La amistad de Erik y el Daroga era un tanto especial. Por momentos, parecían hermanos y hablaban de los buenos tiempos que pasaron juntos en Persia. Por momentos, parecían odiarse y todos los buenos tiempos en Persia, todas las anécdotas divertidas escondían una historia macabra detrás. Parecían perro y gato.
El Daroga, que era llamado así por haber sido el jefe de policías en Persia, sentía mucha lástima por Erik y apenas si podía mirarle a los ojos cuando hablaba. En cambio, Erik parecía apreciar al persa pero comprendí que lo estimaba sólo porque era su único amigo.
En un momento, el hombre y yo quedamos solos porque Erik fue al baño.
- Entonces, ¿cómo conoció usted a Erik? - pregunté porque apenas comenzaba a enterarme de su existencia.
- Me enviaron a buscarle al circo para llevarlo ante la sultana. Ella quería conocerle porque había oído los trucos de Erik - explicó alegre.
- ¿Y por qué usted salvó su vida? ¿Qué sucedió?
- Bueno... - su semblante cambió y se puso serio - Erik sabía muchas cosas y me enviaron a matarle... Yo no pude hacerlo.
- ¿Le perdonó la vida? - admiré a ese hombre.
- Sí y eso puso en riesgo mi vida así que tuve que dejar el país.
Iba a preguntarle algo más pero Erik volvió a la mesa. Continuamos la charla sobre cosas poco interesantes como política. En ese momento, unas cortesanas entraron en la taberna. Palidecí al reconocerlas dado que Alice y yo habíamos peleado con ellas infinidad de veces. Erik notó el cambio en mi semblante y dijo que debía retirarse porque no se sentía muy bien. Rápidamente, el Daroga también se levantó y los tres salimos a la calle. Nos despedimos y Erik le prometió que iría a visitarle.
Comenzamos a caminar lentamente hacia la casa. El frío de la noche helaba mis mejillas.
- ¿Qué te sucedió en la taberna? - preguntó de repente.
- Es que yo conozco a esas mujeres - murmuré en voz baja.
- Marius no las conoce... - respondió y se detuvo. Me tomó de los hombros y me hizo mirarle. - Sé que es difícil para tí pero piensa que no puedes reaccionar así cada vez que te cruces a alguien.
- Es que... Me tomaron por sorpresa - me excusé y él sonrió.
- Nadie ni nada debe tomarte nunca por sorpresa. Tienes que saber las respuestas antes de que te pregunten, ¿entiendes? Imagínate que estás en tu trabajo y aparece un antiguo cliente tuyo... ¿Qué crees que pase si te pones pálida y tartamudeas como ahora?
- No me hagas pensar en eso - susurré con un hilo de voz. Odiaba recordar mi antiguo trabajo, esos hombres...
- No lo digo con maldad, lo digo para que estés preparada. Sé que te duele toda esa historia pero es posible que algo así suceda y quiero que estés lista.
- Está bien - respondí débilmente.
Continuamos el camino y, como me sentía muy nerviosa, comencé a fumar un cigarrillo.
- ¿Quieres? - le pregunté. Él asintió y tomó el que le ofrecí.
- Te pido perdón por no haberte contado sobre el Daroga.
- En realidad, hay muchas cosas que no me has contado - le reproché sin mirarle.
- Lo sé. El problema es que hay cosas muy feas y tristes en mi vida, cosas dolorosas de las que no quiero hablar - murmuró con tristeza.
¿Qué podía contestar a eso? Nada, no podía decirle nada. Estaba en su derecho de contarme o no hacerlo, yo no podía obligarle a pesar de haberle confiado varias cosas. Suspiré y le tomé del brazo mientras apoyaba mi cabeza en su hombro. Le vi sonreír y caminamos así hasta llegar a la casa.
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Lo que digas #1
De TodoNunca imaginé conocer a un hombre así. ¿Es posible la felicidad para una persona rota como yo? ¿Será que puedo volver a enamorarme? ¿Será que él logre amarme alguna vez? Fanfic sobre "El fantasma de la Ópera" #1 en Thephantomoftheopera :D (01-2019...