendido al verla.
¿Le habías hablado de mí?
Te arriesgase mucho, ¿qué tal si le iba a contar a su padre?Tenías razón Altagracia: era igualita a ti.
Lo primero que vi fueron sus preciosos ojos verdes, idénticos a los tuyos.
¡Las dos se veían tan bellas!"Hola, soy Saúl, un amigo de tu madre."-le dije tímidamente poniéndome a su altura y extendiéndole la mano.
Un poco dudosa, la tomó."Me llamo Sara."-dijo y me sonrió.
Tú también lo hiciste.
Lo que sentí ese día se llama plenitud.~Necesito que ustedes dos sean mi familia. Sería increíblemente maravilloso.~ pensé en ese momento.
¿Alguna vez pensaste lo mismo?

ESTÁS LEYENDO
Sin decirte adiós
RomanceUna historia con capítulos breves, narrada enteramente por el protagonista. Saúl, un joven periodista, se enamora de una misteriosa mujer con la cual vive los momentos más hermosos pero también los más dolorosos de su vida...El destino jugará en su...