Everything

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Viernes.
Último día de la semana laborable, por fin llegaba el deseado fin de semana. Normalmente a Jungkook no le importaba en absoluto ir a trabajar, le gustaba su trabajo, disfrutaba de él. Le gustaba el ambiente de la oficina, y las charlas con los amigos sobre las mujeres, las conquistas, todo eso era genial... hasta ahora.
Desde el lunes, se descubrió deseando volver a casa para ver a su hermosa y sensual vecina. Y desde el día anterior, la quería ver más que nunca. En principio quería volver porque no había podido pegar ojo en toda la noche, y no se enteraba de nada de lo que leía. El día estaba siendo horrible. Su secretaría le había tenido que repetir unas cuantas de veces la misma cosa. Su mente se iba.
Pero sobre todo la quería ver, quería ver aquellos ojos marrones de nuevo. Dios ¿Por qué siempre que estaban juntos todo se fastidiaba? Joder. Le hubiera gustado disfrutarla más, estar con ella.
Frustrado miró el reloj ¿Por qué pasaba tan lento el tiempo cuando uno quiere que se acabe el día?
Se imaginó a su vecina con su bella sonrisa, sentada en la misma terraza que la otra vez, seguramente alguno de los tipos pegajosos se le acercaría... y él estaría al acecho para espantarlos.

Dos golpes en la puerta lo hicieron volver a la realidad. Esta se abrió, mostrando una figura muy familiar.

-Jungkook, ¿estas ocupado?- dijo su amigo pelinegro.

-No Tae, amigo, pasa.-habló Jungkook. Este le dedico una sonrisa, al mismo tiempo, se adentro a la oficina caminando hasta unos de los asientos cerca suyo.

-¿Qué ocurre?-preguntó.

-¿Ya le has comprado el regalo, verdad?-habló Tae.

-¿Qué regalo?- respondió confundido.

-Aguarda ¿lo olvidaste?-respondió su amigo. Jungkook lo miró extrañado ¿Qué era lo que había olvidado? Tae negó con la cabeza.

-Aish! Sí que eres un problema.-dijo Taehyung.- ¿¡El cumpleaños de Jimin!?- exclamó un tanto alterado.

-¿Es hoy? Yo...lo siento. No sé lo que me está pasando.-respondió llevándose ambas manos a su cabeza.

-Oh, yo sí se-habló Tae. Una sonrisa pícara se formó en sus labios.- ¡Hay una chica, confiesa Jungkook!- dijo señalándole con su dedo índice.

-¡Ya! No empieces con eso de nuevo, ¿quieres?-se molestó.

-Eres mi amigo, te conozco desde los 12 años, no me puedes ocultar nada-hablo seguro.

Jungkook suspiro. En parte tenía razón, se conocían hace bastante tiempo al punto de saber el cómo se sentía el otro. Si estaban pasando días buenos o días malos. Ambos se contaban todo, pero esta vez no lo quiso hacer. Confiaba en él, sí, pero por alguna razón no quería hablar sobre su nueva vecina. Y lo que le estaba ocurriendo con ella.

-Termina con este tema Tae, estoy perfectamente bien, ¿sí?- habló, tratando de convencer a su amigo para que no siguiera con lo mismo. Este asintió con la cabeza.

-¡Bien!... solo acuérdate de hoy- dijo el pelinegro, caminando hacia la puerta de salida.- 9:00 pm paso por ti-

Jungkook siguió pensante. Se había olvidado del cumpleaños de Jimin, ¿Dónde tenía la cabeza?Sacudió la misma, y empezó a organizar el resto de su día. Primero debía pasar por la tienda, para comprar el regalo. Luego, debía de ir a su departamento a ducharse y cambiarse. Pero antes debía de terminar de firmar algunos papeles que le habían quedado del día anterior. Aish! Que tortura. Solo deseaba poder encontrase con su vecina al regresar a casa. Podría ser en la entrada, capaz en el ascensor o en el corredor del edificio, donde ya muchas veces se la había cruzado. Una sonrisa se escapó de sus labios. Quien iba a pensar que se encontraría pensando en una mujer así. No había experimentado esto antes, y le gustaba demasiado. Ella, su voz, su cuerpo, su pelo, todo. 

Absolutamente todo. 

 

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[Rosekook]Playing With The FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora