15. Bad Together

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"Let's be bad together, baby, you and I

Let's be bad together, if only for a while..."

-No estás solo. -Sigo acurrucada en su pecho-. Yo estoy contigo.

Tal vez por esa razón siempre va en solitario. Tal vez el abandono de su padre le haya hecho pensar que así es como debe estar: solo. Si está acostumbrado a la soledad desde hace tiempo, entonces comprendo que no sea fácil llegar e intentar cambiarlo en dos días.

-Los malos momentos nos hacen saber lo fuerte que somos, Louis. Tenemos la misma edad pero tú eres mil veces más fuerte que yo.

-¿Y de qué me sirve eso, Carter?

Ya. Sé que lo que estoy diciendo no justifica en absoluto lo que ha podido pasar en su vida, pero intento hacerlo lo mejor posible. A veces, aunque me cueste creerlo, simplemente no sé qué decir.

-¿Recuerdas algún mal momento pasado del que pensabas que no ibas a salir? Y estoy segura de que acabaste saliendo. Todos lo hacemos. Nuestro hoy no será el mismo que nuestro mañana, así que si pasas por un mal momento debes recordar eso, que solo es un momento. Es solo un pequeño punto dibujado en el recorrido de tu vida.

-Es solo un punto, pero mientras estás justo en ese punto es muy jodido.

Con su brazo rodeando mi espalda me aprieta un poco más contra él.

-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea -le recuerdo, porque ya lo sabe perfectamente-. Te ayudaré en todo lo que pueda.

Siempre y cuando confíe en mí y me deje ver un poquito más de él, de su vida.

-Gracias.

Nos quedamos en silencio por un rato, sin movernos.

-Imagina tener sexo aquí, solos... en la naturaleza.

Me sujeta por los hombros y me aparta para verme la cara. Me mira con desconcierto y me río.

-Perdona por el cambio de tema radical pero llevaba tiempo pensando en eso -me excuso.

-Asumiré que no es ningún tipo de indirecta y que solo tratas de mantener una simple conversación.

Volvemos a quedarnos callados pero puedo adivinar que realmente se lo está imaginando.

***

Durante el camino de vuelta hago un balance mental de lo que ha sido la tarde: ellos por un lado y nosotros dos por el otro. Era lo esperado. Pero no me estoy quejando, al contrario... para mí ha sido perfecto. Los chicos son los primeros en dispersarse, luego acompañamos a Ana hasta la puerta de su casa y finalmente seguimos nosotros dos.

-Siento no haber sido todo lo sociable que esperabas.

Me echo a reír y niego con la cabeza.

-Ha estado bien.

Cuando llegamos a mi calle descubro que deben ser las ocho de la tarde pasadas porque mi madre está aparcando el coche frente a nuestra casa. Enseguida nos ve y nos sonríe desde la distancia. Nos despedimos rápidamente porque somos conscientes de que ella nos está observando y atravieso la puerta a su lado. Cierra detrás de mí, deja el bolso sobre el sofá y se dispone a preguntar, cómo no...

-Carter... -inicia, despacio, con sospecha.

-Solo amigos, mamá -me limito a contestar, porque sé que esa es su duda, y me voy a mi habitación.

Estoy cansada de tanto caminar pero evito la tentación rutinaria de tirarme sobre la cama, porque sé que estoy sucia. Tengo tierra por todas partes y necesito una ducha urgente. Aun así, antes de ir al baño, busco el calendario en mi agenda para marcar un buen día. Y me quedo unos segundos observando los colores de cada día, haciendo un balance general. Casi todas las valoraciones de los días dependen de lo que me ha pasado con él. Cuando estábamos juntos todos eran días buenos, cuando lo dejamos pasaron a ser malos, y ahora... bueno, ahora parece que estamos remontando.

El objetivo de Louis Tomlinson [LIBRO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora