Peligroso amor

Capítulo 8

-Mónica, ¿ése es Rafael? - preguntó al borde del colapso.

-Sí señor- respondió ella nerviosa. 

Camilo colgó la llamada furioso.

-Moni ¿Quién era?

-Tu papá, no sé si sepas que él me llama todos los días a las siete en punto para recordarle los pendientes o citas que tiend en el día- Rafael negó- así es, tu padre me llama en cuanto amanece todos los días... oye ya hay que levantarnos  mira nomás la hora que es y llegaremos tarde am trabajo.

Mónica se sentó al borde de la cama, y traía la ropa interior puesta y Rafael la tomó de la cintura y la recostó de nuevo sobre la cama, subiéndose sobre ella.

-¿Y si llegamos un poquito tarde? - le dijo mientras le agarraba la pierna.

-No, ¿cómo crees? Tu papá nos mata y no me quiero quedar sin novio - dijo ella sobándole la espalda. 

-Mmm - soltó Rafael.

Mónica se iba a levantar y Rafael no la dejó, gracias a su fuerza evitó que Mónica se levantara de la cama y cuando ella iba a hablar, él no la dejo pues de inmediato posó sus labios sobre los de ella para unirlos en un apasionado beso que de inmediato provocaría en ellos el ardor del deseo. Y así fue, Rafael tocaba con euforia los senos de Mónica, mientras que Mónica gemía dentro de la boca de Rafael pues aún seguían el beso y también  arañaba la espalda desnuda de Rafael. De un sólo  movimiento Rafael volvió a embestir a Mónica. Con cada embestida ella se tapaba la boca pues era tanto el placer que no podía controlar la intensidad se sus gemidos.
Rafael estaba encantado con Mónica, sin dudarlo sabía que estaba teniendo a la mejor mujer que jamás había tenido en la cama. Ambos se sentían muy bien estando juntos, se complementaban muy bien.

Ambos se ducharon juntos. Al salir Mónica comenzó a seleccionar lo que se pondría y Rafael se cambiaba para irse a su departamento para cambiarse de ropa.

-¿Y si te vas sin nada?- le dice Rafael detrás de la oreja a Mónica- luces perfecta sin prendas que cubran tu hermoso cuerpo y tu perfecta piel.

-Rafaeeeel - se volteó Monica y puso los brazos estirados sobre los hombros desnudos de Rafael- ¿Cómo crees? Eso ocasionaría un caos... además yo soy muy pudorosa y me da pena.

-Ajá- dijo él abrazándola de la cintura-lo noté anoche, noté que eres muy penosa...

-Ay Rafa- le dio ub pequeño golpe en el hombro.

-Bien mi amor, ya me voy porque tengo que pasar al depa a cambiarme y si me quedo aquí nunca llegaremos porque aún tengo más- le dio un beso en el cuello.

-No, no,ya vete.

Rafael asintió y le dio un tierno beso en los labios de despedida. Ella suspiró, se sentía como hace mucho tiempo no lo hacía o quizá como nunca. Estaba confundida. Ahora todo es tornaba diferente, lo que le pasaba con Rafael era extraño para ella, peronle gustaba y no podía evitarlo.

-NO PUEDE SER- entró Ximena gritando a la habitación de Mónica interrumpiéndole el pensamiento.

-Ay idiota me asustas... ¿Qué pasó?

-¿Cómo que qué pasó Mónica Alberta? El guapote del hijode tu jefe salió de tu cuarto, con el cabello mojado y nomás no olía a jabón chiquito porque no se fueron a un hotel- dijo y Mónica soltó una carcajada que podría oírla hasta un sordo- mujer, tuvieron una noche loca... ¡Qué emoción!

-Ay Ximena Rafaela. Como diría Juan Gabriel:"Lo que se ve no se pregunta". Sí tuvimos una noche muuuuy loca- blanqueo los ojos.

-MÓNICA, cuéntamelo todo.