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Chaeyoung sacó las llaves de metal para introducirlas en la puerta de su departamento, se sentía cansada, solo había dormido un par de horas. Era media mañana, y decidió que, prepararse un café, recargaría las energías perdidas. Sonrío al recordar el "mágico café" hecho por Lisa, definitivamente era la mejor amiga que podría tener.
Se sentó cómodamente en el sillón de la sala, esperando a que la bebida dejara de ser tan caliente, fue en ese momento que comenzó a escuchar un ruido no tan lejos desde donde estaba. Si su oído no fallaba, parecía que algo había caído al suelo con fuerza. Miró a su alrededor, nada parecía estar fuera de lugar. Rascó su cabeza, algo no andaba bien. Se levantó para seguir inspeccionando, esta vez sintió que algo rebotaba constantemente sobre una pared.
Continuó caminando en silencio para oír mejor, los molestos golpes provenían desde afuera. Curiosa, decidió abrir la puerta de entrada para enterarse de lo que estaba sucediendo. Abrió sus ojos al notar que era su vecino el estaba sentado en el suelo, con sus párpados caídos y una botella en la mano. Su estómago se encogió al sospechar de su estado, estaba ebrio.
—¿Jungkook? ¿Te encuentras bien?—preguntó rápidamente. Se podía notar preocupación en su timbre de voz. Se acercó hacia él, flexionando sus rodillas para quedar en la misma posición.
—¿Puedes oírme? —elevó un poco la voz ya que parecía no estar escuchándola.
—¡Ay!—se quejó él mientras frotaba su espalda y al mismo tiempo su cabeza.
—¿Te has hecho daño? —preguntó ella mientras lo observaba con detenimiento. Lucía somnoliento y algo mareado, también pudo percibir el olor a alcohol que desprendía su cuerpo.
—Yo...no lo sé.—murmuró en un susurro.
—Necesitas levantarte ¿sí?
Él parecía haber escuchado aquel pedido, ya que movió su cabeza de arriba hacia abajo, asistiendo a lo que ella decía. Chaeyoung se levantó posicionándose en un mejor lugar para poder sacarlo del suelo.
—Tienes que ayudarme...a la cuenta de uno, dos...tres.-Sujetó con fuerzas las manos masculinas de Jungkook jalándolas hacia arriba, logrando que se levante junto a ella. Chaeyoung dio un respiro de victoria, había usado todas sus fuerzas para hacerlo. Se estremeció al sentir el calor corporal que emanaba. Lo miró de reojo, parecía un niño, sus ojos entrecerrados, su cabello desalineado, no pudo evitar que su corazón se acelere.
—¿Chaeyoung?-murmuró él al notar que estaba recargado en el cuerpo de ella. Pateó la puerta de madera con uno de sus pies, mientras que lo ayudaba a caminar sosteniéndose desde sus brazos.
—Despacio... ahora, recuesta tu cabeza sobre el almohadón.- le indicó, mientras lo sostenía con ambas manos, pero se detuvo cuando lo escuchó quejarse.
—¿Te duele algo? Puedo traerte hielo o algo para el dolor de cabeza...-habló con rapidez haciendo que sus palabras sonarán torpemente la una sobre la otra.
—Chaeyoung...-la nombró.
—¿Qué sucede?- se acercó hacia él.
—Estoy bien, solo lamento que me veas de esta forma. No suelo tomar hasta emborracharme...-murmuró con los ojos cerrados. Aún no se sentía completamente lúcido. La pelinegra asintió con amabilidad.
—Aguárdame ¿sí? iré por algo de agua.- le habló mientras se adentraba a la cocina en busca de un vaso y agua fresca. Se detuvo un momento, quería ayudarlo, después del suceso de la noche anterior, y ahora, encontrarlo de esa manera, hacía que su corazón se removiera por completo, logrando un sentimiento de culpabilidad en su interior.
Al regresar a la sala, pudo notar como dormía plácidamente en el sillón. Ella cerró sus ojos, tal vez lo mejor era esperar a que se despierte. Tomó una frazada y cubrió medio cuerpo. Se detuvo al observar su rostro. -¿Cuánto alcohol habrá bebido?- pensó a la vez que le peinaba el cabello hacia atrás.
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Jungkook comenzó a acomodarse sobre los suaves cojines, estiró sus brazos mientras daba un largo bostezó. Abrió sus ojos por completo, había dormido un buen rato. Se compuso en el sillón, mientras daba una mirada al lugar, era la casa de Chaeyoung.
Escuchó un pequeño sonido de una radio sonando en las habitaciones siguientes, también pudo notar el olor de algo que se estaba cocinando. Respiró profundamente, se había emborrachado, era consciente de eso. Y ahora estaba en el living de su vecina.
Bajó su mirada al reloj de su muñeca, eran las 11:45, de repente su expresión relajada cambió a una más preocupada.—¡Mierda, el trabajo!—pensó mientras buscaba sus cosas. Fue entonces cuando sintió a Chaeyoung hablar a lo lejos. Su voz se sentía cada vez más cerca, hasta que ingresó a la habitación donde él estaba.
— Está bien, yo se lo digo, hasta luego.-terminó de hablar con el móvil para luego colgar. Hubo un momento de silencio, las miradas de ambos de cruzaron. Chaeyoung dejó de mirarlo para comenzar a hablar.
—Hola.
—Hola.-respondió él. Observó como sujetaba su móvil entre sus manos, ella notó aquello y extendió sus brazos para devolvérselo.
—No dejaba de sonar así que...-explicó.
— Entiendo, no te preocupes... Y ¿Quién era?-preguntó.
— De tu trabajo, un tal Jimin, le conté sobre lo sucedido y...me ha dicho que lo mejor es que te tomes el día...-habló con calma.
—¡Oh! entonces era eso, gracias...-le contestó mientras guardaba su móvil. El seguía manteniendo una distancia prudente, pareciera incomodarse al verla a los ojos. De alguna manera se sentía molesto con la situación. Molesto por haberse emborrachado fácilmente, molesto por haberlo dejado la noche anterior sin explicaciones, y molesto consigo mismo por ser tan vulnerable y débil cuando se trata de ella.
— ¿Te encuentras bien?
— No...necesito descansar. Lamento haberte molestado...-murmuró mientras caminaba hacia la puerta.
—No fue molestia...me has preocupado bastante.
Jungkook frunció su ceño— Ayer pareció no importarte.—habló mientras se alejaba de ella.
—¡Jungkook!-lo llamó. Él se detuvo cuando escuchó su voz. —Yo...quisiera hablar...
Jungkook dio un giro y movió su cabeza, dirigiendo sus ojos marrones hacia los de la pelinegra. Guardó silencio, mientras la observaba atentamente.
— Ayer no me porté muy bien, irme de esa manera... no fue lo correcto.—murmuró. —Sé lo que estarás pensando sobre mi.—agachó su cabeza mientras juntaba sus manos.
— ¿Y que sabes lo que pienso sobre ti? —la interrumpió. Ella alzó la vista.
— Que soy una cobarde Jungkook.—contestó afligida.— Todo este tiempo, fui una cobarde contigo.—el corazón de Chaeyoung dio un estrepitoso golpe contra su pecho. Cerró sus ojos y se mordió los labios con nerviosismo. El silenció abrumó la sala por unos segundo hasta que Jungkook comenzó a hablar.
— Quisiera entenderte, pero... es difícil...entiéndeme...—murmuró cabizbajo y sintió que el nudo situado en su estómago se había trasladado a su garganta dificultándole que las palabras salgan.
Chaeyoung respiró hondo.—Jungkook...—se aclaró la garganta.— esta noche... te contaré toda la verdad...lo prometo.
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[Rosekook]Playing With The Fire
Novela JuvenilMi madre siempre me decía que tenga cuidado con los chicos, porque el amor es como jugar con fuego, podemos salir heridos. Y puede que tenga razón, porque cuando te veo, en lugar de tener miedo, quiero lanzar todo de mi en tu mundo Nos estamos quema...