Capítulo 25

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-Un gusto- la saludó de mano y seguido de eso le dio dos besos.

-El gusto es mío- sonrió Mónica e Iñaki sonreía al verla sonreír.

Iñaki se quedó sorprendido al ver la belleza de aquella mujer castaña, con unos ojos brillantes y una sonrisa enloquecedora. Iñaki simplemente quedó maravillado ante Mónica, sin embargo negó rápidamente.

-¿Qué pasa papá?- preguntó Rafael al verlo tan confuso.

-Nada hijo, es que he quedao sorprendido con la belleza de tu esposa- Mónica se sonrojó- y también de ver lo enorme que está mi nieto- se acercó a Mónica- ¿Puedo tocar tu barriga?

-Claro que sí- sonrió.

-Hola Daniel, yo soy Iñaki, uno de tus abuelos, y te voy a querer mucho ¿ok?

-Ah- se quejó Mónica- pateó. Siempre que le hablan de cerca patea.

Iñaki dejó de tocarle la barriga. Mónica le intrigaba, deseaba tanto saber más de ella. Se extrañó de estar reaccionando así, pues nunca le había sucedido lo que estaba sintiendo.

-Bueno- respondió al móvil Rafael- sí, ajá, vale.

-¿Qué pasó mi amor?- preguntó Mónica cuando vio que colgó.

-Es del trabajo, necesitan que les ayude con algo que se les dificultó y voy a tener que irme a la oficina.

-No- hizo un puchero Mónica. 

-Hombre hijo, que suerte te traje.

-Voy a ir e intentaré regresar lo más rápido posible ¿Sí?

Mónica asintió y sonrió. Rafael se acercó a ella y la besó.

-No te preocupes hijo, aquí te cuido a tu esposa.

-Gracias pá.

Rafael se fue y entre Iñaki y Mónica se interpuso un silencio un tanto incómodo. 

-Iñaki, le diré cuál es su habitación-Mónica habló al fin.

-Háblame de tú...

-Bueno, ven acompáñame...

Mónica se dirigió a las escaleras y comenzó a subirlas, Iñaki la seguía, no dejaba de observar cada parte que ella le mostraba, ella de pronto volteaba hacia él esperando que fuera a su mismo ritmo.

-Aquí es- le mostró la habitación- tuya hasta que lo decidas...

-Gracias maja- me respondió Iñaki.

-De nada- sonrió- te dejo, saldré un momento.

-¿Queréis que te haga compañía?

-No gracias, descansa, tu vuelo ha sido largo y supongo estás cansado.

Mónica cerró la puerta de la habitación de Iñaki y se dirigió a la suya para ir por su bolso y su móvil.  Mónica salió al centro comercial a buscar ropa de embarazo, pues la que había obtenido hace un tiempo ya comenzaba a molestarle.
Iñaki se quedó acomodando sus cosas y se quedó pensando en Mónica. Salió de su habitación y fue a la de su hijo, observó cada detalle de la misma, cada rincón tenía la esencia de ella; se acercó al tocador y tomo uno de los perfumes que estaba ahí llamado floral by coach, lo olió y se impregnó en su nariz el dulce olor de la fragancia que seguro utilizaba Mónica pero que no llevaba ese día, de depositó en su lugar tal y como estaba desde antesde tomarla.
Se acercó a la cama y se sentó al borde de la misma, del lado en el que Mónica dormía, miró la foto que estaba en el portaretrato de Mónica junto a Ximena, la tomó y la miró a detalle. La puso en su lugar, se levantó y se acercó al ropero, pasó el dedo índice por la sección de ropa de Mónica, cerró los ojos y eligió una prenda, al abrirlos se encontró con un vestido que tenía la silueta marcada de Mónica, se imaginó cómo se vería con tal prenda. La puso en su lugar, cerró las puertas del ropero y se salió de la habitación de Rafael. 

MÉXICO

-Adrián, no me queda ni una sola duda de que realmente Mónica sí jugó conmigo. Me puse a analizar todo y Diana tiene razón.

-Camilo, no creo que sea así. Mónica trabajó contigo durante 20 años y nunca intentó acercarse a ti de otra forma que no fuera en la de empleado y jefe.

-No Adrián- se levantó de la silla- ella siempre era coqueta, siempre sonriendo a cualquiera, siempre utilizando ropa ajustada y vestidos cortos con escotes, todo era un maldito juego para atraparme- golpeó la pared.

-Hermano, no digas eso, Mónica no se vestía así para buscarte, Mónica si sonríe es porque ella es así atenta, linda con los demás. 

-Lo sé y su maldita sonrisa perfecta siempre me hizo soñarla. Pero, creo e insisto en que Diana tiene razón y Mónica es una trepadora - Adrián negó con la cabeza- sino me hubiera esperado hermano y no se hubiera embarazado de mi hijo, de mi propio hijo- se sentó. 

-Camilo eres más cerrado que un candado por Dios. Mónica no podía esperarte toda la vida, es una mujer que te esperó 20 años atrás y no hizo su vida por ti... - suspiró- no te esperaría otros 20 años y que se le acabara la vida en ello.

-Me voy a olvidar de ella Adrián, me voy a olvidar de ella...

Miami

Mónica ya se dirigía para su casa. Se quedó pensando un momento en Iñaki y atrajo un sentimiento extraño. No le había convencido del todo la personalidad de Iñaki, le causaba intriga e incluso desconfianza.
Llegó a la casa y se bajó del auto, al abrir notó un olor muy delicioso. 

-Mónica, has llegado maja... - se acercó y le dio doble beso.

-Hola... Aquí  sólo se acostumbra un beso- le dijo.

-¿Te molesta que te salude como en España?

-Es incómodo pues aquí no es muy común eso.

-Bueno.- bajó la vista- ¿Te ayudo con las bolsas?

-Gracias.

-Como me imaginé que ya casi llegarías y que Rafael también, aunque no ha llegado, me atreví a preparar la cena para vosotros.

-Hmm... gracias- sonrió y se encogió de hombros.

-Hola familia- llegó Rafael- ¿Qué huele?

Se acercó a Mónica y la abrazó por detrás, Iñaki al verlo se sintió un poco incómodo.  Se giró y se fue a la cocina.

-Les he preparado algo de ravioles para que merendemos.

-Uy, gracias pá- besó la mejilla de Mónica.- ¿Qué hiciste sin mí? - le preguntó a Mónica al oído. 

-Fui a buscar algo de ropa amor...

-¿De verdad? - la giró- a ver...

-Vamos a la habitación para enseñártela. -asintió emocionado.

- Ya volvemos papá. 

-Vale hijo.

En la habitación Mónica sacó de una de las bolsas la primer prenda y se puso por encima, como si de verdad la trajera puesta.

-Póntelo amor, quiero ver cómo luces con él. 

Mónica aceptó, de bajó el pantalón y se quitó la blusa y quedó en ropa interior, Rafael la tomó de la mano y la acostó sobre la cama.

-Te ves mejor así. 

-Ay mi amor- se tapó es rostro sonrojado.

Rafael se subió sobre ella ella con cuidado de no aplastar la barriga de Mónica, se le quedó viendo a los ojos y comenzó a besarla.

Iñaki se extrañó al ver que Mónica y Rafael no bajaban aún, por lo que decidió subir a buscarlos. Al pararse afuera de la habitación escuchaba besos y pequeños gemidos reprimidos...

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora