Capítulo 12

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Camilo se quitó todo dejando en libertad su erección, y desnudó a Mónica lentamente disfrutando las maravillas de su cuerpo desnudo. Introdujo su miembro en Mónica y la embistió de la forma más lenta y cuidadosa que pudo. Mónica soltaba pequeños gemidos y Camilo sólo la veía a los ojos.

-Ca... mmm-gimió- no me mires- soltó Mónica con dificultad.

-Te amo... - le dijo Camilo viéndola a los ojos.

Mónica aceptó la mirada y pegó su frente a la de Camilo para unir sus labios en un beso tierno y duradero, mientras él seguía su ritmo.

Después de un tiempo ambos llegaron al orgasmo de una manera sincronizada. Se sorprendieron de haberlo tenido juntos.

-Esto es increíble- dijo Mónica recostada sobre el pecho de Camilo.

-Es maravilloso- entrelazó su mano a la de ella- nunca imaginé que sería de esta forma. Simplemente fue maravilloso- la miró y ella le vio a los ojos con una luz brillante- te soñé tantas noches, te dediqué tantos sueños y no fueron nada parecido a lo que acabo de sentir hoy. 

-¿Ah no?- preguntó Mónica. 

-Nada comparado. Moni, yo sé que para nada es bueno esto de estar comparando una cosa u otra, yo únicamente he tenido dos parejas sexuales y contigo ahora son tres, pero quiero que tengas la certeza de que sólo contigo sentí lo que es hacer el amor, en su momento pensé que lo que hacía con Almudena y con Diana era hacer el amor, pero no, sólo fue placer. 

-Camilo, no necesito que me digas tu experiencia sexual con Diana o con Almu- dijo de forma sarcástica y se levantó para sentarse al borde de la cama. 

-Moni, Moni, no lo quise decir en mal plan, era sólo para decirte lo increíble que fue estar contigo- se sentó detrás de Mónica y la abrazó, ella rechazó un poco. 

-Sí Camilo, pero no fue el momento apropiado, es como si yo te comparo con tu hijo o con las ex parejas que he tenido. 

Camilo hizo una expresión de descontento y en un rápido movimiento quedó encima de Mónica. 

-¿Ex parejas? ¿Cuántas has tenido? 

-Muchas- Mónica se rió- tantas que mira- puso las manos frente al rostro de Camilo e hizo la acción como si estuviese contando- no me alcanzan los dedos para terminar de contar a mis ex. 

-Hmmm- soltó Camilo- pero sí recuerdo algunos. Estaba Javier ¿no? un meserito de tu restaurante favorito... con el que saliste como tres meses, que pasaba por ti cada noche. 

-Dios de mi corazón ¿Cómo sabes? Él fue de los primeros con los que salí cuando recién entré a trabajar a MediaLink. Dios mío ¡Camilo! me espiabas. 

-Sólo un poco. No sabes cómo me hervía la sangre al verte con esos niños, que sólo te querían para una cosa... 

-¿Para qué?- preguntó mientras le acariciaba tiernamente el cabello a Camilo. 

-Para llevarte a la cama. 

-Estem- carraspeó- ¿Dónde me tienes en este momento? 

-En la cama - y ella abrió los ojos a manera de evidenciarlo- pero con la diferencia de que yo te amo como a nadie en este mundo- Mónica sonrió y le dio un beso. 

El beso subió de intensidad y una cosa llevó a otra. Camilo se pasó al cuello de Mónica y con húmedos besos hizo un camino en todos y cada uno de los lunares de Mónica hasta llegar a su abdomen. 

-Si sigues besándome los lunares nunca terminarías. 

-Es lo que quiero, nunca terminar de besar tu cuerpo. 

Mónica lo tomó con ambas manos de la cabeza y lo llevó a la altura de su rostro para adentrarse en un beso muy pasional. Camilo volteó a Mónica, le abrió las piernas dejando expuesta su femineidad para disfrutarla al máximo, pasó el dedo índice por ella, haciendo estremecer cada parte del cuerpo de Mónica. Camilo sin previo aviso introdujo una vez más su miembro erecto en Mónica embistiéndola de la manera más lenta y cuidadosa posible, mientras ella gemía y tomaba la sábana de la cama estrujándola con las manos y sus pechos rozando de manera leve la cama, haciéndola intensificar cada vez más el placer, los estímulos eran demasiados, sentir las manos de Camilo en sus caderas dirigiendo el ritmo que tomaba cada embestida era un estímulo por el que daría la vida. Camilo en ocasiones quitaba las manos de las caderas de Mónica para trazar una línea imaginaria en la espalda de Mónica con el dedo índice, mientras que con la otra le tomaba del trasero disfrutando cada centímetro de su piel. Una vez más, ambos lograron explotar al llegar al clímax y una vez saciar esa necesidad de estar juntos. Se dejaron caer en la cama y se abrazaron y sin pensarlo se quedaron dormidos. 

A LA MAÑANA SIGUIENTE

-Room service- dijeron al otro lado de la puerta. 

Mónica se despertó exaltada y tomó su móvil para ver la hora dándose cuenta que pasaba de las ocho de la mañana. 

-Camilo, Camilo- movió rápido a Camilo. 

-¿Qué pasa Mónica? Duerme- la tomó de la cintura y la recostó a su lado. 

-¡Ay Camilo mbre!- dijo ella y se levantó- ya son las 8:30 de la mañana, ya nos tenemos que ir, tenemos que ir a trabajar. 

-Yo como dueño y jefe de MediaLink le doy el día libre a usted Mónica Rojas Araiza y a mí Camilo Sarmiento- de nuevo la tomó de la cintura y la recostó a su lado. 

-Camilo no ¿cómo crees? - se levantó una vez más. 

-Bueno, te tendré que amarrar para que ya no te levantes- la recostó, la abrazó y se pegó tanto a ella que esta vez sería imposible que se levantara. 

-Camilo, tus hijos, Diana... - lo volteó a ver y él estaba muy despreocupado- Camilo de mí Rafael, Nora y ay no quiero ni imaginar los chismes que habrá si no vamos. 

-Que hablen, no me importa. 

-Camilo o me sueltas o ... 

-¿O qué? ¿Qué me vas a hacer?- preguntó él desafiante. 

-Te... te... no nos vemos durante días. 

-Sé dónde vives.- la volteó a ver y ella se estaba enfureciendo- Está bien, ya vamos para irnos a trabajar. 

Mónica se levantó en cuanto Camilo la soltó y sin nada de ropa se puso a buscar su atuendo de la noche anterior, mientras que Camilo la veía atentamente. 

-Te ves hermosa- le dijo. 

-Camilo voltéate, me da pena. 

- Que me traigan un lienzo para pintar esa hermosa obra de arte. 

Mónica lo volteó a ver y sonrió una vez que encontró su vestido. 

-Esta obra de arte ya encontró su vestido. 

-Pero no esto- Camilo alzó la mano y le mostró las bragas y el sostén. 

-Dámelos Camilo. 

-No- le dijo él divertido. 

Mónica sabía que Camilo quería jugar y ella le siguió el jueguito y se comenzó a poner el vestido. 

-Bien, no me los das, tendré que bajar escaleras y a veces hay gente abajo y puede que vean cosas que no quisieras que vean o ¿sí?- Camilo se quedó pensando y sin dudarlo le entregó a Mónica su ropa interior, pero ella no la tomó- nos vemos en la oficina. 

-Mo... Moni, Moni, Moni. 

Mónica salió y Camilo se quedó patidifuso en la cama. 

(...) 

-Mónica, anoche fui a buscarte a tu casa - le dijo Rafael entrando a la oficina de Mónica- y no estabas, tardaste mucho en llegar. 

-Ah sí es que salí, perdón, no sabía que irías a casa, no me dijiste nada. 

-No iba a ir pero pasé por ahí y simplemente llegué ¿A dónde fuiste? tenía ganas de verte.

-Estuvo conmigo... - dijo Camilo.

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora