31. When I look at you

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"Cause there is no guarantee

That this life is easy

When my world is falling apart

When there is no light to break up the dark

That's when I... I look at you..."

Los pasillos del instituto están totalmente vacíos y el silencio que se escucha es escalofriante. Todo el mundo está en el pabellón, probablemente todavía alucinando por lo que acaba de pasar. Cooper ha pasado a protagonizar dos escándalos en la misma semana y no sabría decir cuál ha sido peor. Tal vez este, por nuestra relación más directa con él. Busco por los pasillos, en el baño e incluso en aulas vacías, pero no hay rastro de Louis. Se me pasa por la cabeza la idea de que se haya ido de verdad, a su casa o a vagar por ahí y lo veo como una alta posibilidad teniendo en cuenta la facilidad que le supone fugarse.

Carter: ¿Dónde estás? Te estoy buscando.

Le envío el mensaje a pesar de que es posible que no lleve el móvil encima. Con las prisas ni siquiera se percató de que su mochila se quedó en la grada.

Louis: En la cancha.

Sonrío aliviada al ver su respuesta y corro al lugar. No es necesario hacer una búsqueda exhaustiva para dar con él, es el único bulto que veo a lo lejos. Sentado en el suelo, abrazando sus rodillas y apoyado en la pared, levanta la vista y fuerza una sonrisa.

—Eres único para aparentar que estás bien.

Me dejo caer a su lado y rodeo su cuerpo con mis brazos fuertemente, cumpliendo con el abrazo que prometí darle.

—No es cierto.

—Lo es —insisto—. Acabas de sonreírme y si no fuera porque sé lo que ha pasado, me habría creído al cien por cien que todo está bien.

Mete los dedos en mi pelo. Me da un escalofrío.

—Hueles bien —declara tras inspirar con su nariz en mi cabeza.

También es un experto en desviar el tema.

—¿Te sientes mejor? —le pregunto lo importante ahora mismo.

—No lo sé.

Dejo la cabeza apoyada sobre su hombro y disfruto de la soledad, de nuestra soledad.

—¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? —hablo con voz inocente.

—Quedarte aquí conmigo.

Eso puedo hacerlo sin necesidad de que me lo pida.

—Cooper acaba de liarla mucho... ¿Crees que lo expulsarán?

—No sé, pero me siento mal por él.

Me conmueve su empatía pero creo que ya tiene bastante encima como para estar sintiéndose mal por los demás, más aún tratándose de Cooper que acaba de exponerle delante de todo el instituto. Sentirse mal por sí mismo ya le da y le sobra.

—Tal vez tiene problemas, ¿sabes? —Sigue hablando—. Seguramente tiene problemas.

Sí, es posible que tenga problemas, pero esos problemas a su vez han metido a Louis en problemas. Si quedaba alguien por saber la identidad del traficante del instituto, ahora ya se ha enterado.

—¿Qué se siente al haber hablado después de tanto tiempo en silencio?

—No gran cosa —admite—. Esto no cambia nada.

—¿Qué quieres que cambie?

Me quedo mirándole durante un buen rato. No me cansaría jamás de ver esos ojos, tristes pero indiscutiblemente preciosos.

El objetivo de Louis Tomlinson [LIBRO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora