[Rosekook]Playing With The Fire

Game (parte 2)

Chaeyoung acababa de salir del bar donde había ido para buscar a Jungkook, al salir se frenó en seco, él estaba hablando por teléfono... se acercó sigilosamente para que no la viera.

-Está bien, nos vemos en el bar de siempre en una hora.-hablo.
« ¿En el bar de siempre?, ¿Cuál era el bar de siempre?» Dios! ahora no sabía hacía donde tenía que ir, solo le quedaba una opción: seguirlo.
Lo vio girarse y entrar en el edificio, lo siguió, bien, iba a casa, por lo menos tendría tiempo para cambiarse de ropa. ¿Con quién habría quedado?, seguro que con alguna tipa, una rubia tonta...-
Esperó a que entrara en su casa, y ella entró en la suya, se cambió de ropa, no se iba a arreglar mucho, pero tampoco iba a ir vestida de diario. Se maquilló lo justo y esperó detrás de la puerta hasta que lo escuchó, se sentía rara, no era una costumbre suya el ir espiando a la gente y menos seguirla, pero hacer eso, la hacía sentirse en un juego, no podía ser descubierta, y eso la divertía.
Al fin él salió del departamento, y se metió en un ascensor, ella hizo lo mismo, lo siguió. Al cabo de un rato lo vio entrar en un bar, y por fin, ella entró sin temor a que la viera, «Uhm... bonito sitio, no tiene mal gusto el niño» se dijo.
Entró con la cabeza alta, estaba dispuesta a divertirse, a disfrutar, a fastidiarlo.
Jungkook se quedó de piedra cuando vio a la castaña, ¿Pero cómo? Casualidades de la vida, ¿Pero es que no podía perderla de vista ni un momento? ¿Lo habría seguido? no, eso era imposible, se habría dado cuenta. Dispuesto a pasárselo bien, independientemente de ella, le sonrió para luego girarse sobre sus pies y buscar a su amigo... quien no estaba. «Qué raro» pensó, bueno, mientras él podía divertirse, buscando alguna mujer con quien pasarlo bien.

Si, se lo pasaría de arriba ese día.
Estaba charlando con una rubia impresionante cuando alguien le tocó el hombro, ¡por fin había llegado Tae!, se giró para sorprenderse, no era su amigo, era la castaña.
-Oppa! –lo saludó.
-Ho... hola –saludó él, ¿Por qué tartamudeaba?, si él era famoso por su seguridad, y su dominación a la mujer...- ¿Cómo estás?- pregunto sorprendido.
- Ay!... no me trates como si hiciera años que no nos vemos, sabes perfectamente lo bien que estoy.-dijo. ¿Se estaba insinuando? ¡Qué fastidio!

Se giró para hablarle a la rubia, pero no estaba, se giró de nuevo hacia su vecina, pero no estaba tampoco, ¡Esta mujer! se la iba a cobrar, le estaba espantando todos los ligues, ¿quería jugar? Pues nada, jugarían los dos.

Segunda parte! Gracias por votar;)

Besos y abrazos. xoxo