Capítulo 23

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-¿Les dirás que nunca tuviste cáncer?

-Claro que no...- le regañó- ellos nunca sabrán que no tuve cáncer.

-¿¡QUÉ!?- Preguntó Bárbara alzando la voz exaltada.- ¿Cómo que nunca tuviste cáncer mamá? ¿Cómo pudiste engañarnos así?

-No hija, déjame explicarte- comenzó a llorar.

-No hay nada que explicar mamá, mentiste en algo muy muy grave. 

-Hija, lo hice por amor.

-¿Por amor? ¿A quién?

-A tú papá y a ustedes... tu papá me iba a dejar para irse con Mónica.

-No mamá, eso no es amor, es egoísmo, pensaste sólo en ti, no te importó en absoluto lo que pudiéramos sufrir y mucho menos en mi papá, ¿Te das cuenta de lo que hiciste mamá? ¿Te das cuenta lo grave que es? - desaprobó con la cabeza.

Bárbara salió de la habitación pensando en qué haría, si le diría a su papá o si guardaría el secreto.
Bárbara se sentía dolida, decepcionada, su ejemplo a seguir no es más que una mujer egocéntrica que mintió de la peor manera. Se encerró en su habitación, se acostó en su cama y comenzó a llorar de forma desesparada por no hallar una respuesta a lo que seguiría.

Miami

-Luego le pones una cucharada de mayonera, chile, le exprimes unos limoncitos y listo amor- le dijo entregándole un vaso- come.

-Tengo miedo- dijo él.

-Te va a encantar- le dijo ella y comenzó a comer- Dios- cerró los ojos- mmm.

-Uy esas caras me hacen pensar en muchas cosas... - sonrió pícaro.

-¡Rafael!- le reprimió y se sonrojó de inmediato.

Rafael probó el cóctel y ya no lo soltó, le había agradado el sabor. De un momento dejó de probar y se le quedó viendo a Mónica, sonriendo como tonto, sintiéndose el hombre más afortunado por tenerla a su lado.

-¿Qué pasó? ¿No te gustó? -le preguntó asustada.

-Me encantó mi amor- se levantó y la abrazó por detrás- sólo que esgaba viéndote, te ves hermosa con tu barriguita y tu rostro es hermoso, hay una luz que me encanta en ti. Y además estaba pensando en lo afortunado que soy de tenerte a mi lado, de la mujer que eres- la volteó para quedar frente a frente- te amo- le dijo viéndolo a los ojos.

-Yo- Mónica suspiró- también te amo.

-¿Me dijiste te amo?- preguntó emocionado.

-Sí amor- sonrió, lo tomó del rostro con ambas manos- te amo- le repitió feliz.

Mónica se sorprendió de haberle correspondido el "te amo". Después de tanto tiempo se dio cuenta que era posible amar a alguien más. Rafael se lo había ganado a pulso , él lo da todo por ella. A pesar de no olvidar a Camilo y de seguirlo queriendo, sabía que el tenerlo presente aún, no le permitiría ser feliz, por ello se ha entregado en cuerpo y alma a Rafael, y en su ser está creciendo un sentimiento muy fuerte por él.

-Es que no me lo creo- le dijo él. 

-¿Qué?- preguntó ella.

-Que me hayas dicho que me amas. Empezamos nuestra relación en un momento no muy favorable para ti y no sabes lo feliz que me haces, te amo, te amo, te amo.

Rafael tocó con su frente la de ella y comenzó a besarla. De pronto Mónica se separó abruptamente de Rafael. 

-¿Qué pasa Mónica?- preguntó extrañado. 

-Se movió Rafael, Daniel se movió- se tocó el vientre.

-¿QUÉ?- emocionado.

-Sí, siente.

Mónica le tomó la mano a Rafael y se la acomodó en la barriga, Rafael sonreía de oreja a oreja cuando sintió que el bebé se movió ligeramente. Se agachó y pegó su cabeza al vientre de Mónica.

-Hola Daniel, soy tu papá- dijo como si él lo escuchara.

-Ay- se quejó Mónica- de nuevo se movió.  Háblale mi amor.

-Ahora estás viviendo en la pancita de tu mamá y déjame te digo que ella es la mujer más bonita del mundo. Y tú vas a ser el bebé más amado en el planeta Tierra. Nadie te amará tanto como lo haremos nosotros.- Mónica le acariciaba el cabello a Rafael.

-Se mueve cañón- le dijo- pero ay... - se fue a sentar- se siente raro-  le dijo.

-Se siente bonito- le siguió él. 

(...)

Rafael estaba dormido y Mónica no podía dormir. El bebé seguía moviéndose continuamente y a veces le resultaba un poco incómodo.  Tomó su móvil y se metió a Facebook, en las notificaciones amistad había un "1", revisó la notificación y la persona que la había añadido se llamana "Salma Rodríguez", ella no sabía quién era, nunca en su vida había escuchado ese nombre, no lo ubicaba, sin embargo aceptó la solicitud y le envió un mensaje. 

"Hola Salma ¿Te conozco?"

Dejó el móvil en el buró y al fin pudo conciliar el sueño.

México

Camilo despertó con un terrible dolor de cabeza y unas náuseas terribles.

-Dianaaa- gritó.

-¿Qué pasó Camilo?- preguntó exaltada.

-¿Me puedes un sal de uvas? Me siento terrible.

-Sí...

Diana bajó a la cocina y ahí estaba Bárbara quien le evitaba la mirada. No podía ver a la cara a su madre después de saber que durante seis meses los engañó con respecto al cáncer.
Camilo tomó su teléfono y miró la notificación de que Mónica lo había aceptado. Comenzó a ver las fotografías y en la mayoría salía junto a Rafael muy feliz. Camilo bloqueó el teléfono y lo aventó.

-Aquí está Camilo- se lo puso en la mesa de a lado- ¿Por qué has tirado tu celular?

- Por nada Diana- contestó molesto.

-A mí no me engañas Camilo. ¿Qué te molestó? ¿Viste algo más de Mónica?

-Tú ¿Cómo sabes?- le preguntó extrañado.

-Anoche me dijiste que Mónica está embarazada...- Camilo se asombró- y yo insisto en que es una trepadora.

-¿Por qué lo dices?- le interrogó.

-Ay muy fácil, porque contigo no logró nada y después se fue y se casó con Rafael y obviamente se embarazó para atraparlo.

-No, Mónica no es así- aseguró.

-Ay Camilo, claro que sí... sino no se hubiera ido y casado tan rápido.

Camilo se quedó pensando en esa opción pero la desechó de inmediato. Interrumpieron sus pensamientos cuando llamaron a la puerta.

-Pasen- dijeron ambos.

A Diana se le desfiguró el rostro al ver a Bárbara entrando a la habitación. Si ella contaba todo, todo se acabaría con Camilo y de no ser así tendría otra oportunidad a su lado.

-Mamá- dijo Bárbara en un tono de fingida sorpresa- papá, que bueno que están juntos.

-¿Qué pasa hija?- preguntó Camilo.

-Tengo algo que contarte papá...


Peligroso amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora