La mañana siguiente al robo del cuerpo, Erik le envió una caja al Daroga. No me dejó ver qué había dentro pero me aseguró que con eso se acabaría todo.
Horas más tarde, nos encontrábamos en mi estudio cuando Jacques entró a avisarme que un hombre quería verme. Yo, suponiendo que era un cliente, le pedí que le hiciera pasar. Erik estaba sentado frente a mí, examinando unos planos con el ceño fruncido.
- ¿Necesita algo más, señor Fontaine? - preguntó Jacques que había vuelto con el Daroga.
- No, gracias - respondí con una sonrisa - ¡Señor Nadir! - exclamé poniéndome de pie. Jacques abandonó la sala.
El persa lucía un rostro terriblemente pálido, como si hubiera visto a un fantasma. Miré de reojo a Erik, que sonreía con su máscara de hombre "normal".
- Tengo que hablar con usted... a solas - murmuró con seriedad.
Giré a ver a Erik y él cerró sus ojos de manera casi imperceptible.
- ¿Te importaría retirarte? - le pregunté como si se tratase de un empleado más. Erik se levantó y dejó el cuarto lentamente - ¿Quiere tomar algo?
Encendí un cigarrillo y me acerqué a la ventana.
- No. He venido a contarle sobre un hecho lamentable - suspiró y giré a verle. Se había quitado el sombrero y lo apretaba con sus manos. Estaba muy triste y no pude evitar sentirme un poco culpable porque había sido idea mía después de todo.
- ¿Qué ha pasado? - pregunté acercándome a él.
- Es Erik...
- ¿Qué hay con él?
- Él ha muerto.
- Imposible... - susurré y le di la espalda.
Se necesita mucha sangre fría para fingir en un momento así. Mentir con una cosa tan seria, jugar con los sentimientos de las personas...
- Recibí un paquete que prometió enviarme antes de morir. Apenas lo recibí, corrí hasta la casa del lago y... - se detuvo porque su voz temblaba demasiado. Una emoción muy profunda dominaba su alma.
- Siga, necesito saber qué sucedió - murmuré con pesar.
Me sentía muy cruel y malvada con ese hombre a punto de llorar en mi despacho, claro que no era el primer hombre que hacía sufrir.
"No empieces con eso otra vez..."
- Erik estaba tendido sin vida junto al lago.
- Pobre Erik...
Mis ojos se llenaron de lágrimas y bajé la cabeza. No era capaz de mirar a ese hombre a los ojos. Estaba tan avergonzada...
- Usted era muy cercano a él, ¿verdad? - preguntó con suavidad.
Seguro había notado el dolor en mi voz. Me sobrepuse a mis emociones, aspiré con fuerza y me giré a verle.
- Fue mucho más que mi mentor, mucho más que un profesor - expliqué con nostalgia. Mi voz temblaba - ¿Qué había en la caja?
- Había cosas que él consideraba como tesoros, cosas de la señorita Daeé en su mayoría.
"Por eso no te dejó revisar la caja, ingenua."
- Entiendo... Quizá debamos planear su funeral.
- No, no - se negó con seriedad y frunció el ceño - él le hizo prometer a Christine que volvería para enterrarle en la casa del lago.
- ¿Usted cree que la muchacha volverá? - pregunté dudando.
- No lo sé - se colocó su sombrero y suspiró - Si ella no cumple, le pediré que me ayude a enterrarlo... Somos las únicas personas que podemos llorarle - finalizó con una mueca amarga y dejó el despacho.
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Lo que digas #1
RandomNunca imaginé conocer a un hombre así. ¿Es posible la felicidad para una persona rota como yo? ¿Será que puedo volver a enamorarme? ¿Será que él logre amarme alguna vez? Fanfic sobre "El fantasma de la Ópera" #1 en Thephantomoftheopera :D (01-2019...