5. Stay

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"Nothing's changed,

No one take your place

It's get harder everyday."

Louis.

Me llegan dos nuevos mensajes al móvil de clientes que quieren comprar. Les doy una hora y un lugar para esta tarde, los envío y elimino los mensajes. Meto el móvil en un cajón junto con mi ropa y abro las puertas del armario. Rebusco bajo los pantalones y saco la caja con el dinero. Por más que lo cuente, sigue habiendo la misma cantidad. No se reproduce, no se multiplica... son los mismos billetes. Es la primera vez que veo tanto dinero junto, pero aun así sigue sin ser suficiente.

Cierro las puertas y me dejo caer sobre la cama. Pensar en ello me da dolor de cabeza. Realmente, vivo con dolor de cabeza constante. Todo a mi alrededor actúa como un peso sobre mí, un peso que me va aplastando cada vez más, que me va consumiendo... Mi madre solía decir que lo malo viene todo junto, cuando todavía tenía la entereza para decir cosas coherentes. Lo malo viene todo junto, y si al final consigo salir de todo esto, entonces podré con cualquier cosa.

Dejo caer los párpados, coloco las manos bajo la nuca y tomo una amplia bocanada de aire.

Carter, Carter, Carter... Carter quiere ser mi amiga.

Le miento, corto con ella, sus fotos acaban publicadas en Instagram por mi culpa, sigo ocultándole cosas... y ella quiere ser mi amiga. Sabe cómo gano dinero, sabe que estoy metido en problemas graves, sabe lo peligroso que puede ser todo esto... y ella quiere ser mi amiga. ¿Por qué sigue viniendo a mí? ¿Por qué me lo hace todo más difícil? ¿Qué es lo que le atrae de mí después de saber toda la mierda que tengo encima?

Echo tanto de menos nuestras conversaciones... A veces me dedicaba a releerlas, y ya ni siquiera puedo hacer eso. Me han quitado hasta unas malditas conversaciones. Han ido contra ella y dentro de poco vendrán otra vez a por mí, con otro aviso más jodido que el anterior. ¿Por qué no escuché a Eric y a Abel cuando me dijeron que había otras maneras? ¿Por qué no intenté conseguir dinero de otra maldita forma?

Abro los ojos de golpe. Me encuentro con el techo, de color blanco, ligeramente agrietado. No estoy seguro de saber arreglar eso. Trato de mantener la casa en condiciones normales todo lo que puedo, pero aunque me cueste admitirlo, yo solo no puedo con todo.

Me quedo un rato más en la cama soñando despierto. Por mi mente pasan varios recuerdos, con ella. Todos con ella. Empiezo por los más inocentes, por los besos, por las conversaciones... ¿Cuando me escribió que quería tenerme en su cama? Ese fue un buen día. ¿Cuando se quitó la camisa delante de mis narices, sin llevar sujetador? Ese fue otro gran día. Si lo pienso bien, si me esfuerzo por recordarlo, puedo sentir el tacto de su piel, la sensación de estar acariciándola. La besé por todo el cuerpo, estaba casi desnuda. Se colocó sobre mí y empezó a mover sus partes contra mi polla. La tocó, y me besó, y estuvimos abrazados por un rato...

—Uff... —Resoplo y me levanto de un salto. Necesito parar de pensar porque ya me estoy poniendo cachondo.

Cuando voy a sacar las libretas de mi mochila para ponerme a hacer las tareas de clase, escucho que tocan en la puerta de la entrada. Me pongo en alerta. Solo hay dos opciones: o es Carter, o son ellos. Dudo más de la primera, puesto que la última vez que estuvo aquí le dije literalmente que no viniera a mi casa.

Antes de comprobar cuál de las dos opciones resulta ser, me aseguro de que mi madre sigue durmiendo en la habitación. Como veo que está tapada con la manta y apenas se mueve, me acerco a la puerta. Acerco el ojo a la mirilla y trago saliva. Están aquí, él y sus perros de caza que le acompañan. Esto no pinta nada bien. Sé por qué vienen los tres. Lo sé perfectamente.

El objetivo de Louis Tomlinson [LIBRO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora