Han pasado varios días...
-Hijo ¿Cómo te has sentido aquí en la empresa?
-Oh Camilo muy bien,todos me tratan fenomenal, pero quiero saber si esta noche puedo ir a tu casa porque quiero ver a mis hermanos y saber si las aguas están un poco más calmadas.
-Si Rafa,puedes ir cuando quieras.
-Gracias.
-Rafa, ¿entonces nos vamos ya para comer? - entró Mónica buscando algo en su bolso sin percatarse de que Camilo estaba en la oficina de Rafael.
-Sí hermosa vamos.
-¿Se van juntos?- preguntó Camilo.
-Sí- contestó Rafael- ¿Quieres venir?
-Jefe no lo miré, una disculpa- dijo Mónica.
-Es que... hay un problema... necesitaba revisar unos pendientes con Mónica de hecho estaba por decirle pero veo que ya se van.
-Ou, si quiere me quedo señor- Dijo Mónica.
-Pero Mónica... ¿Cómo vas a dejar de comer por unos pendientes? Perdón Camilo pero le cargas mucho la mano a Mónica y eso no está bien. - Camilo sólo lo veía sin decir una sola palabra.
-Rafa no te preocupes , estoy acostumbrada a todo esto y sabes que lo amo- señaló a Camilo- que, que amo trabajar.
-Camilo, no seas malo y déjala que vaya a comer conmigo.
-No, no puedo. Esto es urgente hijo.
-Vale. Bueno, entonces se me ha ocurrido algo ¿qué les parece si voy y traigo algo de comer y entre los tres revisamos los pendientes? -sugirió Rafael.
-No, no hijo, tú vete a comer.
Mónica sólo los observaba.
-No Camilo, iré por algo de comer y los veo en unos minutos en tu oficina ¿sí?
Camilo asintió pues no le quedó de otra y Rafael se fue a buscar algo de comer,mientras que Mónica y Camilo iban directo a la oficina.
-Mónica...
-Dígame señor.
-¿Qué pasa entre tú y mi hijo? - preguntó mientras cerraba la puerta de la oficina.
-Nada señor, somos amigos, no estamos conociendo.
-Ya... y ¿qué tan amigos?
-Don Camilo, con todo respeto no sé de qué van estas preguntas, están algo fuera de lo com...
Camilo se acercó a ella y la arrinconó contra la pared.
-¿Va? ¿Es que a caso no te das cuenta Mónica?
-¿Cu... cuenta de qué señor? - pregunta nerviosa.
-Cuenta de que me estoy pudriendo de celos, de que no puedo verte cerca ni de mi hijo ni de otro hombre, siento que me acaban los malditos celos.
-¿De qué está hablando? No lo entiendo- dijo asustada.
-De que me gustas, me encantas desde el primer día que te miré, desde ese día que cruzaste la puerta pidiéndome la oportunidad de hacer tus prácticas, desde ese momento me gustas.
Mónica no sabía cómo reaccionar ni qué decir, estaba asombrada.
-Estar cerca de ti se me ha vuelto un martirio. No sabes lo que es tener ganas de besarte- se acercó a ella- y no poder hacerlo porque en la cabeza sólo está la imagen de mis hijos juzgándome. O las ganas que tengo de tocarte y ver a Diana llorando desconsolada por haberla traicionado. No sabes las ganas de decirte y gritar a los cuatro vientos lo mucho que me gustas, pero saber que está mal porque soy un hombre casado. Y no sabes cómo me hierve la sangre, cómo me han comido los celos desde que llegó mi hijo y cuando salías con otros hombres...
Mónica seguía sorprendida.
-Yo, yo...
-Simplemente me estás matando, no sé cómo lo hiciste, pero me hechizaste. - se alejó- pero esto es prohibido, esto está mal, esto no debe ser.
Camilo se acercó de nuevo e intentó besar a Mónica pero ella se alejó.
-¿No piensas decir nada ahora que te he confesado lo que siento por ti?- se alejó de nuevo.
-No, esto nunca será Camilo. Usted es casado y yo...- suspiró- me gusta su hijo y simplemente un nosotros nunca podría existir. ¿Por qué me lo dice ahora?
-Porque siento qur voy a reventar, es una carga enorme para mí cargar con este sentimiento.
-Noo, usted sólo ha de querer acostarse conmigo. Como todo jefe con su secretaria. De pura casualidad ¿el 90% de los jefes tienen también fantasías sexuales con sus secretarias? Porque si es así sólo se queda en fantasías.
-Mónica ¿qué te hace pensar eso de mí? - preguntó caminando hacia el escritorio- ¿Por qué piensas así de mí?
-Porque es muy extraño que después de sus supuestos 20 años sintiendo algo por mí lo haya dicho hasta ahora. A mí no me venga con cosas así. Y es mejor que esto termine por la paz. Rafael va a llegar y yo no quiero provocar que arda Troya aquí. Y déjese de esos celos absurdos y actuados porque usted y yo bien sabemos que lo que siente no son celos de hombre a mujer. Sino de jefe a secretaria. Por Dios... - se rió con ironía- eso es, siempre he sido su incondicional- se toma la frente incrédula- usted no quiere perder a su secretaria, la que está día y noche para usted.
-No Moni, las cosas no son así. Yo, siento algo muy fuerte por ti pero, no puedo gritarlo. Mi esposa y mis hijos pueden más que esto que siento. Pero, si tú me dieras la oportunidad de enamorarte Mónica, pero de forma clandestina porque ya no soporto tanto tiempo sin estar sin ti.
-¿Clandestino? ¿Está bien señor Camilo? Es una estupidez, no puedo creer que estemos hablando de esto usted y yo. Ahora por favor dígame ¿Cuál es el pendiente que necesitaba tratar?
-¿Así vamos a dejar este tema? - preguntó acercándose a ella de nuevo.
-Este tema nunca se debió hablar.
En ese momento Camilo estaba decidido a darle un beso a Mónica pero Rafael tocó a la puerta.
-Traje sushi para los tres ¿Está bien? - preguntó Rafael con su sonrisa encantadora.
-Perfecto- dijo Mónica- pero vamos a tu oficina a comer o al comedor de la empresa. Tu papá y yo ya vimos los pendientes urgentes que quedaron.
-Pero Mónica ¿Cómo vamos a dejar a Camilo solo? Camilo ven con nosotros al comedor.
-No hijo. Vayan ustedes, aquí me quedo yo.
-¿Seguro Camilo? - preguntó Rafael y Mónica sólo los veía.
-Sí Rafa seguro. Tengo que hacer unas llamadas por acá.
-Bueno, pero si gustas ir, ya sabes dónde estamos.
Él sólo asintió. Mónica salió primero porque no soportaba la tensión que había en esa habitación.
-Hijo, cuando terminen de comer ¿puedes venir? Necesito tratar unas cosas contigo.
-Sí pá.
-¿Me dijiste papá?
-Eso creo papá.
Camilo se acercó y lo abrazó.
-Anda váyanse a comer.
Camilo quería mucho a su hijo pero lo que estaba sintiendo al verlo con Mónica no lo dejaba pensar claro. Y la actitud de Mónica nunca la esperó. Estuvo a punto de besarla porque el verla enojada le hacía desearla más todavía.
-Mónica ¿qué pasó, por qué estás tan seria? -preguntó Rafael.
-Por nada Rafa, es que de pronto me llega así como un poco de cansancio.
-Regálame una sonrisa Mónica. Tú eres un ser lleno de luz y quiero ver tu sonrisa ¿Sí?
Mónica sonrió de una forma tan dulce que Rafael no pudo contener las ganas de besarla y se acercó y le robó un beso. Mismo que ella le correspondió.
-Decidí venir a comer con ustedes- interrumpió el beso Camilo...
ESTÁS LEYENDO
Peligroso amor
FanfictionLa historia de un triángulo amoroso, en el cual Rafael y su padre Camilo Sarmiento se disputan el amor de Mónica Rojas, sin saber que todo ocasionará un... peligroso amor.