Tras recibir una llamada de la comisaría de Wildwood, Yvonne Winchester recibe una nueva misión, destruir la mayor mafia del país y meter entre rejas a su líder, Ashton Owen.
Ashton Owen es calificado como el "hombre tatuajes" el más temido de todo...
Después de varios días organizando un plan para poder empezar a jugar con mis cartas, ha llegado el día de empezar a hacerlo, mentiría si dijera que no estoy nerviosa pues las carreras clandestinas tienes un ambiente lúgubre, allí se respira la muerte, el miedo y hasta la adrenalina de los corredores, pero por mucho que no me guste estar allí debo hacerlo este es mi trabajo, y esta puede ser mi venganza.
Sé cómo debo vestir para ir allí, pues antes de que fuera parte de la comisaría, había venido un par de veces por aquí. El vestido negro que sujetaba entre mis manos, no hubiera sido la primera opción para ir a una fiesta normal, pero para ir a la parte oeste del muelle a unas carreras ilegales, es la mejor opción.
Poco antes de salir cojo las llaves de casa y las del Mustang GT último modelo, el cual me ha costado años de trabajo, pero ha merecido la pena. Después de asegurarme de haber apagado todas las luces y cerrado bien la puerta de casa, pongo rumbo a las carreras, pues ni si quiera me hace falta conectar el GPS, conozco esa parte del muelle a la perfección.
Paso lentamente entre toda la gente que se encuentra aquí, termino colocándome en la línea de salida, pues la primera parte del plan es llamar su atención, y que mejor manera de hacerlo que corriendo. Mi coche nunca ha sido visto por aquí y los cristales polarizados evitan que sepan que soy una mujer, algo que lo hace más interesante todavía.
Cuando bajo del coche, un chico me aborda por sorpresa
- Hola soy Timothy, el organizador de las carreras– No es un chico demasiado alto, de cabello cobrizo y ojos color ámbar, me doy cuenta que tiene algún tatuaje, ya que su chaqueta de cuero está arremangada y no termina de cubrir sus brazos.
- ¿Hola? – digo con algo indiferente - ¿sucede algo?
- No te he visto nunca por aquí, ¿es la primera vez que vienes? – pregunta curiosa.
- Si – miento para que nadie me relacione con la Yvonne de hace años – pero no es la primera vez que corro.
Parece que se conforma con mi respuesta y se va, un problema menos. Camino hasta la línea de salida cuando suena la bocina que marca que vamos a empezar a correr; un Porsche Cayman color negro se sitúa a mi derecha y por uno de los cristales veo a un chico vestido totalmente de negro, esperando a la señal igual que yo, logro ver los tatuajes que suben por su cuello, pero no logro saber de dónde se me hace tan conocido.
La segunda bocina suena, y eso quiere decir que es el último llamado para los participantes, a mi izquierda se sitúa un Audi R8 de color rojo, en el lado del copiloto se sitúa un chico de cabello cobrizo, y me doy cuenta que es el chico que me ha abordado antes, el organizador, cuando se da cuenta de que lo miro me saluda, pese a que los cristales son polarizados, hago un asentimiento de cabeza y miro al frente.
Poco antes de que la bocina suene y de comienzo la carrera me doy cuenta que los dos chicos que se encuentran a mi lado se miran fijamente, desafiándose, y me tenso, pues a menos que los pase a ambos, podría verme metida en una guerra de titanes; la tercera bocina suena y todos los coches rugen pasando de cero a cien en cuestión de segundos.
Piso el acelerador y voy esquivando coches hasta quedar en la segunda posición, frente a mi va el Porsche color negro que estaba a mi lado, hago rugir el Mustang y me sitúo a su lado, una vuelta más y llegaremos a la meta.
Piso más el acelerador, pero un golpe del Audi hace que pierda el control y piso el freno, terminando por golpearme con el volante y quedando inconsciente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
