Capítulo 41

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-¿Por qué no quieres que te bese? - preguntó Camilo. 

-¿Por qué? ¿De verdad lo preguntas? Ten tantita madre Camilo, tu hijo, quien era mi esposo tiene una semana que murió y tú ya estás pensando en una vida a mi lado. YO AMO A RAFAEL. Yo a ti te tengo mucho cariño y mucho afecto- Mónica se tragó sus verdaderos sentimientos. Comenzó a llorar- pero yo no puedo hacerle esto a Rafael, yo no puedo estar con alguien más, Rafael se murió por mi culpa Camilo, por mi culpa.

-Moni, no digas eso, Rafael no murió ni por tu culpa ni por la de nadie más. Murió porque era tiempo de irse. No quiero que te sientas culpable de algo que no es así y por favor perdón por haber actuado así, pero, no pude contenerme Moni, todo lo de nosotros fue tan inconcluso que cada vez me doy cuenta de lo estúpido que fui y de lo mucho que te amo.

-No lo vuelvas a repetir Camilo. Por favor. Mira- se tranquilizó- tú vienes aquí a mi casa por nuestro hijo, no por mí , si yo te dejo que vengas y que estés aquí cuantas horas quieras es porque mi hijo, nuestro hijo te necesita, no porque yo sienta la necesidad de verte o de estar contigo...

Camilo asintió con el rostro lleno de dolor.

-Camilo, yo no quería lastimarte, pero, así son las cosas, tú sabes lo que ha pasado, me conoces y sabes la manera en la que pienso, cómo soy y cómo me comporto. Por favor Camilo, no sigas con esta insistencia de querer intentar algo porque simplemente NO SE PUEDE...

-Claro que se puede, porque tú nunca dejaste de amarme.

-Ay Camilo por favor- dijo en un tono soberbio.

-Niégalo y te juro que no te vuelvo a molestar.

-No te amo más- le dijo con la cabeza viendo hacia el suelo.

-Pero mírame a los ojos. Sólo así podré saber que es real que todo lo que algún día sentiste ya no existe más.  Sólo así me alejaré , sino yo seguiré luchando Mónica. Tú y yo nos amábamos desde antes que Rafael apareciera en nuestras vidas. Tú te casaste con él por despecho y no dudo que hayas aprendido a amarlo, porque él era muy bueno, pero también sé que nunca lo llegaste a amar como me amaste a mí- se paró cerca de ella- anda mírame a los ojos y dime que no me amas más y sólo te busco por Daniel.

Mónica levantó la cabeza dispuesta a confirmarle que ya no lo amaba más, pero no pudo decírselo porque todo lo que Camilo había dicho era cierto. Mónica seguía amando a Camilo con todas sus fuerzas, pero sentía una gran culpa por la muerte de Rafael.

-Yo sabía que no lo dirías Mónica y eso es porque me amas. Quiero que te quede bien claro que te conquistaré cada día que me reste de vida como debí hacerlo desde un principio.

-Camilo por favor, olvídate de lo que hubo entre nosotros, tú y yo no estamos destinados a estar juntos, lo nuestro no debe existir.

-No Mónica, claro que estamos destinados a estar juntos, por alguna razón siempre nos encontramos. ¿Recuerdas cuando nos encontramos en los helados? ¿Recuerdas cuando nos encontramos en aquel lugar de desayunos en Miami? - Mónica pensó- ahí está Mónica. Tú y yo tenemos que estar juntos. Déjame enamorarte una vez más.

-Ay Camilo - se sentó y negó- Rafael acaba de morir ¿cómo es que no puedes sentirte culpable al decirme todo esto cuando tiene tan sólo una semama de que lo enterramos? Explícame ¿cómo lo haces?

-No tengo porqué sentirme culpable Mónica- se sentó- yo te amaba desde antes que él llegara a tu vida, a nuestras vidas y yo sé que él no quiere verte sola y que él sabía lo que existía entre nosotros y él me lo dijo antes de morir.

-Yo no puedo Camilo, no así de fácil.

-Por hoy no insistiré más , pero de que te conquisto, te conquisto. Ya me voy, dale besitos a Daniel y mañana nos vemos para ir a la cena con Arturo.

Mónica sólo asintió. Se quedó sentada en el sofá confundida con sus sentimientos y pensamientos. Una parte de ella le decía que Camilo era sincero y que lo amaba, pero otra parte de ella le impedía entregarse a alguien más, las culpas estaban presentes. No es que no amara a Camilo, era esa sensación de culpa, como si ella hubiese matada a Rafael lo que hacía negarse ante cualquier propuesta de Camilo o de algún otro hombre.
Se sentía pésimo de haberse enamorado de padre e hijo.

-Amiga ¿qué te pasa? ¿por qué la cara de zombie? - Mónica seguía ensimismada en sus pensamientos hasta que Ximena le dio un apretón de hombros y reaccionó. 

-¿Qué, qué pasó ? - reaccionó

-¿Por qué traes esa carita? - preguntó. 

-Ay Ximena... Camilo otra vez. Camilo me confunde.

-¿Te confunde?

-Sí, me confunde porque yo, yo lo sigo queriendo , pero también quiero a Rafael y querer a Camilo me hace sentir culpable.

-¿Culpable?

-Es que, mientras yo estoy aquí pensando en si voy a ceder o no a sus propuestas, el cuerpo de Rafael ni siquiera ha de estar frío aún ¿entiendes lo que es eso? Yo siento incluso como si yo lo hubiera matado. Me siento mal Ximena, me siento la peor persona del mundo por querer a los dos de esta manera.

-¿Querer?- preguntó.

-A Rafael lo quiero y lo adoré todo el tiempo. Sí, me enamoré , lo amo, pero no de la misma manera en la que quiero a Camilo. Con él simplemente me pasan cosas distintas a las que me pasaban con Rafael.

-¿Qué cosas distintas?

-No sé bien, pero mi corazón reacciona de una manera que nunca reaccionó con Rafael y su cercanía me pone muy nerviosa. Me gusta que le den celos cosas insignificantes y con Rafael me molestaba que le dieran celos. Cuando Camilo y yo nos besamos, siento que hay un zoológico en mi estómago y que floto. Con Rafael sólo era pasional...

-Amiga, tienes que pensar bien lo que harás, hasta yo me confundí nada más de oírte, pero igual todo está claro y no quieres irte por ese camino. Te dejo de tarea que lo pienses... ya me voy a dormir porque ya es tarde. Te quiero- le dio un beso.

Mónica se quedó pensando en lo que le dijo Ximena pero en ese momento si teléfono celular sonando la sacó de sus pensamientos.

-¿Hola? - respondió.

-Hola Mónica soy Arturo...

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora