Capítulo 43 (Editado)

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18 de noviembre, 2018

POV Ashton

Después de ayer no sacar nada de información, decido volverlo a intentar hoy, me doy una ducha y me pongo algo cómodo y calentito, pues en el sótano hace mucho más frío que en la calle.

Camino hasta la puerta del pequeño Santorini golpeándola, cuando escucho con voz ronca un: "ya voy", me cruzo de brazos, encontrándome al chaval ya cambiado, pero su somnolienta cara hace que suelte una carcajada.

- Vamos hombre – le empujo para que camine delante de mí- hoy vas a tener que hacer algo peor de lo que has hecho siempre – noto como se tensa – verás a tu hermano, le amenazaré con tu muerte – lo único que necesito es que te mantengas tranquilo, no te mataré, créeme que eres un diamante en bruto, y lo quiero para mí.

- ¿Cómo está él? – pregunta algo asustado.

- Ahora mismo no en su mejor estado, pero si coopera, hasta le ofreceré que trabaje para mí, pero todo depende de él – explico.

El chico desayuna en silencio mientras yo me tomo un café y cuando lo acabo me fumo un cigarro.

- ¿Puedo probar? – oigo que dice Matt mirando el cigarro.

- ¿Pero tú fumas? – él se encoge de hombros - ¿Cuántos años tienes?

- Diecisiete – dice con indiferencia.

- Sigues siendo menor, asique nada de tabaco para ti – digo como si yo no hubiera empezado a fumar con quince años.

El chico se cruza de brazos como si fuera a hacer un berrinche, pero no dice nada y suspiro aliviado, pues no quiero que él fume.

Cuando termino mi cigarro esperamos a que Jake termine de desayunar y nos encaminamos al sótano, le vuelvo a repetir a Matt lo que tiene que hacer, él asiente confirmándome que lo hará y no sé porque confío en él, no se ve como su padre y su hermano.

- ¿Matt? – la voz ronca de su hermano suena a la lejanía, y enciendo la luz para que Mat pueda verle - ¿te han hecho algo? ¿está todo bien?

- Todo bien – responde- diles lo que quieren, por favor, no me dejes solo – suplica con lágrimas en sus ojos – hace poco investigue y tu banda asesinó a mamá cuando se dieron cuenta de que habían pillado a papá, por favor, diles lo que quieren saber – sollozan y sorprendido, cojo de los hombros a Matt echándole para atrás.

- ¿Le haréis daño? – pregunta el mayor de los Santorini y niego con la cabeza.

- Tu hermano es uno de los hombres que más vale de todos los que tengo – termino diciendo – pero si no me dices lo que quiero saber, no dudes que terminaré matándolo si no hablas.

- Está bien – suspira mirando a su hermano - ¿Qué queréis saber?

Le pregunto todo lo que quería saber, quedándome hasta con las pausas que ha hecho, uno de los chicos ha ido apuntando palabras claves, como siempre hacemos para que no se nos olvide ni el más mínimo detalle.

Sintiendo pena por los hermanos, pues me recuerdan a Adrien y a mí, les dejo un momento a solas y planteándome como decirle que será el infiltrado en Ice Claws.

Hago que los dos hermanos entren a la casa, pues ya que el muchacho va a trabajar para mí, necesito que descanse y coma algo, porque sí, a pesar de todo no soy tan mala persona, cuido bien a mis hombres.

Cuando estoy a solas con los dos hermanos, el mayor empieza a hablar del porque han secuestrado a Tyler y a Bob, y me sorprendo al oír, que Bob al igual que el padre de ambos chicos era uno de los infiltrados, la ira recorre mi cuerpo y gruño, pero eso no le impide al chico seguir contándome por qué atacaron tantas veces.

- Realmente no estoy muy seguro de quien será ese hombre – dice: - lo único que sé es que estaban buscando unos papeles que escondía Frederick Owen, por lo que parece ser, hace muchos años Ice Claws y Cold Blood tuvieron acuerdos para distribuir las drogas – explica- pero una de las dos bandas falló queriendo quedarse con todo.

- Era mi abuelo – digo antes de que siga – y creo tener dichos papeles.

Obligo a los dos chicos a subir al jeep, y ponemos rumbo a la casa de mis abuelos, que ahora es de Yvonne.

Una vez allí bajamos del coche y corremos hacia la puerta, pues una lluvia torrencial se ha desatado y no nos queríamos mojar, subimos las escaleras despacio, con cuidado de no caernos, y una vez llegamos a la habitación principal, saco la llave escondida de la sala de las torturas.

Ambos chicos me miran interrogantes; cuando abro la puerta y enciendo la luz, les invito a pasar primero, el mayor de ellos pasa sin miedo, pues cuando baja las escaleras la fascinación es notoria en sus ojos, camina rápidamente al armario que tiene todos los cuchillos y armas de tortura y lo abre, viendo todo lo que hay dentro; en cambio Matt, el pequeño, camina con pies de plomo, pues aun asustado baja con cuidado, pero siempre alarma por si tiene que darse la vuelta.

Cuando yo paso, cierro la puerta tras de mí, camino con rapidez hasta llegar a los papeles y les obligo a los chicos a que hagan lo mismo, asique eso hacemos la mayor parte de la tarde.

Cuando dan las ocho suspiro frustrado, pues no hemos encontrado nada.

- ¡Lo tengo! – chila Matt – aquí está todo, solo hace falta una llave que habrá esto.

Pues la manía del abuelo siempre fue poner llave a todo, y como no, esto no iba a ser de menos, toca buscar la maldita llave.

Pues la manía del abuelo siempre fue poner llave a todo, y como no, esto no iba a ser de menos, toca buscar la maldita llave

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Infiltrada ( Amores en guerra #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora