10. Flawless

474 66 11
                                    

"She didn't want him to run, he didn't want her to fear

Nobody said it'd be easy, they knew it was rough

But, tough luck"


Nos bebemos un batido helado con trozos de galleta de chocolate mientras charlamos en uno de los bancos del parque. Le cuento que fui a verle a su casa y que ya parecía más recuperado.

—Entonces... ¿cómo estáis entre vosotros?

Es una buena pregunta, con una respuesta bastante dudosa.

—Raros —confieso, sin más. Ni yo misma lo entiendo.

—¿Buen rollo o mal rollo?

Ana lucha contra el trozo de galleta que se ha quedado atascado en su pajita. La observo y sonrío en silencio.

—Buen rollo —respondo—, aunque raro.

Nos quedamos calladas por unos segundos. Ella se concentra en su vaso de batido y yo simplemente dirijo la vista al frente mientras recuerdo lo de esta mañana.

—No pude resistirme —hablo de pronto.

—¿Qué hiciste? —Su tono se vuelve acusador. Ya sabe que no puede significar nada bueno.

—Nada.

Entorna los ojos y carraspea de forma forzada.

—Un abrazo, solo... —murmuro—. Muy largo...

—¿Solo? —Parece aliviada—. ¿Tiene algo de malo? Tampoco es que sea...

—Ya —la interrumpo—. Estaba en ropa interior. Me estaba entrando calor. No puedo pensar en él de otra forma... No puedo pulsar el interruptor en mi cabeza para pasar al modo amigos.

—Fuiste tú la que se lo propuso... —puntualiza.

Sí, ya lo sé. Yo le dije que fuéramos amigos, que siguiéramos llevándonos a pesar de todo.

—Ya, Ana, pero fue él quien cortó conmigo.

Suspira.

—Tal vez el tiempo lo cure todo.

—¿Sugieres que espere?

—Yo creo que es lo único que puedes hacer: o esperas a que todo se haya calmado y podáis estar juntos, o esperas a que tu cerebro haga ese clic y te olvides de él en ese sentido.

Nos quedamos mudas tras su intervención porque vemos a Cooper pasando por delante de nosotras. Parece que no se da cuenta de nuestra presencia hasta que está bastante cerca. Entonces, hace un leve movimiento de cabeza como intento de saludo y sigue de largo con cierta rapidez e incomodidad.

—Qué gran decepción —murmuro cuando ya ha desaparecido.

—Ya ves... con lo bueno que está.

—Y lo gilipollas que es.

Veo en sus ojos a través de las gafas que no quiere recordar nada que tenga que ver con él, y rápidamente cambia de tema.

—¿Qué tal llevas las ventas?

—Mi madre me está ayudando. Le vende los cupcakes a la gente que pasa por la librería.

—¿Sabe para qué quieres el dinero?

—Le he dicho que estoy ahorrando para un ordenador nuevo. —Me encojo de hombros.

***

El sábado por la noche me quedo en casa de mi padre y nos empezamos una serie llamada Humans, la que trata principalmente sobre robots con apariencia totalmente humana que se dedican a realizar las tareas domésticas o incluso son programados para determinados puestos de trabajo. Nos deja enganchados desde el principio y vemos unos cuantos episodios seguidos. Durante el tiempo que pasa entre un episodio y otro y los segundos de la introducción y las escenas que ocurrieron en el episodio anterior él aprovecha para hacerme preguntas, sobre las clases y qué he hecho los últimos días. Pronto sale un nuevo tema de conversación, el inevitable.

El objetivo de Louis Tomlinson [LIBRO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora