Capítulo 37

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-¿Recuerdas cuando fuiste a Miami y que nos encontramos en aquel restaurante?- preguntó y Camilo asintió- Mónica estaba embarazada, tenía ya tres meses.

-Ahora entiendo porqué lloró tanto. Nunca la había visto llorar tanto.- hizo un puño con las manos.

-Camilo por favor, no le vayas a reclamar nada...

-No Xime, no te preocupes . Estoy confundido por todo. Pero sé que en su momento me porté como un patán. Rafael me pidió que cuidara de Mónica y de Daniel. Yo sigo amando a Mónica y lucharé por ellos dos, aunque se me vaya la vida en ello.

-Camilo, mira, te voy a hablar de frente porque lo mereces y porque amo a mi amiga, es mi hermana. Mónica te amó y mucho y no dudo que aún quede sentimiento por ti- Camilo la escuchaba atentamente- pero no sé si puedas luchar contra el fantasma de Rafael. Mónica aprendió a amarlo y se enamoró profundamente de él. Eso lo sé porque nunca, desde que la conozco había sufrido así por un hombre, ni siquiera cuando se alejó de ti Camilo.

-Ximena, yo sé. Sé que con Rafael hizo una vida que quizá en su momento yo no le iba a dar, que no estaba en mis manos. Pero hoy más que nunca, estoy dispuesto a entregarle lo mejor de mí Ximena, yo la amo y quiero vivir con mi hijo, ahora que sé que es mi hijo.

-Ay Camilo, te deseo mucha suerte. Pero Mónica está sufriendo y lo está haciendo como jamás lo había hecho.

-No te preocupes Ximena, te juro, por lo que más quiero, que sacaré a Mónica de ésta.

Camilo se paró del sillón, se puso detrás de la puerta del cuarto de Mónica y tocó.

-Déjame sola Ximena- Gritó Mónica.

Camilo pasó y prendió la luz.

-Mónica...- se sentó al borde de la cama.

-¿Camilo? ¿Qué haces aquí?- se sentó.

-Vine a verte Mónica, a ti y a Daniel. 

-No te necesitamos Camilo. Déjame sola, quiero estar sola.

-Mónica, ya me contó Ximena que tienes dos días sin comer.

-No me da hambre, no quiero comer...

-Mónica ¿Te das cuenta? - Mónica lo miró con rabia- estás descuidando a Daniel, tiene tres años, él te necesita. Daniel necesita a su madre, él también perdió a Rafael, tienes que vivir tu duelo, pero de la manera correcta, sin afectar a terceras personas, y por desgracia, en esta ocasión Daniel va a ser el afectado.

-Camilo, no tengo ganas- se ablandó un poco- no tengo ganas de nada.

-Mónica date cuenta por favor. Esto no gira sólo en torno a ti. Daniel necesita verte fuerte, verte entera. Sino él va a sufrir las consecuencias y se puede enfermar.

-¿Y cómo lo hago? Dime ¿Cómo supero que perdí a mi esposo? - preguntó- ¿Cómo superar que perdí al hombre que amo?- preguntó y a Camilo se le partió el corazón.

-Así como has superado cada prueba que la vida te ha puesto. Tienes que ir al psicólogo, tienes que tomar antidepresivos Mónica. Entiende, hazlo por Daniel.

-No puedo Camilo, me faltan fuerzas.

Mónica se derrumbó y comenzó a llorar, Camilo se paró frente a ella y la abrazó, ella lloraba hundida en su cuello y él le sobaba el cabello mientras la abrazaba con fuerza.

-Mónica yo te voy ayudar amor, tú y yo vamos a salir juntos de ésta. Te juro por lo que más amo que te voy a ayudar a salir de ésta, te lo juro Mónica.

Mónica se separó y lo miró a los ojos. Camilo se perdió en su mirada, pero después de un momento negó y rompió el silencio. 

-Voy a buscarte ropa para que te metas a bañar y después iremos al parque a pasear ¿de acuerdo?

-¿y si solo me baño?

-No- dijo a secas- te bañarás y saldremos.

-Pero Camilo...

-Pero nada señora. No hay nada qué discutir.

Mónica refunfuñó y asintió de mala gana. Camilo se fue al baño y abrió las llaves de la regadera para regularle el agua para que esté lo más agradable posible para Mónica. Camilo salió de baño y se quedó observando como Mónica tenía las piernas pegadas al pecho y abrazadas. Le dolía ver a Mónica tan hundida en esa depresión.

-¡El agua está lista!- dijo con entusiasmo.

Camilo se acercó a la cama y le extendió la mano y ella se la tomó.

-Aquí es donde yo te dejo- le dijo mientras la adentraba al baño.

(...)

-¿Y a dónde iremos?- dijo Mónica saliendo de la habitación.

-¡MAMI!- dijo Daniel saltando de felicidad al ver a Mónica. 

-Mi amor.- lo abrazó cuando éste se dejó ir sobre Mónica.

-Que bonita te midas mami- Dijo Daniel mientras acariciaba su cabello.

-¡Gracias mi amor!- dijo Mónica sonriendo.

-Bueno, ¿Ya estás lista Moni?- preguntó Camilo y ella asintió- pues vámonos. 

-Diviértanse- salió Ximena de la cocina.

-¡Gracias Xime!- dijo Camilo.

Camilo tomó en sus brazos a Daniel y le cedió el paso a Mónica, quien parecía no tener nada de fuerzas. La tomó de la mano para apresurar el paso, pero ella se soltó de inmediato.

-¿Qué te pasa?- preguntó Mónica de forma desafiante.

-A ver Moni, no te confundas, te tomé de la mano para apurarnos un poco. Es evidente que estás débil porque tu paso es lento, además de que estás lastimada por el accidente. Pero necesito que te alimentes Mónica. Los voy a llevar a comer- le dijo.

Daniel sólo veía a Camilo mientras se encontraba confundido. Él no entendía absolutamente nada.

-Perdón Camilo. No estoy funcionando muy bien. Y si no vamos a comer está bien, no tengo hambre- se encogió de hombros.

-No, ya te dije que hoy nada está en discusión, ni hoy ni mañana. Estos días me haré cargo de ti Mónica y no me importa si no quieres.

Mónica asintió. Llegaron al auto y se subieron todos.
Camilo avanzó varios kilómetros y llegó a Carls Jr. Para comer.

-Buenas tardes ¿Qué van a querer?

-Buenas tardes- respondió Camilo- me da dos combos tres y un paquete para niño.- pidió amablemente.

-¿Para comer aquí o para llevar? - preguntó la chica amablemente.

-Aquí por favor...

(...)

Daniel estaba jugando mientras Camilo y Mónica esperaban su orden.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Camilo.

-Un poco mejor, creo que sí me ha hecho bien salir. Estar en casa sólo me hace pensar en él. 

-Mónica, mañana te pondré cita con el psicólogo, necesitas hablar con alguien sobre esto y que te ayude a vivir tu proceso de duelo de manera correcta.

-¿Cómo le haces? - preguntó Mónica. 

-¿Qué?- preguntó Camilo de vuelta.

-Estar tan lúcido ¿No te duele?

-Claro que me duele Mónica. Pero pienso de forma diferente y creo que entrar en un estado depresivo no le gustaría a Rafael. Además estar así no hará que él regrese. - Mónica derramó una lágrima y Camilo la limpió- Mónica yo, sé que no está bien lo que te diré ahora pero, voy a luchar por ti, voy a enamorarte de nuevo, pero todo en su momento y este no es el momento, pero lo haré, sólo quiero saber algo Mónica para saber si sigo luchando o me rindo- suspiró- ¿Aún me amas?

Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora