Capítulo 31

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-Ay amiga, no, Danielito ya tiene a su papá Rafael y nadie más y respecto a los celos ... te tengo una pregunta ¿Lo sigues amando?

-Mami, mami, ya vienen nuestros helados. 

-Sí mi amor mira- respondió con evidente emoción- ¡Qué rico!

-Mi amor- llegó Rafael- mi papá nos invitó a comer esta noche en su nuevo departamento... -la miró a los ojos- sé que no quedamos muy bien con él y menos tú, pero, ahora todo es diferente ¿no? - Mónica asintió- tú y yo estamos juntos ahora y nos amamos.

-Está bien amor.

Rafael temía por lo que pudiese pasar, pero esto era una prueba para comprobar si Mónica en realidad había olvidado a Camilo o si seguía estando en su corazón y aunque Rafael nunca estuvo de acuerdo en la forma en la que se dieron las cosas, quería pasar tiempo con su padre. Mónica por su lado aceptó para no dejar en duda el amor que le tiene a Rafael, aunque no se hallaba convencida del todo de asistir a la cena.

-Ximena- dijo Mónica en un tono dulce - ¿Nos cuidarías hoy a Danielito?

-Amiga yo voy a salir con Horacio...

-Ándale amiguita ¿no que quieres mucho a Daniel?

- Sí-respondió.

-Entonces cuídalo... sólo  hoy- expresó toda la ternura posible en sus ojos.

-¿Cómo decir que no a esa forma de pedir las cosas?- la abrazó- sí, yo lo cuido y cancelo mi cita con Horacio.

-Gracias amiga hermosaaaa. - la abrazó.

(...)

-Almu- dijo Camilo llegando al departamento.

-¿Qué pasó Bizcochito?- respondió.

-Me encontré hoy a nuestro hijo, su esposa y nuestro nieto -dijo Camilo no tan feliz.

-¿De verdad?- respondió ella y él asintió- ¿Y?

-Los invité a cenar esta noche.

-¿Qué? Me hubieras avisado bizcochito, para estar lista y encargar algo.

-Aún hay tiempo. Es temprano Almu.

-Bien. -dijo poco convencida.

Almudena sabía que corría peligro, sabe lo que Mónica significa para Camilo y para ella es una amenaza y más si sus planes están yendo a la perfección. Tiene que ser lo más sumisa posible para seguir echándose a la bolsa a Camilo.

-Veré qué puedo ordenar para la cena amor- dijo ella.

-Sí, yo iré al despacho un momento.

Camilo subió al despacho, se encerró con seguro, tomó una copa y le sirvió un poco de vodka. En su cabeza únicamente estaba la imagen del rostro feliz de Mónica junto a su familia.  Le dio un sorbo a su trago y maldijo por no ser él quien conforme la familia de Mónica. Le dolía ver la manera en la cual ella lo había olvidado. De principio sintió esa carga eléctrica que siempre le provocó, pero entre más la observaba eso se iba apagando. Mónica lo había dejado de querer de la forma en la que él la seguía queriendo.

Se sentó, tomó una pluma y una hoja y comenzó a escribir.

(...)

Mónica no dejó de pensar en Camilo desde que lo miró, pero, lo pensaba de una manera distinta, le sorprendió que justo cuando Diana eliminó el cáncer de su cuerpo, él de inmediato comenzó una relación junto a Almudena.
Pensó en las estadísticas que alguna vez revisó antes de entregarle a su jefe Camilo.
Le dio gusto verlo de nuevo, pero no sabía de qué forma explicar lo que emocionalmente le había sucedido al verlo, era confuso para ella, más aún cuando vio a Daniel y a Camilo juntos. La culpabilidad la sentía en su espalda igual de pesada que un costal lleno de rocas. No podía permitirse hacerle daño a Daniel siendo tan pequeño y mucho menos a Rafael, que ha sido un padre ejemplar para Daniel.

-Amor ¿en qué piensas?- preguntó Rafael abrazándola por detrás mientras ella estaba sentada frente al tocador.

-Nada importante- sonrió.

-Vamos, a mí no me engañas. - se separó y se puso frente a ella - ¿Es por mi papá verdad? -Mónica suspiró.

-Un poco sí... -Rafael se separó- no, no pero no de esa forma en la que estás pensando mi amor-aclaró.

-¿Entonces? - preguntó confuso- ¿Es por Daniel?

- Sí- bajó la cabeza y se cruzó de hombros- es idéntico a ti y a él...

-Mira, sabes que siempre te apoyaré en todo. Y me imagino cómo te estás sintiendo. Si le quieres decir a mi papá la verdad adelante.

-No mi amor, tú eres el padre de Daniel. Además él es muy pequeño para entender todo esto y no quiero hacerle daño a él, mucho menos a ti. - se levantó y lo tomó de las manos- tú eres mi vida ahora Rafael, eres tú a quien amo ahora y no quiero que tengas duda de ello.

-Te amo Mónica Rojas- la besó. 

(...)

Daban las 8:00 en el reloj y Camilo estaba nervioso, estaba caminando de un lado a otro esperando a que Rafael y Mónica llegaran.

-Calma bizcochito. Vas a acabarte el suelo de ir y venir- sonrió.

-Estoy nervioso igual o más que cuando descubrí que Rafael era mi hijo Almu...

-¿Por qué estás nervioso ahora?

-Porque Rafa y yo no quedamos muy bien la última vez. Y eso me hace sentir nervioso- mintió.

-¿No es por Mónica? - preguntó.

-Nooo- Camilo abrió los ojos de manera enorme- ¿Cómo crees?

-No lo sé, soy mujer, recuerda que nosotras tenemos mucha intuición y más yo, lo sabes desde que nos conocemos.

-No, es por Rafael.  Por cierto, ¿te dije que vi a nuestro nieto? 

-Ah sí- dijo cortante.

-¿No quieres conocerlo? - se extrañó.

-Sí, pero que no diga que soy su abuela, estoy muy joven aún...

El timbre interrumpió a Almudena. Camilo se levantó rápido y ella giró los ojos disgustada. Sabía que el nerviosismo de Camilo era por Mónica.

-Holaaa- dijo con entusiasmo Camilo al verlos llegar.

-Hola papá- dijo Rafael mientras estaba tomado de la mano de Mónica.

-Mamá- dijo Rafael con una sonrisa y se soltó de Mónica para saludar a Almudena.

-Hola Mónica.

Ella no dijo nada y sólo sonrió, el la abrazó y aprovechó el momento para meter un sobre al su bolso.
Mónica sintió un estremecimiento extraño. Se separó de inmediato.

-Mónica mi amor- la tomó de la mano de nuevo- ella es mi mamá Almudena.

-Mucho gusto- dijo Mónica sonriendo.

-Hola querida- dijo con hipocresía.



Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora