22. Pass Me By

558 62 14
                                    

"I was solo, living yolo

'Til you blew my mind

Like damn

You can be the one that could mess me up"


La magia tiene fama de durar poco. Todo lo bueno, o casi todo, dura poco. No podíamos quedarnos eternamente acostados en mi cama, ¿no? No podía quedarme eternamente desnuda sobre él.

—Dame la ropa, corre —le pido. Se baja de la cama y empieza a tirarme las prendas, una tras otra. La mayoría de ellas me dan en la cabeza, tal y como él pretendía.

Me visto a toda la velocidad de la que soy capaz, bajo de la cama y comienzo a colocar la colcha para dejarla totalmente lisa. La vergüenza me invade de repente... mis fluidos han quedado absorbidos por esta colcha.

—¿Y los cómics? ¿No lo has traído?

¿Cómo puede estar preocupándose por los cómics cuando acabamos de darnos cuenta de que mi madre está a punto de llegar del trabajo?

—Louis, tú corre —le aconsejo ignorando su pregunta.

Salimos de mi habitación, llegamos a la sala y mientras se dirige a la puerta yo me percato de su gorra sobre el sofá. La cojo y se la lanzo. La atrapa con los dedos durante el vuelo.

—Espera. —Corro hacia él y le doy un pico rápido en los labios.

Y se va por la acera, casi corriendo, echando la vista atrás cada dos segundos. Compruebo que el coche de mi madre no está por cerca y me meto en casa. Paso la mano por la tela del sofá para borrar cualquier huella, me aseguro de que no se ha quedado el olor a perfume de chico por ninguna parte, y suspiro. Todo está perfecto.

Segundos después oigo el motor. Me asomo por la ventana y la veo bajándose del coche. Viste con unos vaqueros ligeramente ajustados, una camiseta de color lila con las letras merci en amarillo. Merci es lo que debería decirle al universo por haberme otorgado esos segundos de margen antes de que ella viniera.

Cuando abre la puerta yo sigo parada en medio de la sala. Me saluda, aunque se percibe su mueca extrañada por verme plantada sin hacer nada.

—¿Todo bien?

—Genial.

Yo estoy genial porque después de lo que me han hecho solo se puede estar genial, pero otra parte de mí se siente muy inquieta por haber estado haciendo guarradas en su casa.

***

Es viernes por la mañana y me preparo para ir al instituto con normalidad. Anoche derramé a propósito el zumo de naranja sobre mi cama, solo para tener un motivo para meter la colcha en la lavadora y que nada pareciera sospechoso. De resto, todo normal. Antes de salir de casa me llega un mensaje de Louis:

Louis: Voy a llegar un poco tarde hoy.

Cuando estoy a punto de responder, me llega otro mientras me mantengo en línea:

Louis: Estoy bien. No ha pasado nada.

Le contesto que le veré más tarde entonces y echo a andar yo sola. No voy a negar que me entra curiosidad por saber el motivo de su retraso, pero si insiste en que realmente no pasa nada grave intento no preocuparme. Se supone que la faceta de las mentiras ya la hemos superado, así que me fío de sus palabras.

Por uno de los pasillos me encuentro con Ana y desde que me ve, a metros de distancia, ya me lanza una sonrisilla cómplice. Lleva el pelo rubio suelto y liso, las gafas de siempre, sus brackets de siempre... sin embargo aprecio más maquillaje por su rostro. Sus pestañas son más largas y oscuras, y aprecio el colorete.

El objetivo de Louis Tomlinson [LIBRO II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora