Capítulo 22

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-Bien- dijo él- yo me encargaré de que olvides, te voy a enamorar Mónica, te voy a hacer la mujer más feliz del mundo, tú y mi hijo serán los más felices del mundo.

Mónica al escuchar que Rafael dijo "mi hijo" se le ablandó el corazón y ahora más que nunca estaba decidida a entregar todo por Rafael. Ella le tomó la mano y se la colocó en el abdomen.

-Nuestro hijo y yo te recibiremos siempre con todo el amor posible.

3 Meses después

Ciudad de México.

Camilo estaba en su oficina, lleno de trabajo. Miró su celular y se le ocurrió hacer un facebook falso para hacerse amigo de Mónica y de Rafael, ya que ninguno lo había aceptado e incluso lo habían bloqueado. Después de una serie de pasos lo logró. Camilo no había olvidado a Mónica a pesar del tiempo alejados.
Ingresó y buscó a Mónica, su perfil estaba muy privado, aún así se aventuró a enviarle solicitud de amistad. Después buscó a Rafael quien no tenía tanta privacidad como el de Mónica, al revisar el perfil se quedó atónito, pues miró una fotografía donde aparecía junto a Mónica y en ella se veía que Mónica tenía barriga, después Camilo leyó el pie de página de la misma que decía: "estamos muy felices de anunciarles que estamos esperando un hermoso niño". Camilo sintió un pinchazo de decepción y dolor profundo en el corazón y sin darse cuenta, comenzó a llorar. Camilo tomó sus cosas y salió de oficina lo más rápido posible. Le dolió ver que Mónica se había embarazado de su propio hijo, le dolió verla feliz con alguien que no es él y entonces se lamentó no hacer las cosas bien.

-Dame un whisky doble- le dijo al hombre que estaba tras la barra.

-A la orden señor.

Camilo tomó su móvil y una vez más observó las fotos de Rafael. Él le tomaba fotografías comiendo, sonriendo, em la playa. Le llenó de ternura y dolor ver una imagen de Mónica eligiendo ropa para su bebé, se imaginó lo que sería tener un hijo con Mónica. Golpeó la barra con fuerza.

-Aquí está su whisky doble señor Camilo.

-Gracias- dijo desanimado.

Miami

-Amor- gritó Mónica- me muero por un cóctel de elote preparado.

-Mónica... ¿Dónde conseguiré eso?- preguntó extrañado.

-Vamos al súper a comprar las cosas... pero algún súper mexicano por favor-le sonrió con un deje de estar implorando.

-¿Cómo negarme a ese hermoso rostro y esos hermosos ojos? Eres una manipuladora- le dio un beso en los labios.

Se subieron al coche y se dirigieron a al súper. Mónica posó su mano sobre su barbilla y comenzó a ver hacia fuera por la ventana, mientras que Rafael manejaba y cantaba. Mónica estaba mejor, mucho mejor, Camilo comenzaba a pasar a segundo plano definitivamente, a veces lo pensaba, pero ya no igual. Ahora su vida era su hijo y Rafael, quien ahora es su esposo y quien la ha hecho muy feliz en los últimos meses.
Recordó su pequeña boda junto a Rafael. Únicamente ellos dos, Ximena y Armando. Sonrió.

-¿Por qué tan sonriente?- preguntó Rafael. 

-Me acordé de nuestra boda- lo volteó a ver.

-Yo jamás pensé que me casaría, luego llegaste tú y todo cambió para mí. - la tomó de la mano y le plantó un beso en el torso de ella.

-Me haces muy feliz ¿sabías?

Él asintió y ella sonrió. Estar lejos de Camilo le ha funcionado, sin embargo no deja de asustarle el volver a verlo alguna vez más y que todo lo que ha construido se derrumbe de nuevo ante él. Mónica se había convertido en una mujer fuerte y segura. Se sentía afortunada de tenerlo a su lado.

-Llegamos - dijo él. 

Se bajaron del auto y entraron al supermercado.

-Agarra un carrito- le dijo a Rafael.

Mónica fue en busca de elotes y encontró.

-Mira, llevamos estos- los echó al carrito- ahora vamos por mayonesa, chile, queso, mantequilla, limones y más chile...

-¿Más chile?- preguntó Rafael asombrado.

Mónica cerró los ojos y asintió divertida. Rafael la tomó de la mano y se dirigieron a buscar lo que ella le dijo.

Ciudad de México

-Sdame otra - dijo Camilo con dificultad.

-Señor ya no puedo darle más whisky. Llamaré a un taxi para que venga por usted.

-Haz lo que quieras- dijo Camilo al cantinero.

(...)

-Camilo ¿qué te pasó?- dijo Diana al verlo llegar.

-Nnsda- se acercó a ella- no tengo nada.

-Hueles horrible ¿estuviste tomando verdad?

-Un poquito- se rió- un poquito- se corrigió. ¿Sabes de qué me enteré?- le dijo acercándose más.

-¿Qué?- preguntó con desagrado tras oler a Camilo.

-Que Mónica está embarazada- hizo gesto de tristeza- está embarazada de mi hijo- se rió irónicamente- voy a tener mi primer nieto.

Después de haberlo dicho, Diana sonrió para sus adentros, pero eso se borró cuando vio que Camilo se tiró al suelo llorando de una manera en la que jamás lo había visto.

-¿Puedes creerlo?- se limpió las lágrimas- está embarazada- se sentó- embarazada Diana. La mujer que amo está esperando un hijo de otro que no soy yo.

Diana al escuchar que Camilo sufría por Mónica y que la amaba, su furia creció.

-¿La amas?- le preguntó intentando controlarse y él asintió.- pero ella a ti no te ama... se casó con tu hijo Camilo, está embarazada de él. Ella se acercó a ti para ver qué te sacaba- se rió y Camilo negaba- sólo quería tu dinero, cuando vio que no pudo sacarte nada se alejó y entonces atrapó a tu hijo con un embarazo, típico de las trepadoras.

-Eso no es cierto- aspiró- ella me ama.

-No Camilo, entiéndelo, ella no te ama, ni te amó nunca. Sólo quiso sacarte dinero...

Camilo se quedó pensando y negó un par de veces más lo que Diana le dijo, se recostó hasta quedarse dormido. Mientras Diana sonreía gustosa, todo iba tan a su favor. Todos creían que su cáncer seguía, diario se maquillaba ojeras y usaba un pañuelo para tapar su cabello, se había puesto a dieta para que pensaran que el tratamiento estaba afectándole a tal grado. Y ahora con Mónica casada, embarazada y viviendo lejos de México, era imposible que Camilo corriera a sus brazos. Por ello decidió acabar con la farsa y ahora dar la noticia de que su cáncer se ha erradicado.

-Juan, necesito que ya me saques de esto. Todo está perfectamente calculado.

-¿De qué hablas? - preguntó al contestar al teléfono.

-Ya no necesito mentir más sobre esto. Camilo está conmigo y ahora más que nunca es imposible que se aleje de mi lado. Me urge decirles que el cáncer se fue.

-¿Les dirás que nunca tuviste cáncer?

-Claro que no...- le regañó- ellos nunca sabrán que no tuve cáncer.

-¿¡QUÉ!?- Preguntó Bárbara alzando la voz exaltada.

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora