Infiltrada ( Amores en guerra #1)

Capítulo 36 (Editado)

12 de noviembre, 2018

Me levanto más cansada de lo que me acosté, pues hoy es uno de esos días donde las náuseas están más presentes que nunca, camino hasta la cocina desayunando un poco y tomándome las pastillas que me recetó el doctor, vuelvo a subir a mi cuarto para cambiarme, pues iría a por más muebles para el cuarto del bebé, y alguna que otra cosa para el resto de la casa.

Ayer Jake me dijo que iría a por su moto, la cual no tiene localizados, me ofrecí a llevarle, pero se negó, y por lo que puedo ver ya se ha ido, asique cierro bien todas las puertas y ventanas y arranco poniendo rumbo al centro comercial.

Una vez dentro, miro todas las tiendas de muebles cogiendo lo necesario, cuando estoy intentando coger una lámpara para la cocina, choco con alguien.

- Disculpa – decimos al unísono y ambos reímos.

- Lo siento de verdad, no miraba por donde iba – digo justificándome.

- No te preocupes, yo iba igual – ambos reimos – soy Hunter.

- Yvonne – sonrió hacia su dirección y sobre pasándole cojo la lámpara.

- ¿Eres de por aquí? – pregunta.

- Si, vivo un poco lejos de aquí, pero si lo soy – sonrío - ¿y tú?

- Si – carraspea y sigue hablando – si no tienes que comprar nada más podemos ir a tomar algo.

- Claro, vamos a pagar, lo llevo al coche y voy donde estés – digo amable, pues el chico me había caído bien.

- Te ayudo a llevarlo.

Cuando pago, cogemos todo y lo llevamos al coche, en todo momento hay conversación pues es un chico muy alegre. Nos sentamos en uno de los tantos bares que había en el centro comercial. Pedimos nuestras bebidas y nos ponemos a hablar, hablamos de todo un poco, anécdotas y momentos vergonzosos. El tiempo pasa volando y cuando menos cuenta me doy el reloj marca cerca de las cuatro de la tarde.

- Un placer haberte conocido Hunter – digo mientras me levanto y dejo mi dinero encima de la mesa – nos vemos otro día.

El me devuelve mi dinero y me hace una seña para que le espere, frunzo el ceño, pues no me ha dado tiempo a negarme a que él no pague mi parte, una vez regresa a mi lado salimos del local y caminamos fuera del centro comercial.

- ¿Me das tu teléfono? – me sorprendo por lo directo que es y le apunto mi número de teléfono – nos vemos pronto Yvonne – Nos despedimos y subo a mi coche para ponerme en marcha para llegar a casa.

Conduzco con cuidado hasta casa, pues ha empezado a diluviar y la carretera es resbaladiza. Una vez aparco, bajo todo del coche a la máxima velocidad posible, pero una vez lo he hecho, estoy calada hasta los huesos. Me encamino a mi habitación, pues si no me baño y entro en calor, posiblemente me constipe tarde o temprano.

Me pongo mi pijada de invierno, el cual es muy calentito, y sin saber qué hacer, mi mirada se posa en la puerta de la sala de torturas, y armándome de valor abro la puerta y bajo.

Veo a un lado las cajas amontonadas que sacamos de la caseta, asique decido inspeccionar una a una.

Después de dos horas aquí doy con una lista de toda la gente que ha sido torturada bajo estas cuatro paredes, mi curiosidad pica, y aunque sé que esto debería de guardarlo para dárselo a Marc y no meter mis narices de más, decido hacer; leo los nombres uno a uno, intentando que estos me sonaran, hay un momento en el que la letra cambia, y es cuando más gente empieza ser torturada bajo estas cuatro paredes.

Lo que nunca esperé encontrarme fue aquel nombre, está archivado como el número 562, por que sí, iban enumerando a cada una de las victimas que iban pasando por esta sala. Las lágrimas pican en mis ojos y se me hacen imposible retenerlas, quizá las hormonas del embarazo también alteren mi estado de ánimo, pero jamás pensé encontrar el nombre de mi padre entre tanta gente.

Escrito en una letra bastante tosca pone claramente 562 – Dereck Winchester detrás de esto se me hace difícil saber que más pone, pues como he podido comprobar en los renglones anteriores salía el porqué de su asesinato.

Guardo todo tal y como estaba tras oír la voz de Jake llamarme, apago rápidamente la luz mientras subo las escaleras, y una vez ya en mi cuarto, cierro con llave, retiro las lágrimas y decido enfrentar todo con la mayor valentía posible, pues quiero encerrar a Ashton, ya que como he podido comprobar, él es el responsable de todo lo que a mi familia le ha pasado en los últimos años.

- Hola Vonne – me sonríe un alegre Jake – he hablado con los chicos, por lo visto han quemado bastante mercancía – explica – han quemado todo lo que había en el almacén, saben quiénes son los culpables y están ideando un plan para derrotarlos – asiento con la cabeza haciéndole saber que he entendido todo, y frente a mí un bol con varias frutas hace que coma un poco - ¿Pasa algo? – frunce el ceño.

- Las hormonas me tienen bastante alborotada – no miento del todo – aparte, estoy algo cansada, pero si duermo ahora más tarde no lo haré.

- ¿Sigues las indicaciones del doctor verdad? – asiento y apartando el bol poso mis brazos en la mesa y mi cabeza la pongo sobre ellos – siento estar tan despistado, pero quiero asegurarme que todo sea seguro – dice apenado y viene a mí envolviéndome en sus brazos.

Una lágrima se escapa de mis ojos, pues no quiero que a Jake le pase nada, pero cuando cojan a toda la banda va a ser inevitable que él se salve de la cárcel. Paso mis brazos sobre su cuello con fuerza, apretándole más a mí en un cálido abrazo, mientras él me abraza también acaricia mi pelo haciendo que me tranquilice.

- ¿Vemos una peli? – dice después de un tiempo y asiento – pues prepara las palomitas mientras yo preparo todo lo demás – besa un beso en lo alto de mi cabeza caminando al salón.

Cojo un bol más grande y cuando hago las palomitas lovuelco sobre este, llevo también un bote de helado de dulce de leche, pues esnuestro favorito, algunas chuches y un par de refrescos junto a una botella deagua. Una vez lo dejo sobre la mesita, me acurruco en el sofá junto a Jake yvemos la película en silencio, pero no sé en qué momento mis ojos se cierranhaciendo que caiga en una profunda tranquilidad